Hwang Hyunjin es un chico apenas universitario de 20 años amante de las ciencias. Un día en una excursión, es picado por una araña radioactiva que le aporta los poderes de esta.
Lee Felix es compañero de cuarto de Hyunjin. Ambos tienen una relación...
La mente puede ser un arma de doble filo. A veces el cerebro te ayuda para mejorar y otras veces te hunde en el más oscuro lugar.
Lamentablemente para Hyunjin, su cabeza lo estaba matando con las palabras de desprecio hacia él mismo.
No tenía ganas de levantarse, no había asistido a la escuela y, mucho menos portado aquél traje de telas rojas y azules.
Felix había estado con él en todo momento. Le agradecía que a pesar de haberse llevado tan mal en el pasado, era un chico muy amable en el presente.
Su cabeza estaba fundida en una lluvia torrencial que parecía alivianarse cuando un cálido y brillante sol hacía su aparición, dando paso a una luminosidad que ahuyentaba el tifón creado por su traicionera mente.
Su sol le iluminaba el camino, pero como en todo día, este debía marcharse y darle paso a la oscuridad de la fría noche, donde la luna era quien reinaba en lugar del enano amarillo.
Debía soportar esos instantes donde su sol se marchaba para dejar que sus huesos se congelen con la hiel de las tinieblas.
Debía ser fuerte por él mismo, por su sol y por todos.
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Unos cabellos blondos se movían de un lado a otro mientras la profesora exponía un tema relacionado con la medicina del cual se arrepentiría en el futuro por no prestar atención. ¿Pero qué más daba? Total, le pediría a algún compañero suyo que le pasara los apuntes.
Por suerte, Felix no era malo en el estudio; lo contrario, podría ser considerado el mejor de su clase y de su grado si no existiera otra persona.
Pero justo ahora su cabeza estaba en otra parte, para ser exactos, con un pelirrojo deprimido en su departamento.
Le preocupaba que Hyunjin hubiese faltado dos día ya que esto no era común.
Su compañero de cuarto era un maldito genio y no quisiera que esa cabeza se perdiera en un problema que no era su culpa. La arañita no merecía pasar por aquello.
Suspiró por quinta vez antes de tomar sus cosas y levantarse, el timbre ha sonado y es hora de su segundo descanso. Necesitaba ver a sus amigos, mejor dicho, a su familia.
Salió directo del aula de clases que lo sofocaba, ese descanso había sido el más anhelado en su corto año en la universidad.
Se dirigió hacia la gran explanada, donde un tumulto de alumnos comenzaba a extenderse por el lugar.
Buscó con la mirada a su grupito de raritos, aunque no lograba verlos... Hasta que una mano comenzó a agitarse en su dirección.
— ¡Lixie! ¡Aquí!. —Gritó Han Jisung mientras hacía que su mano casi se desprendiera de él.
El pecoso sonrió y se dirigió a aquella mesa donde vio a más persona que las mismas de siempre.
— Oh, hola Hyungs... No pensé que estarían aquí. —Su bandeja cayó en la mesa igual que su trasero en la silla.
— Hyunjin no ha asistido y como tu vives con él, pensamos qué quizás sabes qué le sucede. —El mayor de todos comía en silencio, pero su expresión ligeramente preocupada estaba presente.
El rubio no supo qué decir. ¿Cómo le explicaba a los amigos del pelirrojo que su Sr. tomate se sentía culpable por haber provocado la muerte de un hombre que posiblemente era una mierda y que por eso no tenía ánimos de asistir?
— L-La verdad es que no lo sé... Cuando estoy en casa no sale de su habitación. —Se inventó una excusa rápida para intentar desviar la atención. — Pensé que ustedes sabían.
Felix pensó que tendría que mentir un poco más, pero en la mesa surgió un nuevo tema.
El hombre triturado.
— ¿Ustedes vieron el video del hombre siendo molido por su traje? Muchos dicen que es culpa de Spider-Man, aunque otros dicen que él sólo intentaba pararlo. — Un Minho sorprendetemente serio estaba revolviendo sus fideos mientras su novio le peinaba los cabello hacia atrás.
Al rubio no le gustó para nada aquél tema.
— No creo que haya sido culpa de Spider-Man, él se vio muy afectado después de lo que sucedió. — Su ceño se frunció y aquellos orbes chocolatosos se desviaron a su bandeja de comida.
— Yo lo vi decidido cuando le llenó de mierda la espalda al viejo ese. —Mencionó Seungmin, pero luego sus mejillas se tiñeron de un cálido rosita al ver todos los ojos puestos en él. —Ay no, olvidenlo. —Trató de hacerse pequeño en su lugar.
Pero lamentablemente el tiempo no se puede detener, este sigue su camino dejándote atrás sin piedad alguna; por eso tuvieron que tomar sus últimas 2 horas de clases antes de marchar hasta sus hogares.
Felix se acercó a la puerta que tenía gravado un "0325" en una fuente cursiva, siendo curioso ya que son números.
Tomó sus llaves y clavó esta en la cerradura, empujando el objeto de madera para adentrarse a su lugar de estancia.
Buscó con la mirada algún indicio de su compañero de cuarto, no encontrándolo en la sala o cocina justo como lo imaginaba. Seguro estaba en su habitación.
Se acercó a la abertura de la pieza del pelirrojo, ingresando a esta.
Lo que vio, lo dejó casi muerto.
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¿Qué se pudo haber encontrado?
Lo sabremos en el siguiente capítulo.
Lo sé, lo sé; dije que subiría un capítulo hace 2 días. Lo que pasa es que la próxima semana es de exámenes, entonces los maestros están mandando todas las tareas de una y me la paso desvelandome (de hecho, hace una hora estaba haciendo tareas).
De todas formas trataré de desocuparme para poder subir caps.
Recuerda que siempre serás suficiente y que a tu mínimo logro, yo estaré orgullosa de tí, mi bella floresita. ✿
