Hwang Hyunjin es un chico apenas universitario de 20 años amante de las ciencias. Un día en una excursión, es picado por una araña radioactiva que le aporta los poderes de esta.
Lee Felix es compañero de cuarto de Hyunjin. Ambos tienen una relación...
Un pecoso estaba con las manos en la cintura y el ceño fruncido. Su mirada fija en el pelirrojo recién llegado quien sólo podía maldecir bajamente...
Había olvidado hacer las compras y ahora tenía a su compañero de cuarto parado frente a él con sus ojos asesinos tratando de clavarle 19 navajas (quizás hasta más).
- No se puede confiar en tí porque todo olvidas.- el tono enojado de Felix podría dejarlo helado si no supiera que ese chico de gruesa voz era completamente un rayo de sol andante... Lástima que ahora estaba enojado y parecía querer enterrarlo vivo.
- Lo siento, me entretuve con-.
- Con una chica en los baños, lo sé.
- ¿Cómo-.
- No son muy discretos. Se estaban comiendo en medio pasillo, Hwang.- Le reprochó Felix rodando los ojos con los brazos cruzados.
- ¿Y eso en qué te afecta?.- El tono que usó no le gustó para nada al más bajo.
- Me afecta en que te distrae y no haces lo que te pido, te recuerdo, ¡Dijiste que sí harías!.- Su expresión no cambió.
El pelirrojo decidió respirar hondo y contar hasta 10.
Ignoró los gritos del pecoso y salió del departamento con un portazo.
Felix se sobresaltó al escuchar el ruido. Y sin esperar mucho comenzó un berrinche en silencio.
Sin duda le irritaba la actitud del mayor. No le importaba nada más que él mismo, no podía creer que así era un "superhéroe".
- No se cuida ni él...- Murmuró para sí mismo.
Felix dio un suspiro, seguía en medio de la sala de estar... Dio un vistazo a todo el lugar y bufó.
- Que día de mierda...- Rodó los ojos y se dirigió a su habitación.
Tomó el control del aire acondicionado y lo encendió colocando la temperatura más baja. Agarró su sábana y se envolvió en ella. Necesitaba un momento de paz después de soportar a Hyunjin.
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El departamento estaba en silencio, desde el exterior no se veían luces encendidas, lo cual era extraño ya que el pecoso se quedaba hasta muy tarde leyendo sus amados libros digitales.
Entró en silencio y dejó las bolsas de las compras que había hecho en la mesa.
Caminando por las calles de Seúl se encontró con una tienda de conveniencia donde vendían casi todo lo que le había pedido el pecoso.
Después de todo, caminar para controlar su enojo y calmarse le había servido de algo.
- ¿Estará durmiendo?...- A pesar de que buscaba negarlo, no quería que el menor siguiera enojado con él por haber olvidado algo tan simple como hacer las compras.
Se acercó a pasos lentos hacia la puerta de la habitación del menor y tocó suavemente pero no recibió respuestas. Abrió tratando de hacer el mínimo ruido posible, siendo recibido por un cuarto helado y un sushi que temblaba recostado en la cama.
- ¿Quiere que le dé hipotermia?.- Hyunjin murmuraba mientras tomaba el control del aire acondicionado para subir un poco la temepratura, así el menor no moría congelado.
Se acercó al rol de sushi que reposaba en la cama y tocó su mejilla apenas visible, estaba totalmente frío.
- Ay, Lee... Si te quieres morir por lo menos busca que no sufras mucho. Estás más frío que la nalga de un muerto.- Murmuró el pelirrojo mientras veía las largas pestañas del menor reposar en sus mejillas.
Es ahí cuando se detuvo a ver el rostro de su compañero de cuarto.
Esas facciones tan finas, su nariz respingada y sus mejillas abultadas, éstas siendo decoradas con manchitas que se extendían por todo su rostro simulando estrellitas. Su boca estaba entre abierta soltando pequeños suspiros, luciendo tan tranquilo y apacible.
Hyunjin no supo cuanto tiempo estubo apreciando al menor hasta que se dio cuenta que ya era la 1:43 a.m. y tenía clases en la universidad el día siguiente.
Salió de la habitación de Felix con sumo cuidado de no provocar algún ruido brusco que molestara el sueño del rol de sushi.
Se adentró a la suya y se tiró a la cama buscando descanso.
Mientras cerraba los ojos, en su mente se proyectó la escena de aquél rostro el cual contempló por unos minutos, era como si lo hubiera hipnotizado por un momento y mirar a Felix dormir se convirtiera en su actividad favorita.
Sin darse cuenta suspiró y con aquella imagen cayó en los brazos de Morfeo.
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Holaa, floresitas ✿
Aquí la humilde flor sin dormir pero con inspiración para escribir.
El capítulo 5 me salió muy natural, pero recuerden que si ven algún fallo ortográfico o de redacción pueden decirme. También si tienen alguna idea, me dicen y yo veo si puedo implementarla, las recomendaciones también son bienvenidas. De hecho, cualquier crítica es bienvenida, siempre y cuando sea de manera respetuosa. Ya me extendí.
Recuerden que cuando comentan y votan es como si me dieran el apoyo necesario para seguir escribiendo, así que, ¡No lo olviden 💗!
¡Tengan una excelente mañana, tarde o noche y muchas gracias por leer!
