CHEONHYE
— Entonces...Harin vuelve a Corea.
— ¿Ella vino hace dos meses y volvió a irse? —preguntó Jaeun y todas asentimos— ¿Y ahora volvió a venir?
— Es la tercera vez que te digo "Si". —soltó con cansancio, Sooji.
— Pero si ella vino para hacer otra reunión. —miramos a Jaehyeong— Tiene intenciones de hacer el juego. Más fuerte.
— Recuerdo que... —habló Jiae— En las reglas de la pirámide, Harin solía decirle a las B que no dejaran marcas, eso era porque nuestros padres podían ver y éramos menores de edad.
— Ah. La maldita si tiene corazón.
— Si ella quiere volver a hacer el juego, entonces debido a que somos mayores de edad, las reglas serían más bruscas. —Jiae asintió ante la palabras de Yerim.
— Woah. Tan linda ella. —solté— Tuvo compasión de nosotras.
— ¿Podemos hablar de otra cosa? Tengo jaqueca desde que recibí la maldita carta. Fuí al instituto porque mi empresa está encargada de remodelar uno de los edificios. —contó Sooji— Decidí ir al salón que era de nosotras y está todo igual.
— Eso es bueno, ¿No? —pregunté.
— Peeero. Hay una cámaras escondidas, cuatro. Todas apagadas, supongo que cuándo estemos allá las van a encender.
Que horror.
Frunci las cejas y miré a mi alrededor.
— ¿Donde está Eunjeong? —preguntó Yerim.
— Iré a ver
— ¿Tan mal le caemos que desapareció? —preguntó Jaehyeong con un puchero.
— No, tú nos caes mal a todas. —reímos.
Me levanté del suelo y subí al primer piso, sin salir del último escalón miré a los lados esperando encontrar a Eun.
Y así fue, estaba acostada en la alfombra con el celular en su oreja.
— Escucha, no voy a ponerme de parte de Harin. —frunci mucho más mi ceño— No sólo es por Cheonhye, es porque no quiero problemas. —escuché su suspiro cansado— Eunbyeol, a ti no te importa mi vida. Hazme un favor y no me jodas más.
Me sobresalte un poco por cómo lanzó el celular al espacio restante de la alfombra— ¿Mal humor?
Caminé hacia ella, me senté a su lado mirándole— Desde el principio hubiera preferido ser de tú equipo. Doah quiere saber si estoy con Harin o Sooji, Wooyi ya está con Dayeon y quiere que me les una. Y Eunbyeol quiere saber si no me uno a ella por ti.
— Si, todas están locas, eso lo sé. —sonrió, acosté sobre ella y tomó mi cintura— ¿Sabes que querrán fastidiarte con eso de que somos pareja?
— No no, es "Con eso de que soy lesbiana" —suspiro.
— Yo diría que es porque todas pensaban que terminarías con Yerim.
— ¿Todavía sigues con eso? —me encogi de hombros— Linda, ya te dije que no pensaras en eso.
Apesar de todos los años que habían pasado desde que salimos del instituto, yo seguía pensando en los comentarios de todas. Ellas dos son mejores amigas y lo siguen siendo, aveces salen a beber y claro. Yo no voy porque Eunjeong dice que no tienen temas de mi entretenimiento.
Para mi no es problema que ellas sean unidad, pero de vez en cuándo me causa inseguridad que mi novia vea un vídeo musical de mi grupo y alague más a Yerim que a mí.
— No lo hago. —mentí con una sonrisa, pero ella mantenía su seriedad— Es enserio.
— Claro. —bajó sus manos a mis muslos y los subió a los lados de los suyos— ¿Porque piensas así? Si me gustara Yerim no llevara ocho años contigo.
— Ya sé, Ya sé. —suspiré y dejé un beso en su mejilla— Vamos abajo.
— Prefiero quedarme aquí, ustedes están muy entretenidas y literalmente soy lo opuesto a diversión
— Que negativa~
— Es verdad, mejor me quedo aquí.
Rodee lo ojos.
[ ... ]
— ¿Como están? No eh sabido nada de ustedes. —les sonreí.
Mi grupo llevaba dos meses en hiatus, era el primer descanso desde que debutamos hace cinco años. Teníamos más de ocho álbumes pues fuimos muy activas desde el debut.
— Hace una semana volví de París, es muy lindo. Unnie, tenemos que ir todas juntas. —asenti feliz.
— Iseul. —la miré— ¿Tu que has hecho?
— Pues... —suspiro— Fui a Jeju con mis padres, me devolvi una hora después porque a mi hermana se le rompió la fuente. —rei un poco— Y pasé el resto de los días en hospital porque mis padres tuvieron que salir del país. Y, el idiota de mi cuñado aún no sale de la cárcel.
Iseul era la más dañada entre nosotras o eso pienso yo, aunque fuí terriblemente maltratada en mi adolescencia. Ella fue abusada por su padre desde los seis años hasta los once, su madre no le creyó cuándo le contó a sus diez y empezó a golpearla por mentir.
Su hermana era la única que tenía pues a también abusaban de ella, la cuál de su misma edad. Cuándo tenían quince se escaparon de casa y fueron a centro de adopción, estuvieron ahí un mes, y las adoptaron.
Su hermana conoció a un hombre diez años mayor que ella, por más que sus padres adoptivos le pidieron dejarlo ella nunca hizo caso.
Término saliendo embarazada, a los dos meses del embarazo, a su novio lo metieron en la cárcel por vender drogas. Salió después de dos meses y justo hace una semana salió en las noticias cómo fue detenido por lo mismo.
— ¿Es niña o niño? —pregunté.
— Peor, gemelas. —Yerim rió un poco— Desde que están en casa no dejan de llorar, quiero ir a mi departamento pero no me dejan porque tengo que ayudar a mi hermana.
Me sentía algo distraída, hoy era lunes. Mañana debía ir al instituto y sinceramente estaba nerviosa, no sabía que sí Harin quería rehacer el juego, pero estaba segura que no sería una simple reunión.
Sacudi mi cabeza cuándo escuché mi celular, lo tomé y contesté la llamada sin siquiera mirar el nombre.
— ¿Si?
— Amor, llegó algo a la casa.
— Pensé que llegarias en la noche, pero... ¿Que llegó?
— Nuestros uniformes del instituto. —frunci el ceño.
— ¿Uniforme?
— Si, tiene nuestros nombres, dice que lo usemos mañana cuándo estemos en el Instituto.
— Loca de mierda. Amor, voy a terminar de hablar con las demás y te veo luego. ¿Si?
— De acuerdo, te amo.
— Yo también te amo, bye.
𝗟𝘂𝗻𝗲𝘀.
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©05.10.2024