Al día siguiente, Sana caminaba por los pasillos del hospital, aun en busca de la azabache. La conversación con JeongYeon le había dado una nueva perspectiva, pero eso no quitaba el peso de la culpa que sentía en su pecho. Tenía que encontrarla, aunque no estaba segura de qué esperar.
Finalmente, llegó a una zona del hospital que apenas era transitada, un ala casi olvidada del edificio. Las luces eran más tenues, y las paredes mostraban signos de desgaste, como si el tiempo hubiera pasado sin que nadie se molestara en reparar los daños. JeongYeon le había dicho que Park solía buscar estos rincones para estar sola, para alejarse de las miradas curiosas y las preguntas incómodas.
Cuando giró una esquina, la vio.
JiHyo estaba sentada en la barandilla de una ventana, su mirada estaba perdida en el exterior, ajena al mundo que la rodeaba. Había algo en su postura, en la forma en que sus hombros estaban caídos, que le decía a Minatozaki que la coreana no estaba bien.
Quizás no lo había estado durante mucho tiempo.Tomo un respiró profundo mientas se acercaba lentamente y sus pasos resonando suavemente en el suelo. No quería asustarla, pero tampoco podía permitirse dudar. —JiHyo —dijo suavemente, deteniéndose a unos pasos de ella.
La azabache levantó la vista, y por un momento, sus ojos grises mostraron sorpresa antes de endurecerse nuevamente. Se enderezó, su expresión al instante se volvió fría y distante, como si intentara levantar una barrera entre ella y la más baja.
—¿Qué haces aquí? —preguntó con voz áspera y claramente irritada— Si vienes a "disculparme" como la última vez, mejor vete. No tengo tiempo para tus juegos, Minatozaki.
La castaña sintió el pinchazo de las palabras de JiHyo, pero no retrocedió. Sabía que merecía ese trato, pero no por eso iba a rendirse.
Esta vez, no.
—Cállate —dijo con firmeza, sorprendiéndose a sí misma por el tono decidido en su voz.
La azabache la miró con incredulidad, claramente no esperaba esa reacción. Estaba a punto de decir algo, pero Sana levantó una mano, indicándole que la dejara hablar. —Cállate y escúchame —repitió, su voz era más suave esta vez.
El silencio que siguió fue tenso, pero JiHyo no se movió. Sus ojos grises se clavaron en los orbes color miel de Minatozaki, esperando lo que tuviera que decir.
—Sé que fui una idiota —comenzó, manteniendo su mirada— Fui cruel y grosera. Me dejé llevar por lo que los demás esperaban de mí, por la imagen que creía que debía mantener. Y te traté horrible e incluso te hice sentir mal, algo que no tenía derecho a hacer.
La más baja parpadeó, su expresión suavizándose apenas, pero no dijo nada, permitiendo que Sana continuara.
—No puedo cambiar lo que pasó —admitió, sintiendo el nudo en su garganta apretarse— Pero quiero que sepas que lo siento, de verdad. He estado pensando mucho en lo que pasó entre nosotras, y me di cuenta de que, si sigo siendo tan grosera, nunca seré tan buena persona como tú. Nunca seré alguien de quien pueda estar orgullosa.
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❝ Eyes Wide Open ━ SAHYO | adaptación. ❞
Fiksi Penggemar❝ ¿Qué haces cuando todo tú mundo se viene abajo? ❞ ✦ › Drama, & angst. ✦ › La historia puede contener temas sensibles. ✦ › Portada de: beazyo (io) ׅ ۟ 兼 ָ֢ ֹ ❝ Está historia no me pertenece, todos los créditos son para @dahygfp...