Buenaaaaaaaaaaas, para pedirles si pueden compartir la historia, como he dicho no soy buena dando publicidad, peor siendo mi primera historia, pues no soy conocida ಥ_ಥ
Habían pasado dos semanas desde que los menores habían comenzado a pasar la mayor parte de su tiempo con Aegon. Su condición había mejorado notablemente, y la herida comenzaba a sanar rápidamente. Los maestres, aliviados por el progreso, finalmente le dieron permiso para caminar dentro de su habitación. En esos momentos, Aegon se encontraba conversando con su hermana mayor, Rhaenyra.
—¿Te puedo contar algo, Aegon? —dijo la princesa, mirando a su hermano con seriedad.
Aegon, que ya había comenzado a sospechar la razón detrás de la conversación, le regaló a su hermana una sonrisa burlona.
—¿Ya por fin están juntos, sobrina y tío? —preguntó riendo, provocando una mirada fulminante de su hermana, cuyo rostro se tornó rojo, sin que se pudiera discernir si era por enojo o vergüenza.
—¿Cómo lo sabes? —preguntó Rhaenyra, sorprendida y notando que la actitud habitual de Aegon estaba regresando.
—Bueno, de niño te lo dije, ¿no? Soy adivino, tenme miedo —terminó diciendo Aegon con una sonrisa, tratando de aligerar el ambiente—. No te preocupes, padre entenderá. Igual, no hay nada que él pueda hacer.
Rhaenyra, a pesar de la molestia inicial, no pudo evitar reírse ante la actitud despreocupada de su hermano. La conversación se desvió hacia otros temas, pero la tensión del momento había aliviado un poco, con ambos hermanos disfrutando del raro y valioso tiempo juntos.
Mientras tanto, la preocupación de Rhaenyra por el futuro de su hermano seguía presente, y ella sabía que aún quedaban decisiones difíciles por tomar. Sin embargo, por el momento, se permitió disfrutar de la compañía de Aegon y la mejoría evidente que había traído a sus vidas.
—Ser Criston insiste en que debes buscar un marido acorde a tu nivel rápidamente —mencionó su hermana con irritación.
Aegon, tratando de calmar a su hermana, le respondió con un tono relajado y lleno de sarcasmo.
—Tranquila, hermana. Aunque me lo presenten, ¿crees que alguien tan bello como yo, tan hermoso y angelical, se casará sin dar pelea? Después de todo, soy una de las dos bellezas del reino, junto contigo, por supuesto —dijo Aegon con una sonrisa despreocupada, con un tono que no dejaba lugar a dudas de su desdén hacia las insistencias de Ser Criston y su madre.
La actitud despreocupada de Aegon aliviaba un poco la tensión en el ambiente, aunque la preocupación por su futuro seguía latente. Rhaenyra y Aegon sabían que había decisiones que tomar, pero en ese momento, decidieron disfrutar de la compañía mutua.
Desde que Aegon se presentó como un omega dominante, varios cambios notables comenzaron a hacerse evidentes. Uno de los más llamativos fue el sutil cambio en el color de sus ojos, que adquirieron un matiz más profundo de morado, similar al de su hermana mayor, Rhaenyra. Este rasgo distintivo no pasó desapercibido para los demás, aunque Aegon solía bromear sobre ello.
—Mira, hermana —dijo Aegon con una sonrisa traviesa mientras miraba a Rhaenyra—. Ahora tenemos algo en común, nuestros ojos morados. Somos el deleite de los siete reinos. ¿No es maravilloso?
Rhaenyra, aunque aún preocupada por las presiones que enfrentaba su hermano, no pudo evitar sonreír ante la actitud despreocupada de Aegon. La situación no era ideal, pero la forma en que él lidiaba con ella con humor y gracia ayudaba a aliviar la tensión que se había acumulado en la corte.
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A la hora del almuerzo, la puerta del salón se abrió de golpe, y Aegon entró con una actitud despreocupada, como si nada hubiera sucedido. Caminó con paso firme hasta su silla habitual y se sentó, pidiendo con calma que le trajeran su almuerzo.

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Segunda vida. JACEGON
FanfictionAgonizando se encontraba el actual rey Aegon II Targaryen, envenenado por su propia gente, lo mas curioso que en su agonía no tenia deseos de vivir, a estas alturas para que pensaba el joven rey, no tenía a nadie, sus hermanos, sus hijos, su madre...