— Señorita, señorita el señor grande golpeó al gigante y el hada de alas bonitas— aviso Griamore sacudiéndome.
Me sentía abrumada, podía sentir claramente el incierto de todos a mi alrededor, pero lo que era mucho peor era el sentimiento cálido que desprendían Meliodas y Ban, hacia que mis corazones se acelerarán y todo mi cuerpo se sintiera nervioso. Trate de responderle pero sentía que si abría la boca lo asustaría si me llegara a ver en ese estado así que solo asentí.
Escuché claramente como momentos después de eso el choque de golpes entre Meliodas y los mandamientos comenzó, pero ni siquiera era capaz de levantarme de mi lugar en ese momento, simplemente era un demonio fuerte que había sido débil ante sus sentimientos de Diosa, eran dos razas completamente distintas y la maldición solo hacia que chocarán más.
— ¡Gigant Blest!— escuché antes de que el suelo temblará.
Con toda mi voluntad apreté al niño poniéndolo sobre mi para recibir todo el golpe de la caída, no sabía que altura era pero el impacto cayó sobre mi espalda. Apenas toque el suelo lo solté y todo el líquido que había mantenido en mi boca salió.
— Cof. . . Cof. . . agh— trate de ponerme de pie pero fue inútil, lo único que logré fue quedar en cuatro.
— ¡Kiki!— Griamore se acercó preocupado mirando mi estado— Déjame buscar ayuda
Fue lo único que pude distinguir mientras me retorcía, dolía, dolía como los mil demonios, nunca me acostumbraría por más que me dolía era soportable por un hechizo pero solo funcionaba cuando era un demonio.
— ¡Enana!— escuché junto a mi por lo que intenté levantar la mirada— Soy yo Ban que demonios te pasa
— ¡Alejate!— grite lanzando lo lejos— ¡No te acerques! ¡Ahhh!— apreté mi pecho, esa sensación cálida se sentía más fuerte. — ¡GOWTHER! ¡GOWTHER!
No entendía que estaba pasando alrededor, apenas si lograba escuchar lo que sucedía conmigo así que cuando sentí que el ambiente cambio abrí levemente mis ojos, estábamos en un lugar exterior.
— Señorita Hikari, ¿Está bien? ¡Déjeme ayudarla!
Si no me equivocaba esa era la voz de Elizabeth, cuando se acercó el dolor se intensificó una vez más, a como pude me arrastre lejos de ella, la sangre seguía fluyendo desde mi boca y sentía que la cabeza me iba a explotar. Cuando sentí que estaba llegando a mi límite unos brazos fríos me rodearon.
— Mamá— la voz apagada de Gowther me hizo tranquilizarme
— ¡Hazlo!— exigí apretando los dientes— ¡Haz lo que sea, mátame!
Mi comentario hizo que el aire alrededor se cortará, ya no era simplemente por el hecho de que habíamos dejado a Meliodas solo si no que pedía a gritos mi muerte.
— Tu no puedes morir— exclamó seguro— Ya lo intentamos antes recuerdas fue la última vez que todos te vieron
— ¡Así que fuiste tu Gowther maldito!— La voz de Ban explotó llena de rabia— ¡Sabes lo que sentí al pensar que ya no estaba ella!
— ¡CALLATE!— Explote dejando que una onda de energía saliera alrededor de mi, me aferre lo más que pude a la superficie que al contrario de los demas no transmitió nada, no había dolor, no habia angustia, no habia nada— ¡Por favor!, ¡Por favor ayúdame!
Agonizante puse las manos sobre mi cabeza apretándola, pero entonces se durmió, no sentí nada alrededor subí mi mirada y me encontré los ojos apagados de Gowther.
— Solo puedo dormirlo por un rato pero debes reponerte mamá— dijo mientras sus manos estaban sobre las mías
Quite mis manos lentamente dándome cuenta que ya no había nada, puse una de mis manos sobre mi pecho y había latidos pero no había nada más, suspiré cansada y trate de levantarme.
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Un Pecado Más
Hayran KurguEste es un fanfic creado puramente por y para entretener. Los personajes usados no me pertenecen. Con esto no se busca ofender a nadie léanlo bajo sus propias expectativas.