Capítulo 5: Frecuencia eléctrica

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"Te desafío a un duelo... ¿el premio? Un beso del perdedor."


Gwangju, Corea Del Sur Finales de Febrero 2005


Los pasillos estaban desolados, con profesores caminado aquí y allá lo más rápido que podían con sus uniformes pulcros y sin arrugas, zapatos de tacón que sólo sus pisadas se escuchaban en el piso liso y brillante.  SeokJin, Jimin, Namjoon y Dahye iban en puntillas, lo más disimulados posibles con sus corazones latiendo a mil. 

—Estoy sudando frío— susurró Jimin poniéndose su largo cabello azabache hacía atrás, mostrando su frente con gotas de sudor.

—Aprieta el culo si puedes, Jimin, pero no la cagues que ya estamos cerca de la salida.— Dijo Namjoon tomando de su lata de gaseosa haciendo reír a SeokJin.

—Ya, avancen, rápido— apuró Dahye haciendo que todos corrieran lo más silencioso que podían cuando los vigilantes de la entrada, o en este caso salida, se fueron a comprar donas a la cafetería permitiendo que el grupo saliera de la institución riendo y corriendo dando saltos emocionados.

—Este es el momento perfecto para poner una canción de MCR— dijo SeokJin después de calmarse y caminar por allí, aprovechando que las calles estaban solas y silenciosas.

The kids of yesterday, ¿cierto?— dijo mientras caminaba dando saltos al lado de Namjoon. 

—Exaaacto

—Claro que no, esa canción caería si estuviéramos andando por la ciudad en patinetas y pantalones anchotes mientras contaminamos nuestro intestino con latas de coca cola— dijo mientras se desencajaba la camisa de la falda.

—De hecho, yo creo que mejor-

—Cállate, Nam, que tú tienes gustos de abuelito.

Llegaron a la tienda de conveniencia  que quedaba como a dos cuadras del colegio, ya con las camisas arrugadas y desencajadas, buscando en sus bolsillos algo de dinero.

—Es bueno ver a la juventud llegar— dijo con una sonrisa sincera el señor de tercera edad de aquella tienda.— ¿Cómo están, muchachos?

—Buenos días, señor Lee— saludaron en unísono. Namjoon se acercó al mesón, poniendo sus codos en el, al frente de donde estaba el señor Lee. —¿Tiene Pepero ?

—Claro, aquí tenemos de todo, Joonie— se rió, yendo a donde estaba el dichoso dulce, con algunas dificultades para caminar por su cadera, cuando ya los tenía en la mano se los dio al pelinegro.— ¿Algo más? 

—Yo quiero cheese bokki  — dijo Dahye alzándose en el mesón. 

—¡Yeot!— exclamaron SeokJin y Jimin al unísono.

El señor llevó los dulces mencionados, viendo los rostros relucientes de los adolescentes, entregándole los wones  arrugados y algunas monedas, les sonrió dulcemente y sólo los escuchó agradecer e irse riéndose.

El grupo se sentó en una de las esquinas del andén, abriendo las envolturas de sus dulces, viéndolos con ansiedad y felicidad, todos excepto SeokJin que, sí, estaba emocionado por tener una nueva y única experiencia con sus amigos. Sin embargo, algo lo inquietaba, o lo tenía desanimado y no podía decidir qué era, buscando entre sus prioridades que más le importaban viendo si alguna de ellas se estaba desmoronando:

¡Qué gane el mejor!- [kookjin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora