Epílogo

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Mi abuela falleció esa misma noche, estaba muy enferma y nunca lo supimos. Mamá lloró mucho al igual que yo, mi madre me comentó que la abuela siempre quiso que sus cenizas quedasen en su país natal, pero mamá no pudo viajar para esparcirlas, dijo que emocionalmente no estaba preparada para hacerlo.

Cuando llegué a Tailandia todo era muy distinto a mi mundo, a la primera persona que llamé fue a Engfa, la necesitaba en este momento, ella me ayudó a encontrar a Nam para que se pudiese despedir de su mejor amiga.

Al llegar al cementerio hubo una pequeña ceremonia antes de dejar sus cenizas en aquel lugar, ahí conocí también a Heng, su primer esposo, estaba acompañado de una mujer que imagino que era la esposa, Nam estaba junto a sus hijos y nietos, cuando di la vuelta para salir del lugar una vez finalizada la ceremonia me di cuenta que había una mujer más alejada que observaba todo con una mirada perdida, ella era Rebecca.

Caminé hacia ella con total seguridad.

-Rebecca.

-¿Cómo sabes mi nombre?. -Miró impactada.

-Soy la nieta de Freen Sarocha Chakimha, ella me habló mucho de ti y por como me hablaba de que te expresabas con la mirada, sé que eres tú.

-¿Su nieta?... perdón, ¿cómo te llamas linda?.

-Soy Charlotte. -Le hago una pequeña reverencia y ella lo repite.

-Un gusto conocerte Charlotte, tu abuela era una gran mujer.

-¿La sigue amando?. -Necesito saberlo y no dudé en preguntarle.

-Hoy y siempre, no sabes cuánto deseé volver a verla, la busqué por todos lados, fui a cada lugar que ella amaba, busqué a Heng y él había perdido contacto con ella desde...

-Desde que ustedes se enamoraron.

-Si, también busqué a Nam, me costó encontrarla, pero ya es tarde, cuando supe dónde estuvo este tiempo decidí ir por ella, pero falleció... y yo... nosotras... -Comenzó a llorar, yo acaricié su hombro, sabía lo que quería decir. -No nos alcanzamos a encontrar, nos prometimos que lo haríamos.

-En esta o en la siguiente vida... -Susurré.

-¿Cómo?, ¿cómo es que tú sabes tanto?.

-Debo entregarle algo, me prometí que la encontraría para que usted y mi abuela tuvieran su final feliz.

-Pero no lo tuvimos...

-Si lo tendrán, Rebecca... perdón, la estoy tratando de tú, pero es que siento que la conozco de hace mucho tiempo.

-No te preocupes mi niña.

-Mi abuela escribió un libro.

-Escribió muchos. -Me miraba sin entender a lo que me refería.

-Lo sé, pero hay uno específico que es sobre una historia real, su historia.

-¿Cómo que su historia?.

-Escribió sobre su eterno amor, escribió de Rebecca Patricia Armstrong.

-Eso... ¿cuándo?. -Estaba impactada, le costaba procesar mis palabras.

-Lo escribió por años, nunca lo publicó y creo que mereces tenerlo, a través de él tendrán su final feliz, podrás comprender cómo y cuánto te amó. -Le entrego el libro que llevaba en mi bolso.

-Muchas gracias cariño, no sabes lo feliz que me haces al saber que puedo tenerla entre estas líneas. -Rebecca no paraba de llorar por lo que decidí abrazarla.

Mi abuela tenía razón, aún a su edad seguía siendo una mujer hermosa, tal cual como ella la describía.

-Recuerde que ella la estará esperando en la siguiente vida, espero que pueda encontrar paz y felicidad en aquellas páginas, es ahí donde su amor podrá tener un final feliz.

Luego de eso me despedí de Rebecca y fui en busca de Engfa que me esperaba un poco más lejos, al acercarme le sonreí y la besé, Freen Sarocha Chakimha tiene razón, ella es mi persona.

Le tomé la mano y caminamos juntas, cuando ya habíamos caminado un poco giré mi cabeza para ver por última vez al amor de la vida se mi abuela.

Rebecca estaba en cuclillas frente a la tumba de Freen, la vi leer la primera página, donde decía a quien estaba dedicado, una sonrisa se formó en su rostro y besó la página antes de continuar.

Cuando es la persona indicada, el amor será eterno, como el de mi abuela Freen y su querida Becky.

Un Amor Eterno. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora