"Ahora que lo pienso,la abuela nunca ha hablado de su pasado, al menos no con sus nietos, ¿mamá sabrá algo de la historia?.
Se me hace un poco extraño leer su libro que parece más un diario de vida, pero ella dejó que lo lea por alguna razón.
Busco a mi madre por la casa hasta encontrarla en el jardín.
-Mamá, ¿cómo era la abuela de joven?. -Le pregunto mientras mi recuesto en el pasto a su lado mientras ella trabaja con las flores.
-¿Tú abuela?, ¿por qué preguntas eso hija?. -No se detiene a mirarme, solo sonríe y sigue en su trabajo.
-De pronto me dio curiosidad. -Digo alzando los hombros.
-Era una mujer hermosa, aunque lo sigue siendo, siempre tenía una sonrisa para todo el mundo y viajaba mucho, viajábamos en realidad, ella siempre me llevó a sus giras por sus libros, siempre he estado muy orgullosa de tu abuela.
La sonrisa de mi madre lo demuestra, mi abuela siempre ha dado lo mejor para cuidar de todos quienes la rodean.
-¿Y cómo era antes de ti?. -Con esa pregunta se detiene, limpia sus manos en la jardinera que lleva puesta.
-La verdad... no lo sé, nunca me ha hablado de su infancia, adolescencia y juventud, no conocí a mis abuelos ni a ningún familiar, siempre ha sido muy reservada, solo sé que era de Tailandia.
-¿Nunca la investigaste por Internet?. -Ella se ríe.
-No, no tenía la necesidad de hacerlo, siempre he pensado que si ella no quiere hablar de su pasado es porque tendrá sus razones y las respeto.
Después de un tiempo charlando con mi madre volví al interior de la casa para continuar con la lectura".
El tiempo transcurría muy rápido, era una temporada con mucho trabajo para ambas, ya casi no nos veíamos y la distancia entre nosotras se sentía, un par de mensajes en la semana, no había tiempo ni para eso.
Un día ella me escribió, dijo que quería que nos viéramos en su departamento, ya sabía lo que iba a suceder, me preparé mentalmente para la conversación.
Al llegar nos saludamos con un corto beso en los labios, pero no se sintió la misma energía de los otros besos, fuimos al salón y nos sentamos en el sofá, ella me dio una copa de vino y comenzó a hablar.
-Freen, sabes lo que voy a decir.
-Lo sé y no necesitamos una larga conversación donde intentas explicarme los motivos que te llevaron a tomar la decisión, ambas estamos en un muy buen momento en nuestras carreras, nuestros caminos van en direcciones opuestas y lo entiendo.
-Exacto, además, me contrataron como modelo de algunas marcas y me están pidiendo que vaya una temporada a Francia, por otro lado, me enteré que tu debes hacer una gira por América.
-Eso es cierto, te felicito por tus contratos, te lo mereces, eres muy buena en tu trabajo.
-Gracias, tu igual.
-Becca no quiero que pienses que estoy enojada contigo, esto es algo que iba a suceder tarde o temprano, el cariño que te tengo sigue estando y no creo que desaparezca, al menos no en un largo tiempo, pero sé que ambas debemos continuar con nuestros caminos para así cumplir nuestros sueños.
-Te amo Freen.
-Y yo a ti Becky.
-¿Es un adiós?. -Su mirada demostró mucho miedo y tristeza, jamás olvidaré ese momento.
-Es un adiós. -Le di una pequeña sonrisa para ocultar mi tristeza.
Nos dimos un último beso y me fui.
Una semana después de ese último encuentro las noticias y redes sociales avisaban la llegada de Becky a Francia, se veía hermosa como siempre, yo comencé con la gira poco después.
Mi último libro había sido traducido en varios idiomas y me pedían que visite los países donde más se había vendido, conocí gente muy linda, América era un continente precioso.
Pasaron dos meses de eso y luego volví a Tailandia, seguía informándome de Becky, la extrañaba mucho.
Nam me estaba presionando para terminar un último volumen de la historia juvenil que había creado hace ya varios años, esa había sido mi primera obra y al fin le estaba dando un cierre a esa historia, con eso en mente decidí que era el momento de darle un fin a toda la historia, de mí historia de vida y comenzar otra de cero.
Cuando la terminé tuve un calendario muy ocupado, pero cuando al fin estuve libre le informé a mi querida amiga y editora Nam que me iba.
Había decidido comenzar en un lugar que había conocido en la última gira y que me había encantado, Argentina.
Eso si que era comenzar de cero, ya que ni el idioma lo sabía, o sea, comprendía y hablaba un poco español, pero no lo suficiente como para mantener una conversación fluida.
Tomé clases de español y me fui, dejé todo atrás.
Mis padres habían dejado de hablarme hace bastante tiempo y por salud mental de ambas partes era mejor dejarlo así.
No pude evitar que la prensa se enterase de mi decisión, además, tarde o temprano lo iban a saber, ya que iba a continuar escribiendo y Nam seguiría siendo mi editora, solo que desde más lejos.
Pasaron 5 años desde que me fui de Tailandia y no supe de Becky, pero hubo una tarde, en las que la vi, estaba su rostro por todas partes, todos hablaban del matrimonio realizado en privado de la señorita Armstrong.
Cuando lo leí por primera vez pensé que me había equivocado, la segunda vez que había sido una broma, pero a la tercera comprendí de que en verdad era ella.
Mi amada Becky se había casado, me alegré porque ella había continuado con su vida, pero sentí un dolor en el corazón que pensé que me moriría ahí mismo.
"¿Cómo se pudo casar?, se supone que amaba a mi abuela. -Ya me estoy enojando- ¿Por qué no se volvieron a juntar y ya?, ¿no que el amor es más fuerte que cualquier otra cosa?".
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Un Amor Eterno.
Fanfic"Todos tenemos un gran amor en nuestras vidas, esa persona que nos marca, que cambia nuestra forma de pensar. A ti, que cambiaste mi mundo y que nunca podré olvidar." -Sarocha.