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Hanbin está empezando a enojarse porque Jimin está tardando demasiado en cambiarse y necesita orinar.

- ¡Amigo, date prisa! ¡Te vistes como una niña!

- ¡Estoy por salir! - gritó Rosé desde el baño.

Justo a tiempo para ver a un compañero de cuarto muy enojado ya en la puerta, listo para entrar.

- Finalmente. - Eso es justo lo que dice antes de encerrarse en el baño.

Eran las siete de la mañana y todavía les quedaba una hora para prepararse adecuadamente antes de la primera clase.

Rosé corrió hacia un espejo para revisar su disfraz, que por buena señal no tenía nada fuera de lugar. Ella suspiró satisfecha.

No queriendo esperar a ver la cara de mal humor de su compañero, Rosé echó un último vistazo a su corbata y su peluca y se fue a desayunar.

Atortunadamente, nadia mucnas mesas abiertas en la cafetería, por lo que no tendría que sentarse con nadie. Su amigo Taehyung no estaba ahí, debía estar preparándose.

Al mirar el buffet, donde la comida está dispuesta en un gran mostrador, con diferentes tipos de comida, el apetito de Rosé aumentó. La mañana anterior, debido a la somnolencia, no había prestado mucha atención a esa mesa, simplemente cogió algo para tener en el estómago y mantenerla erguida. Pero esta mañana amaneció de buen humor, lo suficiente como para enamorarse de la cantidad de comida que les sirven a los estudiantes.

Sin perder más tiempo, caminó hacia la mesa grande, tomó una bandeja y comenzó a llenarla con un poco de todo lo que veía frente a ella. Fue la única vez que a Rosé no le importó saber si alguien la estaba mirando o no. Estaba demasiado ocupada tratando de no babear sobre la comida que tenía delante.

- Es mucha comida. ¿Estás seguro de que puedes comerte todo éso? - Escuchó Rosé levantando la cabeza solo para ver a la dueña de los ojos negros brillante s. - Hola.

Ella sonrió y Rosé se quedó sin aliento. Sería mentira decir que Jisoo ni siquiera se dio cuenta.

- Hola. - Respondió Rosé castigándose internamente por tartamudear.

- Ojalá tuviera un apetito como el tuyo. - Jisoo siguió conversando. - Sin embargo, no tengo mucha hambre por la mañana. Quizás en el almuerzo coma tanto como tú. - Ella le guiñó un ojo, riéndose de su reacción poco después.

- Buenos días Jisoo. ¿Dormiste bien está noche? - Dijo un joven con el cabello muy bien peinado, y con un aroma muy dulce, hasta el punto de resultar repugnante.

- Buenos días Hein. - Respondió Jisoo, sin entusiasmo.

Le da a Jimin una mirada arrogante cuando lo ve junto a Jisoo.

- ¡Oh! ¿Sabías que la mortadela tiene un 38% de barrica? - tomando el sándwich de la bandeja de Jisoo, para llamar su atención.

- Gracias. Hein. - Retiró su sándwich, aferrándose al límite de su paciencia.

Hein era un chico estudioso, dedicado y organizado, muy, muy organizado, que había perseguido descaradamente a Jisoo durante tres años. A veces podía resultar bastante incómodo.

- ¿Te... Te gustaría sentarte en una mesa? - Jisoo le pregunto a Jimin con timidez.

- Eres muy amable. - Taehyung apareció detrás de Rosé, ya sosteniendo su bandeja. Cuando llegó exactamente, Rosé no sabría cómo responder. - Pero mi amigo y yo tenemos algunas cosas de qué hablar antes de clase.

Jisoo ni siquiera tuvo tiempo de decir nada, mientras Taehyung alejaba a Jimin/Rosé.

- ¿Qué estás haciendo? - preguntó Rosé, molesta por haber hecho eso.

She is the man - Chaesoo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora