Han pasado tres meses desde que mi hermana y yo llegamos a la casa de Min Yoongi. Cada día parecía sacado de un sueño, de esos que jamás me atreví a imaginar. La paz y la tranquilidad que siempre había anhelado para nosotras estaban al fin aquí, como si el caos y el dolor del pasado fueran solo un mal recuerdo. Yoongi nos trataba con tanto cariño, con tanta devoción, que a veces me costaba creer que fuera real. No era una mansión como la del señor Jeon, pero la calidez que irradiaba este lugar hacía que se sintiera más como un verdadero hogar.
—Jas, ¿estás por aquí? —la voz suave de Yoongi me sacó de mis pensamientos mientras me limpiaba las manos en el delantal de jardinería. Su presencia siempre traía una calma inexplicable, pero también ese nerviosismo que me hacía sentir como una adolescente enamorada.
—Oh, Jas, mira qué preciosas han florecido las flores —dijo con una sonrisa, acercándose a observarlas de cerca, sus ojos brillando de admiración.
—La jardinería es algo que me apasiona —respondí sonrojada, sintiendo cómo su presencia comenzaba a hacerme titubear.
—Todo se ha vuelto más precioso desde que estás aquí —susurró mientras se acercaba más, levantando mi mentón con delicadeza para que nuestras miradas se encontraran. El calor de sus dedos sobre mi piel me hizo estremecer. Yoongi se inclinó un poco más, acercándose peligrosamente.
—Yoon... quedamos en que me darías tiempo... —murmuré, retrocediendo un paso, no porque no lo deseara, sino porque temía perderme en él demasiado rápido.
—Lo siento —dijo, su voz rota, casi susurrando—. Es que te veo, y mi corazón no puede evitar emocionarse. No mido mis acciones cuando estás tan cerca, Jaspe.
Sonreí con suavidad, queriendo disipar la incomodidad de ese momento. No quería que se sintiera mal, no cuando en realidad mi corazón también latía desbocado en su presencia. Tomé su mano con suavidad, como si con ese simple gesto pudiera comunicarle lo que aún no me atrevía a decir.
—Cuando estoy cerca de ti, mi corazón también se emociona... —confesé, sintiendo cómo el calor subía por mis mejillas. Su agarre se volvió más firme, y en un movimiento suave, me envolvió en un abrazo.
Su abrazo era cálido, protector, y en ese momento, sentí que podría quedarme así para siempre. Yoongi me sostuvo como si fuera lo más preciado en su mundo, y sin dudarlo, correspondí su abrazo, cerrando los ojos y permitiéndome disfrutar de la sensación de seguridad que me daba.
—Esta noche hay un baile —dijo de repente, su voz vibrando en mi oído—. Quisiera que me acompañaras.
Me alejé ligeramente, mirándolo con sorpresa.
—No tengo ningún vestido lindo... —dije preocupada, recordando que no tenía nada que pudiera ser adecuado para una ocasión así.
Yoongi sonrió de manera traviesa, como si hubiera estado esperando esa respuesta. Sin decir una palabra, corrió hacia la entrada del jardín y tomó una caja azul celeste que había dejado allí. Con un gesto elegante, la abrió, revelando un hermoso vestido rojo, de esos que solo ves en cuentos de hadas, con detalles delicados y un corte de princesa.
—Es por eso que te traje esto... —dijo, levantando el vestido con cuidado, sus ojos fijos en los míos, como si esperara mi reacción.
Me quedé sin palabras. El vestido era magnífico, tan hermoso que me costaba creer que fuera para mí. Pero lo que realmente me dejó sin aliento fue el gesto, el hecho de que Yoongi pensara en cada pequeño detalle, en cómo quería que me sintiera especial.
—Yoongi... esto es demasiado... —susurré, sin poder apartar la mirada del vestido.
—No, Jas. No es suficiente. Tú mereces mucho más que esto... mucho más de lo que yo podría darte. Pero esta noche, quiero que te sientas como la reina que eres para mí. Déjame hacer eso por ti.
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El Lenguaje de las Flores
FanficJaspe descubrirá que a veces, el pasado florece en los lugares más inesperados, y que la verdadera fortaleza está en las raíces que nunca dejamos ir.