Historias +18

Deseo peligroso

(capítulo único)

Holiii aparecí de nuevo.

Antes de que comiencen con esta nueva historia sé que dije que voy a intentar estar más activa, pero me desaparecí casi dos meses, y bueno… no pude 😔 Y ya mejor no prometo nada porque ni yo misma se cuando vuelva actualizar (bromi) xD.

Ahora que estoy publicando esta historia espero que lo disfruten al leerlo. Así que, gracias por tomarte el tiempo de pasar por aquí. Se te agradece 🤗.

Ahora sí comienza a leer 😎👍

•••••

Esto no puede estar pasando. Tengo que sacarlo de mi mente.

¿Por qué él? No debería.

Llevo días pensando en lo que ocurrió en ese maldito sueño. Su cuerpo contra el mío, mis labios buscando los suyos con una pasión desbordante mientras sus manos recorrían cada rincón de mi piel. Me montaba sobre él, mis caderas moviéndose frenéticamente, sintiendo el calor que atravesaba la tela de su pantal...

«¡Basta!» me digo a sí misma. Ni siquiera lo conozco. Solo necesito calmarme. Sin embargo, mis ojos no pueden evitar posarse sobre el hombre bien uniformado que aparece en la sala. Su traje, perfectamente ajustado a su cuerpo, delata una figura trabajada que he visto en varias ocasiones en revistas y artículos sobre su éxito como empresario.

Es demasiado atractivo, a pesar de tener 34 años. ¿Cómo es posible que mantenga ese aspecto? ¿Acaso habrá hecho un pacto con el diablo?

«No, no, no... ¿Qué estoy diciendo?» Mi mente no deja de traicionarme con estos pensamientos.

Observo la tablet que está sobre la mesa mostrándome algunos ejercicios de matemática integrada que estuve resolviendo, pero la voz de mi madre me obliga a levantar la vista. A través de la gran ventana veo al hombre de nuevo, esta vez cruzando su mirada con la mía. El simple hecho de imaginar su mirada sobre mí me provoca un cosquilleo entre las piernas que ignoro a duras penas mientras avanzo hacia la sala, donde mi hermano pequeño baja las escaleras.

Estaba tan bien en el jardín. ¿Por qué me hicieron entrar?

—Bueno, ya que estamos todos, les presento a Aleksander Melnikov —dice mi padre— Es un gran amigo, socio e inversionista de la empresa. Cómo les mencioné, se quedará con nosotros estos tres días.

—¿Por eso habrá una fiesta mañana? —pregunta mi hermano.

—Digamos que sí. —responde mi madre, sonriendo— Es una celebración por el éxito de una nueva negociación entre tu padre y Aleksander.

—Él es Kris. —añade mi padre, señalando a mi hermano.

—Hola, campeón —dice Aleksander con una voz gruesa y ronca, tendiéndole la mano. Esa voz... podría derretir a cualquier mujer, incluyéndome.

De repente, su mirada se desvía hacia mí, recorriendo cada centímetro de mi cuerpo hasta que se detiene frente a mí. Dios... ¿Por qué siento que me miró más allá de lo que debería? Un escalofrío me recorre las piernas.

—Ella es mi hija, Amber —anuncia mi padre.

—Hola —saluda Aleksander.

—Hola —respondo, intentando mantener la compostura mientras le doy un beso en la mejilla. Su perfume masculino me envuelve, aturdiéndome un instante hasta que logro apartarme—. Mucho gusto.

—Igualmente.

Dios... mis oídos acaban de ser bendecidos con ese acento ruso.

—Bueno, ahora que nos conocemos, vamos al comedor. No quiero que se enfríe la comida que he preparado —interviene mi madre. Asentimos y la seguimos hacia la mesa.