CAPITULO 23

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El crujir de los tacones contra el suelo retumba por todo el despacho, camino enderezada y cierro la puerta con cuidado.

—Dime, ¿Qué necesitas?

—Siéntate un momento—me rogó.

Me siento en una de las sillas y desvío la mirada hacia la pared. ¿Por qué narices me ha propuesto que sea la vicepresidenta? No estoy preparada para esto.

—Lo siento, siento que te hayas enterado de esta manera—suspira—Pensaba decírtelo esta mañana pero te fuiste corriendo a hablar con James y no pude hacerlo.

Permanezco callada con una mirada seria , sé que perderé los papeles si abro la boca , puede que arde troya, así que mejor decido no hacerlo.

—Derek—susurro , sin saber cómo continuar.

—Yo... no se que decirte Cristal, pero es lo que hay, si no eres la vicepresidenta , Rachel podía haber accedido a las cuentas de la empresa—dice desesperado—lamento no haberlo dicho antes, pero necesito que confíes en mí.

Le miro a los ojos asintiendo con la cabeza y decido escucharle por un momento.

—Cristal, sé que no nos conocemos mucho, pero confío en ti, se que tienes valor para tomar decisiones , vales muchísimo como persona , esta empresa necesita a alguien como tu—dice mirándome con esos ojos cristalinos, su mirada se suaviza y esboza una sonrisa—de verdad, lo digo enserio.

El hecho de que estemos los dos solos en el despacho, sin discutir , se me hace raro. El me mira atento desde su silla , mientras yo intento no aparentar estar nerviosa. Se agacha y agarra un sobre que saca del cajón de su mesa, me lo lanza y noto lo grande que es.

—¿Qué es esto?

—Tu nuevo contrato como vicepresidenta de Coco—dice—tu despacho ya está listo ¿quieres verlo?—pregunta feliz.

—Luego más tarde lo veré—digo—esto me ha pillado por sorpresa , no me esperaba que pasara esto.

—Ha sido todo inesperado—suspira—pero lo único que necesito ahora mismo es que confíes en mí.

—Yo...—no me salen las palabras.

—No hace falta que digas algo ahora, es normal que estés así , tardarás unos días en asimilarlo.

Asiento y camino hacia donde está él.

—Gracias por confiar en mí—digo sonriente—pero quería hablar contigo de algo...

El me mira con incredulidad , no sé como decírselo, no se como hablar sobre este tema, necesitaba volver a casa y ver cómo están mis abuelos. Me quedaría más tranquila si estoy con ellos durante unos días, ellos lo son todo para mi.

—Necesito que me hagas un favor—le digo firme , él me mira y se encoge de hombros.

—Necesito irme una semana fuera—digo nerviosa—es importante.

—¿Qué pasa?—abre los ojos como platos esperando mi respuesta.

—No es nada... solo tengo que hacer unas cosas—siento como mi corazón comienza a latir a gran velocidad.

Él me mira confundido sin saber qué está pasando, le pillo con la guardia baja , le miro y veo como se levanta y se acerca a mi. El me agarra las dos manos y entrelazamos nuestros dedos , se acerca cada vez más a mi y siento como un escalofrío recorre mi cuerpo.

—¿A donde tienes que irte?—pregunta preocupado—¿Necesitas que vaya contigo?

—No, no hace falta— digo con voz suave.

—Por cierto... Tenemos que hablar sobre algo , del cual no hemos hablado todavía—dice por fin. Siento como sus palabras suenan apagadas y agacha la cabeza mirándose los dedos de nerviosismo.

Permanezco a su lado esperando a que me diga que ocurre. Es la primera vez en todo este tiempo que veo a Derek de esta manera, él es un hombre blando, aunque a veces parezca que lo tiene todo controlado , pero no es así.

—¿sobre qué tenemos que hablar?—pregunto sorprendida—¿ha pasado algo más de lo que no me haya enterado?

—Cristal—suspira—Nuestro contrato vence en tres semanas.

—¿Tres semanas?—grito aproximándose a él.—Pensaba que quedaba menos

—¿Estas de broma?—ríe a carcajadas—¿creías que quedaba menos? eres un caso perdido —rió— pero ahora en serio, en tres semanas finaliza el contrato y... no sé, no quiero que se acabe.—susurra mirándome con esos ojos tristes cristalinos —No sé si recuerdas esto, pero en el desfile anuncié nuestra boda para dentro de una semana, justo coincide con tu vuelta .

Me separo de él y camino hacia la silla para recoger el sobre, me giro y me despido de él sonriendo.

—Nos vemos luego—digo—ya hablamos.

Derek corrió hacia mí y me agarró del brazo haciendo que me diera la vuelta para darme un abrazo. Mi rostro cambia por completo cuando me separo y veo como Derek está sollozando, él entierra su cabeza en mi pecho y parece que por un instante todo se para, después de estar durante unos segundos asi, el me da un beso en la frente y me despido de él.

Amor bajo las luces de ChicagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora