SIRIUS SE SENTIA ATRAPADO. Desde el momento en que casi cruzó esa línea con Dahlia, todo dentro de él había sido un caos. Cada vez que la veía, sentía ese impulso imposible de ignorar, como si el universo los empujara a estar juntos, a pesar de que sabía que no debía. Salie era su novia, la mejor amiga de Dahlia, y aunque intentaba convencerse de que su relación con Salie seguía siendo sólida, una parte de él sabía que las cosas habían cambiado.
Desde aquella noche junto a la chimenea, cuando Dahlia le había dicho que necesitaban distancia, no había podido dejar de pensar en sus palabras. Era lo correcto, claro. Sirius lo sabía mejor que nadie. Pero saberlo no hacía las cosas más fáciles. Cada vez que sus ojos se encontraban con los de Dahlia, sentía cómo su pecho se apretaba y cómo todo lo demás se desvanecía a su alrededor. Era una atracción que no podía controlar, y eso lo enfurecía, porque Sirius odiaba no tener el control de sus propias emociones.
Y luego estaba Regulus.
La relación con su hermano había sido siempre complicada, pero en los últimos meses, las tensiones entre ellos habían alcanzado un punto crítico. Regulus había empezado a relacionarse más estrechamente con aquellos que simpatizaban con los ideales de los Mortífagos. Incluso en Hogwarts, el nombre de los Black estaba ligado al purismo de sangre, y Sirius no podía soportar la idea de que su propio hermano, su propia sangre, se uniera a ellos. Lo veía en los pasillos, siempre rodeado de aquellos que compartían esa peligrosa ideología, y cada encuentro entre ellos era una mezcla de rabia y decepción.
—¿Qué demonios te pasa, Reg? —le había espetado una tarde, cuando lo encontró solo en los terrenos del castillo.
Regulus lo había mirado con esos ojos que tanto se parecían a los suyos, pero llenos de un frío que Sirius nunca había entendido. Habían sido cercanos de niños, pero los ideales de su familia habían cavado una grieta insalvable entre ellos.
—Estoy haciendo lo que se espera de mí —había respondido su hermano, con una calma que solo encendió más la furia de Sirius—. Tú eres el que se ha alejado de todo, traicionando a nuestra familia.
Esa palabra, "traición", siempre golpeaba a Sirius con más fuerza de la que le gustaría admitir.
<<—Siempre has sido un egoísta, Sirius. Siempre piensas en ti, en tu beneficio pero jamás, ni por un minuto has pensado en mí, a si que por favor no te vengas a hacer el buen hermano preocupado.
– Regulus...porfavor, éramos unidos, éramos nosotros dos, ¿Que nos pasó?.
Sirius no se arrepentía para nada se haberse escapado de su casa, pues nunca se sintio realmente a gusto, en contra de todas las ideales de su familia, Pero algo lo carcomia en la noche, era el hecho de su hermano y querer saber que pasaba con el, su vida o si necesitaba ayuda.
– ¿Que que nos? –El menos soltó una risa amarga llena de recelo dando un paso hacia Sirius.– Paso que te fuiste con tu estupido amigo Potter, y me dejaste ahí solo. Todo lo que e hecho es por qué no e tenido de otra, a comparación de ti yo jamás dejaría a mi familia por más disputas que tengamos...yo jamás te hubiera dejado atrás solo, sin apoyo alguno. Asi que nunca jamás vuelvas a reclamarme algo, por que todo lo que e hecho no es porque yo quisiera. Adiós hermano.
Sin esperar respuesta alguna Regulus salió de ahí a paso apresurado, dejando a Sirius con la palabra en la boca y los ojos levemente cristalizados.
Eran palabras que había escuchado antes, de su madre, de sus primos, incluso de su padre. Pero escucharlas de Regulus dolía más. A pesar de todo lo que los separaba, Sirius seguía siendo su hermano mayor, y una parte de él siempre había querido protegerlo. Pero ahora, parecía que Regulus estaba demasiado lejos, demasiado atrapado en ese mundo oscuro del que Sirius había pasado toda su vida escapando..y en parte era culpa de el.
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𝘉𝘭𝘢𝘤𝘬 𝘚𝘱𝘢𝘤𝘦
Fanfiction𝘿𝙖𝙝𝙡𝙞𝙖 𝙀𝙫𝙖𝙣𝙨, 𝙇𝙖 𝙝𝙚𝙧𝙢𝙖𝙣𝙖 𝙥𝙚𝙦𝙪𝙚ñ𝙖 𝙙𝙚 𝙇𝙞𝙡𝙮 𝙚𝙣𝙩𝙧𝙖 𝙖𝙡 𝙘𝙤𝙡𝙚𝙜𝙞𝙤 𝙃𝙤𝙜𝙬𝙖𝙧𝙩𝙨 𝙙𝙚 𝙢𝙖𝙜𝙞𝙖 𝙮 𝙝𝙚𝙘𝙝𝙞𝙘𝙚𝙧í𝙖 𝙥𝙖𝙧𝙖 𝙡𝙪𝙚𝙜𝙤 𝙘𝙤𝙣𝙫𝙚𝙧𝙩𝙞𝙧𝙨𝙚 𝙚𝙣 𝙢𝙚𝙟𝙤𝙧 𝙖𝙢𝙞𝙜𝙖 𝙙𝙚 𝙡𝙤𝙨 𝙚𝙣 𝙚...