Príncipe y Guardaespaldas - Serie Tribunales Peligrosos #IV - Hyunlix.

XXVIII. 🗡🌩

Hyunjin.

Una tormenta les sigue desde Ostomar. No es una tormenta de magia Miroh, estas nubes oscuras son puro viento y cielo frío. Hyunjin se alegra de estar detrás de Felix para protegerle de la mayor parte del frío. Chaeryeong utiliza su magia Miroh para dar forma a los bordes de la tormenta a su alrededor, ajustando las corrientes de aire para acelerar su viaje.

—Vamos bien de tiempo —dice Chaeryeong con la boca llena de pan de viaje—. ¿Seguro que no quieres un aperitivo?

—Muy seguro —responde Felix.

— ¿Y tú, Hyunjin?

—No, estoy bien. —A Hyunjin le van bien las alturas, pero comer en pleno vuelo de dragón le supera.

El vuelo es lo bastante largo y tranquilo como para que Hyunjin se duerma un par de veces, al igual que Felix. Hyunjin apenas puede creer que Ostomar se esté quedando cada vez más atrás. Debería estar demasiado excitado para dormir, pero el cansancio le alcanza.

Tan rápido como vuela Loska, más rápido se mueve el sol. Cuando Chaeryeong les ayuda a descender por una cresta rocosa y boscosa, el atardecer es de un profundo azul lavanda.

— ¿Vas a volar ya de vuelta? —pregunta Hyunjin cuando Chaeryeong tira las maletas sin desengancharse. Hyunjin está demasiado tembloroso por el vuelo para intentar agarrar las maletas, y espera que los cuchillos que empacó no sufran daños.

Loska responde en su lugar. — ¡Esto no es nada! Podemos volar una semana seguida sin descanso.

—Tres días como mucho —corrige Chaeryeong, estirando los hombros. Esboza una sonrisa—. Aunque dos días es más cómodo. ¿Están listos? Este es un lugar extraño para una misión real.

—Estamos listos —dice Felix. Se agarra al brazo de Hyunjin para mantener el equilibrio mientras sacude las piernas—. Gracias, Chaeryeong.

—Entonces te dejo. —Chaeryeong da una palmada en el cuello de Loska—. Vamos, muchacho. Vamos a tomar la ruta pintoresca de vuelta.

—Nunca entiendo cuando dices eso, —dice Loska, balanceándose sobre sus cuartos traseros. Se lanza al cielo con una ráfaga de viento. —Cada ruta que tomamos es pintoresca.

Tirando de Felix hacia su pecho, Hyunjin levanta el brazo para protegerse los ojos de la ráfaga de hojas y tierra. Cuando el aire a su alrededor se calma, Loska ya está en lo alto, volando como un trozo de medianoche en el cielo del atardecer.

Hyunjin va a estar muy dolorido mañana. Eso fue totalmente diferente a montar a caballo. Pero ahora mismo, está concentrado.

—Estamos a unas seis horas a pie de la antigua estación de paso —dice Hyunjin. No quería que Chaeryeong supiera su destino exacto. Con suerte, incluso si Chaeryeong habla, el drasgard del rey no encontrará su ruta hasta que sea demasiado tarde—. Eunji debe estar todavía a un par de días de distancia ya que no consiguió el transporte acelerado.

—Así que tenemos tiempo. —Felix quita las hojas de su trenza apretada.

—Tenemos tiempo. Ahora, estoy jodidamente dolorido por ese paseo en dragón. ¿O eres sólo tú a través del vínculo?

—Definitivamente los dos.

Hyunjin se frota el cuello. —Apuesto a que eres más tú que yo. De todos modos, nos desmayaremos si intentamos llegar a la estación esta noche. Hay un arroyo a media hora al noroeste. No es la dirección correcta, pero podemos recuperar el tiempo mañana.