Felix.
Felix no sabe cuál de ellos llega primero, pero la sensación es claramente doble. Un trueno seguido por un terremoto. Las manos de Felix vuelan de la cabecera y agarran los hombros de Hyunjin. Su visión se vuelve borrosa en los bordes, cada respiración es como la más dulce daga.
Hyunjin lo besa lentamente y Felix apenas le devuelve el beso. Todo es real, visceral, increíblemente real, desde el ligero dolor en las palmas de Felix por agarrar los barrotes demasiado fuerte, hasta la resbaladiza piel del trasero de Hyunjin bajo sus talones.
Besos llueven en los labios de Felix, en su mandíbula, cada toque es inquietantemente extraño y a la vez familiar. Entonces Hyunjin se echa hacia atrás, y Felix lo suelta de mala gana lo suficiente para que Hyunjin se tumbe en la cama a su lado. Instintivamente, Felix rueda medio encima de Hyunjin para besarle de nuevo. Apenas es dulce. Felix intenta sujetarle el cabello, pero un mechón cae entre los dos.
—A la mierda esto —Felix murmura, escupiendo el cabello fuera de su boca. Quizá debería cortarlo todo.
Hyunjin tira de él hacia abajo. —No te atrevas.
— ¿Qué? —pregunta Felix, acurrucándose contra el costado de Hyunjin, su mejilla descansando en el duro pecho.
—Sé lo que estás pensando. Me gusta tu cabello.
La sonrisa que se dibuja la cara de Felix es ridícula. No puede evitarlo.
Hyunjin le acaricia el cabello mientras recuperan el aliento, cada suave movimiento hace que Felix vuelva a sí mismo. Lo saca del borde de la locura orgásmica.
Eso es un problema. Felix no quiere pensar con claridad ahora. No quiere a Hyunjin pensando claramente, no ahora. Todavía no. —No —dice Felix cuando Hyunjin se tensa, aunque su mano no deja de moverse en el cabello de Felix—. No digas nada. No quiero despertarme aún.
Hyunjin frota su nuca, justo debajo de la línea de cabello, enviando suaves hormigueos a través de él. —No es un sueño, amor.
—Hyune...
—Aprendí mi lección sobre no contarte mierda, ¿de acuerdo? —Hyunjin tira de su cabello burlonamente, luego regresa al masaje gentil. Su toque es tranquilizador. Justo lo que Felix necesita—. ¿Por qué nunca habíamos hecho esto antes?
Felix traza un círculo en el estómago de Hyunjin. —Nunca pensé que quisieras.
Hyunjin no dice nada por un tiempo. Tal vez eso es todo, y Felix puede simplemente disfrutar del momento de paz. Lo suficiente como para que las pequeñas molestias físicas vuelvan a aparecer: el semen secándose en su estómago. Las mantas retorcidas en un bulto bajo su costado. Su piel demasiado tensa, demasiado consciente de Hyunjin a su lado. La habitación está a media luz, pero sigue siendo demasiado luminosa.
—Lo siento —dice Hyunjin finalmente.
— ¿Por qué? ¿El mejor orgasmo de mi vida?
Hyunjin suspira. —Esto ha estado colgando entre nosotros, ¿verdad? Tú has querido esto desde hace tiempo, y no me di cuenta.
—No tienes que disculparte. No quería que te dieras cuenta.
— ¿Y eso por qué? —Hyunjin tira de él más cerca—. Me gusta esto. Tú aquí, conmigo. No queda nada entre nosotros. Esto está bien.
Felix está de acuerdo... joder, está de acuerdo, con cada fibra de su ser.
Pero él no puede creer que algo en su vida sea tan simple. —Tenía miedo.
ESTÁS LEYENDO
Príncipe y Guardaespaldas - Serie Tribunales Peligrosos #IV - Hyunlix.
Fiksi PenggemarAcurrucarte con tu guardaespaldas es normal, ¿verdad? Felix Miroh no puede mostrar debilidad si quiere sobrevivir en la corte de Draskora. El único hombre con el que puede mostrarse vulnerable es Hyunjin: El guardaespaldas de Felix. El vínculo les p...