Capítulo Doce

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Casa Seis, 2050

El viento estaba helado, las tormentas habían iniciado hace unos días . Awilix y Jason caminaban por el bosque, el menor se balanceaba por los árboles brincando de rama en rama hablando sobre el nuevo libro que había leído el día anterior, mientras la mayor iba caminando por el suelo con tranquilidad, cuidando con la mirada el camino que Jason estaba por pisar, iba preguntándole a su hermano sobre el libro, de vez en cuando le gritaba que tuviera cuidado, pues la rama a la que iba a brincar parecía que podía caerse.

—La gente había enloquecido por una supuesta agenda que traería el fin del mundo. —mencionaba con emoción. —Algunos decían que el anticristo iba a llegar y otros hablaban sobre los iluminati.

—Oye, eso suena interesante.—dijo la chica con una sonrisa. —Pero es hora de regresar, baja ya y me cuentas aquí.

Su hermano se quejó.

—Lix... —el chico alargó la I.

—No, Jason, no regresaras por ahí. Rompiste varias ramas. —su hermano siguió quejándose. —Deja de quejarte y baja. 

Jason se bajó del árbol y se posiciono a lado de Awilix para caminar de regreso, comenzó a platicar sobre el libro de nuevo. Se habían adentrado mucho al bosque que les tomaría un largo rato regresar.

—¡La gente estaba volviéndose loca y...! —no termino su frase, un intenso gruñido lo interrumpió. —¿Qué fue eso?

Awilix detuvo la camina de su hermano poniendo su brazo frente a él

—No hagas ruido. —la mayor tapo la boca de su hermano y comenzó a señalar un camino para que su hermano pisara.

Jason comenzó a pisar con cuidado, tratando de no hacer ruido, pero el suelo estaba lleno de ramas y hojas que crujían con el más mínimo movimiento.

—Camina con cuidado. —susurro caminando detrás de él. 

A lado el chico, entre los árboles, las hojas comenzaron a crujir y de la oscuridad emergió una persona, parecía ser alguien normal, pero su manera de caminar delataba su mal estado, un par de venas sobresalían por sus brazos. Sus ojos estaban comenzando a verse rojos en vez de blancos. Tenía una mala postura, una gran joroba sobresalía de su espalda.

—Aléjate. —le dijo a su hermano. —¡Aléjate!

Jason se quedó paralizado en su lugar mirando a la persona, quien se acercó rápidamente a él.

—¡Jason! —gritó ella.

La persona brinco a su hermano menor, tomándolo con fuerza por los hombros y tirandolo al suelo, quedando arriba de el. Jason comenzó a forcejar con el adulto tratando de escapar de él. Comenzó a suplicarle a su hermana que lo ayudara, la voz de su hermano derramaba miedo, entrecortada y temblorosa, 

Awilix se tiro al suelo de rodillas buscando una rama en el suelo, comenzó a patear a la persona mayor sin dejar de recorrer el suelo con sus manos en busca de algo. Estuvo forcejando un par de minutos con el mayor, tratando de alejarlo de su hermano, pero dejo de hacerlo cuando Jason dejo de pelear, quedándose completamente inmóvil.

—¿Jason? —pregunto ella. La persona mayor detuvo su ataque, Awilix aprovecho para aventarla a un lado y arrodillarse a lado de su hermano. Su hermano yacía en el suelo, sus manos sostenían con fuerza su cuello como si tratase de ahorcarse, pronto un liquido rojo se deslizo con rapidez por los dedos de sus manos. —Joder, Jason.

Rompió algo de su ropa rápidamente para ponerla en el cuello de su hermano. Las marcas de la dentadura de la persona mayor estaban muy marcadas en su cuello, faltaba un gran pedazo de piel, de ahí es donde escurría demasiada sangre.  Awilix comenzó a maldecir mientras trataba de detener el sangrado. Jason trataba de respirar, su pecho subía y bajaba rápidamente debido a la desesperación de la falta de aire. La persona mayor comenzó a correr por hacia el fondo del bosque.

—Jason... Jason... Jay, calmate... Por favor, Jason. —suplico su hermana mayor, con su mano en el pecho del chico tratando de que controlara su respiracion. —Jason respira como te enseñe. —pidió ella con voz temblorosa. La respiración de Jason se detuvo de golpe asustándola. —¿Jay? —pregunto ella alejando sus manos temblorosas del cuello del chico. —Dios... no, tu no...

Murmuró con temor, levantándose del suelo con cuidado. Maldijo internamente mientras retrocedía. Comenzó a escuchar un helicóptero acercarse al lugar, miro al cielo y comenzó a correr sin mirar atrás, tratando de no tropezar con las ramas o las montañas de hojas, evitando chocarse con los árboles.

El Desafío De Los Desterrados (Libro 1, 2, 3 y 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora