El Lazo de la Obligación

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  El sol brillaba en París, iluminando las calles con su luz dorada. Marinette Dupain-Cheng estaba en su mejor momento, llena de confianza y alegría. Su corazón latía con fuerza al pensar en ti, la hermana de Adrien Agreste, y en la posibilidad de un futuro juntas. 

Había conseguido la aprobación de Adrien y de su padre, Gabriel, para estar contigo.


Todo parecía perfecto, pero había un pequeño detalle que no encajaba: tú.Esa tarde, te encontraste con Marinette en la terraza de La Crêperie, donde solían pasar tiempo juntas. Ella sonreía radiante, los ojos brillantes con una mezcla de emoción y expectativa. "¡Tengo noticias increíbles!" exclamó, sentándose frente a ti."¿Qué pasa, Marinette?" preguntaste, sintiendo un ligero nudo en el estómago."Adrien y su padre me han dado su aprobación para estar contigo. ¡Puedo casarme contigo!" Su voz era una mezcla de alegría y emoción desbordante.Te quedaste en silencio, procesando sus palabras. "¿Casarte conmigo? Marinette, eso es... demasiado. No lo había considerado."


"Pero es lo que queremos, ¿no? Adrien me dijo que estarías feliz. Pensé que esto sería perfecto," dijo, su voz llena de esperanza."Marinette, eso no es lo que quiero," respondiste, sintiendo cómo la presión aumentaba en tu pecho. "No estoy lista para eso. No puedo aceptar algo que no he elegido."Su sonrisa se desvaneció, y te miró con una mezcla de confusión y tristeza. "Pero... todos están de acuerdo. Es lo que se espera. Seríamos felices juntas. Solo tienes que darme una oportunidad.""¿Y si no quiero eso? ¿Y si no quiero casarme?" dijiste, tu voz temblando. "No puedo tomar una decisión así solo porque todos piensan que es lo correcto."


Marinette se acercó, buscando tomar tu mano, pero te retiraste. "Esto no es justo. No quiero sentir que estoy siendo empujada a algo que no deseo. Necesito espacio para pensar.""¿Por qué no lo entiendes?" Marinette se frustró, su voz elevada. "He trabajado duro para lograr esto. Quiero construir un futuro contigo, algo hermoso. ¿No ves que es lo que todos quieren?""Lo que todos quieren no importa si no es lo que yo quiero," replicaste, sintiendo la tensión en el aire. "No puedo ser feliz si me obligas a seguir un camino que no elegí."Su mirada se oscureció, y una chispa de desesperación brilló en sus ojos. "Pero... te amo. Y Adrien me apoyó. ¿No es suficiente?"


"Amar a alguien no significa que debas controlarlo. Quiero tomar mis propias decisiones, Marinette. No puedo estar con alguien que no respete eso."Te diste cuenta de que sus emociones estaban a flor de piel. La chica que había admirado tanto, la heroína que había luchado por París, parecía estar perdiendo el control. "No quiero perderte," dijo, su voz casi un susurro."Y no quiero que me pierdas, pero esto no puede ser así," dijiste, sintiendo un nudo en la garganta. "Necesito ser libre."La tristeza se transformó en frustración, y Marinette se levantó de la mesa. "Esto no es solo sobre nosotros. Esto es lo que debe ser. Adrien y su padre... ¡todo está alineado! ¿Por qué no puedes ver lo perfecto que sería?"


"Porque no es perfecto si no es lo que yo quiero," le respondías, sintiendo el corazón pesado. "Quiero construir mi propia vida, sin presiones externas. Te quiero, pero no así."En ese momento, el brillo en sus ojos se convirtió en una mirada intensa, casi desesperada. "Si no puedes aceptarlo, entonces tal vez no entiendes lo que esto significa. Haré lo que sea necesario para que estés conmigo. No puedo dejarte ir."


Te sentiste atrapada en su mirada, sabiendo que sus sentimientos eran profundos, pero también peligrosos. "Marinette, eso no es amor. Eso es posesión."La atmósfera se volvió tensa y pesada, y supiste que debías ser firme. "Debes darme espacio. Necesito decidir qué quiero, sin influencias."


Marinette se quedó quieta, su respiración agitada. "No puedo perderte. No puedo."Y mientras te alejabas, sintiendo que el peso de su devoción te seguía, te diste cuenta de que esta lucha no era solo por tu libertad, sino por la esencia misma de tu ser.

 La historia que ambos querían construir estaba marcada por la presión, y debías encontrar el camino para liberarte.

En el corazón de París, el futuro era incierto, pero sabías que necesitabas luchar por tu propia voz, por el derecho de decidir tu destino.

Yandere one shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora