**Resumen:** En un mundo distorsionado y retorcido, la línea entre la cordura y la locura se desdibuja. Alice, con su mente atormentada, busca a alguien que pueda comprenderla. Esa persona eres tú, y pronto descubrirás que su amor puede ser tan hermoso como peligroso.---
**Un día en el País de las Maravillas...**La niebla cubría el suelo mientras avanzabas por los senderos de aquel extraño lugar. Todo a tu alrededor era un caos visual, con colores vibrantes que parecían danzar y objetos que se retorcían en formas imposibles. Sin embargo, no te importaba; el misterio de este mundo te había cautivado.
De repente, un susurro suave como el terciopelo rompió el silencio. "¿Quién es esa que camina en mis dominios?" La voz era dulce, pero había una pizca de locura en ella. Te giraste y la viste: Alice, la joven que había desafiado a la locura misma. Su vestido azul ondeaba, y su mirada era intensa, casi hipnótica.
"Soy... yo," respondiste, sintiendo un escalofrío recorrer tu espalda. Alice se acercó, una sonrisa en su rostro que no alcanzaba sus ojos."¿Te gustaría quedarte un rato? Este lugar puede ser tan solitario," dijo, su tono seductor y peligroso al mismo tiempo. Te sentiste atraída hacia ella, como si un hilo invisible te uniera a su esencia.
Mientras caminaban juntas, Alice comenzó a contarte historias sobre su vida en el País de las Maravillas, cada relato más oscuro que el anterior. Pero en lugar de asustarte, te fascinaba. La forma en que hablaba de la locura, de la belleza en el sufrimiento, te hacía sentir viva."¿No sientes la llamada de la locura?" preguntó, deteniéndose para mirarte a los ojos. "Es liberadora, te muestra la verdad del mundo."
A medida que sus palabras se deslizaban en tu mente, comenzaste a sentir una conexión más profunda. Era un vínculo que se tejía entre la razón y la locura, la luz y la oscuridad. No podías evitarlo; te sentías atraída por Alice de una manera que nunca habías experimentado."Quiero que seas mía," susurró, acercándose más. "Este mundo puede ser nuestro, solo tú y yo. Juntos podemos desatar la verdadera locura."
Tu corazón latía con fuerza mientras su mano alcanzaba la tuya. Era un gesto simple, pero la electricidad entre ustedes era palpable. En ese instante, entendiste que su amor no era común; era una devoción peligrosa, como una flor que crece en un campo de espinas."Alice, yo..." comenzaste a decir, pero ella te interrumpió."No hables. Solo siente." Sus ojos brillaban con una mezcla de deseo y desesperación. Te dio un paso adelante, envolviéndote en su abrazo. Su risa era melodiosa, pero había una sombra en su sonrisa que te hizo dudar.
De repente, el ambiente cambió. Las flores comenzaron a marchitarse, y las sombras se alargaron. "Este lugar necesita ser purificado," murmuró Alice, casi como si hablara para sí misma. "Tú y yo podemos hacerlo. Juntas."
La idea de un mundo que necesitaba ser salvado junto a ella te llenó de un fervor inesperado. Pero había algo más, algo oscuro que se agazapaba en las profundidades de su alma. Te prometiste a ti misma que estarías a su lado, pero a medida que te adentrabas más en su mundo, sabías que no había vuelta atrás.
"¿Estás lista para el viaje?" preguntó, su mirada intensa y penetrante. "Asumiré el riesgo," respondías, sintiendo que tu destino estaba entrelazado con el de ella.Alice sonrió, y ese gesto, aunque encantador, prometía una eternidad en la locura. "Entonces, que comience la verdadera aventura."Y así, juntas, se adentraron en el abismo de las maravillas, donde la locura reinaba y el amor se disfrazaba de una hermosa prisión.
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