La Luna de los Deseos

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La oscuridad de la noche se cernía sobre el pequeño pueblo, iluminado solo por la tenue luz de la luna. Era una noche en que la luna llena brillaba intensamente, y con ella despertaba algo primordial en el bosque cercano. Una figura se movía entre los árboles, sus ojos amarillos como el oro brillaban con un deseo incontrolable.

 Ella era Lyra, una mujer lobo yandere que había fijado su atención en ti, la dulce y encantadora lectora que nunca imaginó que sus sueños más oscuros cobrarían vida.

Al principio, todo era normal. Eras una estudiante universitaria dedicada, inmersa en tus libros y sueños. Sin embargo, desde que conociste a Lyra, algo cambió. Sus miradas te seguían y sus susurros se filtraban en tus pensamientos. Te sentías atraída por su misterio, un magnetismo que te empujaba hacia lo desconocido. Pero, bajo esa fachada hermosa, había algo más. Un fuego intenso y peligroso que amenazaba con consumirlo todo.


Esa noche, decidiste quedarte en casa. La atmósfera estaba cargada de una anticipación casi eléctrica. Mientras intentabas desconectarte de tus preocupaciones con una novela de romance, una sombra se deslizó por la ventana. El aire se volvió helado y tu corazón latía con fuerza. Cuando levantaste la vista, ahí estaba Lyra, con su cabello oscuro fluyendo como la noche misma y una sonrisa que prometía tanto placer como dolor.


—¿Me has estado esperando? —preguntó con un tono seductor y jugando con una mecha de tu cabello.Antes de que pudieras responder, ella se acercó, atravesando la distancia entre ustedes en un instante. La suave brisa de la noche trajo consigo el aroma de la tierra húmeda y el toque de su piel caliente encendió una chispa en tu interior. Te sentiste atrapada.—Lyra, esto no es correcto... —intentaste protestar, pero su mirada te detuvo, implacable y profunda.—No comprendes. No puedo evitarlo. Eres mía —susurró, atrapando tu mano con la suya. Su agarre era firme, casi posesivo, y te llenaba de una mezcla de temor y excitación.Con un movimiento rápido, te llevó hacia atrás, empujándote suavemente contra la pared. Podías sentir la presencia imponente de Lyra, su aliento cálido rozando tu piel. La habitación parecía desvanecerse a tu alrededor; todo lo que importaba era ella y el deseo que emanaba de su ser.—¿Te gustaría saber lo que significa pertenecer? —dijo, su voz un susurro cargado de promesas oscuras. Sus labios encontraron los tuyos en un beso ardiente que te robó el aliento. Era una mezcla de dulzura y salvajismo, cada caricia de su lengua dibujaba un mapa de sensaciones en tu cuerpo. No podías pensar, solo dejaste que la pasión te arrastrara a su mundo.


Tu mente luchaba con el deseo, pero la forma en que te miraba, como si fueras el único tesoro en su universo, derritió cualquier resistencia. Mientras sus manos exploraban tu cuerpo, una mezcla de miedo y deleite invadió tus venas. ¿Era esto lo que querías? ¿Una conexión tan profunda y peligrosa?Al separarse por un instante, Lyra te observó con intensidad. Había algo casi animal en su mirada, una necesidad que iba más allá del simple deseo físico. Era amor en su forma más cruda y primal.


—Eres tan hermosa... —dijo, acariciando tu rostro con delicadeza, contrastando con la voracidad que aún ardía en su interior.Volvió a besarte, pero esta vez con una desesperación que hacía temblar tus piernas. La habitación se llenó de sonidos suaves, un susurro de piel contra piel mientras caíste en la cama, rodeada por la figura imponente de la mujer lobo. La cama crujió suavemente bajo el peso de ambas.Lyra se inclinó sobre ti, sus labios moviéndose a lo largo de tu cuello, dejando un rastro de pequeños besos ardientes que te hicieron estremecer. Cada roce de su piel contra la tuya la hacía parecer más viva, más intensa. Cuando su boca encontró tu pecho, un grito ahogado escapó de tus labios. Sabías que estabas atrapada, pero había algo liberador en ello.—No tienes que tener miedo —murmuró mientras sus ojos fijos en ti reflejaban una posesión tierna y feroz al mismo tiempo. —Quiero que seas mi todo.


A medida que las horas pasaban, tu mundo se redujo a la calidez de su cuerpo contra el tuyo, el ritmo de sus corazones latiendo como uno solo. Las líneas de lo que era real y lo que era fantasía comenzaron a desdibujarse. Te entregaste a ella, a la conexión que había surgido entre ustedes, sin preocuparte por el mañana. Todo lo que deseabas estaba aquí, en este momento con su mujer lobo yandere.Cuando finalmente se detuvieron, ambas estaban exhaustas, pero una paz envolvía el aire. Lyra, todavía abrazándote, sonrió al verte. Era una sonrisa traviesa, seguramente satisfacía alguna parte oscura en ella. Te acarició el cabello mientras el cansancio abrumaba tus sentidos.—Ahora eres mía —dijo, con una voz que era tanto un contrato como un juramento.


Aunque el futuro era incierto, haber cruzado esa línea con ella nunca había parecido tan correcto. En ese momento, bajo la luz de la luna, supiste que no podrías escapar de su amor, ni querrías hacerlo. Y así, entre susurros y sueños, te abandonaste a la noche con tu mujer lobo, aceptando plenamente el destino que habías elegido.Y aunque el mundo exterior siguiera siendo hostil y desconfiado hacia lo desconocido, en la oscuridad de tu habitación, todo lo que importaba era el calor de su abrazo y la dulzura de su amor posesivo.

Yandere one shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora