Había requerido incontables súplicas, ocho amenazas, tres sobornos y un contrato por el diez por ciento de sus ganancias el poder regresar su cabeza a su tamaño normal; pero para Beetlejuice, el médico brujo ahora era un socio de negocios y eso le venía muy bien.
Lo del porcentaje no le importaba en lo más mínimo. El negocio en realidad no era lucrativo. En el más allá el concepto del dinero o algo similar es inexistente, y se aprovecharía del desconocimiento que tenía su socio de ese pequeño detalle mientras pudiera. Los bio-exorcismos sólo eran una forma de pasar el rato y de darle sustos de muerte a la gente viva para su diversión. Su objetivo original era encontrar a una mortal que pudiese ser su prometida, y eso ya lo había hecho.
Seguía sentado en el sillón marrón de la aburrida y anticuada sala de espera del más allá en su viejo tuxedo nupcial color carmín, jugueteando con la idea de pedirle al brujo que encogiera la cabeza de otros pobres diablos para reclutarlos y expandir las operaciones, cuando una anciana en traje gris, de cabello ceniciento y mirada severa atravesó la sala resueltamente y se detuvo frente a él.
--Beetlejuice—pronunció cada sílaba de su nombre con una mezcla de enfado y agrío desencanto.
Él alzó la cabeza con sorpresa, como si apenas se hubiera dado cuenta de que estaba ahí.
--Hola Juno—saludó, regalándole una insincera sonrisa burocrática de sucios dientes amarillentos, valorando que encontrarse con ella dada su situación no era tan malo-- ¿Cómo va todo? Oye, no es por nada eh, pero hoy casi no se te nota la tajada del cuello.
La boca de la trabajadora social era una delgada línea delineada de labial rojo curveada hacia abajo. Beetlejuice rápidamente hurgó en su bolsillo, sacó su ticket de turno y lo empezó a desenrollar.
--Mira, yo ando esperando mi turno, ya sabes, el....--- empezó a leerlo—"Nueve billones, novecientos noventa y ocho mil trescientos ochenta y tres millones, setecientos cincuen...."
--Ven conmigo—lo interrumpió lacónicamente su exjefa y sin esperar un segundo más, se encaminó hacia su despacho.
El fantasma saltó de su asiento como si lo hubiera picado un alfiler, y la siguió, no sin antes despedirse del cazador de cabeza diminuta y del médico brujo con una exagerada reverencia.
--¡Adiós muchachos, ya saben las reglas, la gente muere, pero el nepotismo no! ¡Chao, perdedores! —vociferó, y corrió tras Juno antes de que el médico brujo se retractara de su decisión de mantener estable el tamaño de su cabeza.
Parecía que no había pasado ni un siglo desde la última vez que había visitado el departamento administrativo del no-mundo, lleno de consumidos esqueletos tecleando reportes, tétricos árboles de secas ramas torcidas, un riel transportador con gente colgada como ropa recién planchada y un montón de papeles de documentos superfluos que nadie se había molestado en revisar en el suelo, en las mesas, sobre el resto de los infelices oficinistas y en todo el mobiliario en general.
Sus pies lo llevaron en automático a la oficina de Juno, desastrosa y parecida al remanente de una explosión nuclear o una catástrofe natural, encajando perfectamente con el diseño del departamento. Aquel pequeño lugar le traía amargos recuerdos de archivo muerto, explotación laboral y largas jornadas de trabajo. Nunca en su vida había trabajado tanto como en la otra, y todo porque habían clasificado erróneamente su muerte como suicidio.
No le había tomado importancia al principio. No había sido alguien bueno, honesto, compasivo, o amable en vida... en realidad, había sido exactamente lo contrario. En su defensa, nunca se había puesto a pensar en su mortalidad y el ascenso de su alma a otro plano más elevado e incomprensible. Le gustaba vivir al día, al límite, y tomar lo que se atravesase en el camino sin pensar en las consecuencias: ¿Robarles a cadáveres en plena pandemia de peste bubónica? Claro que sí. ¿Tener una boda pagana con la atractiva líder de un culto satánico? ¿Por qué no? No había nada mejor que hacer ese martes.

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Bring It On
FanfictionPara avanzar en su vida, Lydia necesita enfrentar sus más profundos miedos y eso incluye a un fantasma de su pasado, pero... ¿Podra el bioexorcista independiente del más allá volverse su aliado en vez de su pesadilla?