Un nuevo paso.

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-Disculpa la tardanza. –Dijo Kuba justo después de que se subió al auto.

-Vi que estabas con Lukasz.- Sonrió levemente.

-¿Por qué sonríes?

-Por Lukasz...

-¿Te burlas?

-Sigues son entender ¿no es así?- Robert Lewandowski borro su sonrisa. Kuba ni siquiera se tomó la molestia en responder, temía ya saber a lo que se refería.

El camino fue silencioso, sin embargo, la mente de Kuba era un alboroto, tratando de entender mejor lo que Robert Lewandowski le decía.

-¿A dónde iras con Reus?

-No sé si iré... estoy contigo ahora. En verdad que soy un idiota.

-Por cierto, ¿cómo es que se enteró que te iras?

-Pues no lo sé, tal vez Lukasz...

-No, el nunca diría algo tan delicado como eso.- Kuba miro con detalle su alrededor, estaban sobre una carretera.- ¿A dónde vamos?

-Es un mirador, lo descubrí hace poco... espero no te moleste.

Negó con la cabeza, tal vez un poco de aire fresco los ayudaría a despejarse de las cosas que los tenían tan abrumados, excelentes para tener plena concentración para el partido.

Ambos se sentaron en el capote del carro, se veía muy bien la ciudad desde ahí.

-¿Qué sentido tiene hacer promesas si son vacías?- Lewy estaba totalmente acongojado.

-¿Esta vez que le has prometido?

-Ayer que nos vimos, fue e su casa. Para el colmo tuve que esperar una hora afuera. Pero en cuanto abrió la puerta, me jalo para que entrara rápido y me beso.- Kuba hizo un pequeño gesto y su amigo lo noto.- Lamento mencionarlo pero es necesario. A partir de ahí las cosas se subieron de tono.

-¿Ter-terminaste acostándote con él?- Recordó el beso que Reus y Lewy se habían dado en el vestuario, no podía imaginarse lo demás.

-Sí, terminamos en la cama pero yo ya sabía de antemano que eso pasaría. Lo malo ocurrió cuando pasadas las horas me dijo.

"Me da miedo que tu también te vayas..."- Kuba se quedó un poco sorprendido, ya que solo Lukasz y el sabían de la salida del tercer polaco.

-Puedo imaginar que no le has dicho nada...- Se llevó la mano al cuello discretamente. Estaba poniéndose nervioso.

-Se supone que él no me ama, él no siente algo por mí...

-Pero lo malo es que tú sientes algo por él... ¿Qué fue lo que le respondiste?

-Que jamás lo haría... no dormí ante lo mal que me sentía, vi el amanecer y poco a poco me fui quedando dormido. Y después de unas horas vi que Marco no estaba, se había ido sin mí...

Así fue como Kuba conoció un lado de su amigo que jamás había visto. Robert Lewandowski se rompió en llanto por la mentira que había dicho. Los esfuerzos por consolarlo eran pocos, pues estaba aferrado de que si Reus se enteraba de la verdad, lo detestaría y era algo que Robert no podía soportar.

-¿Sabes que ya debes decirle?- Volvió a pasar su mano por la nuca.- Con eso podrás...

-¡Es que es difícil!- Exclamó.

-No vayas hoy con él...

-Eso es solo por hoy. ¿Qué hay de mañana? Cuando nos tengamos que hospedar.- Lo miraba de manera angustiosa.

-Te quedas conmigo...

-Pero... ¿y Lukasz?

-No te preocupes por él. Debes calmarte. Además esto te ayudara para que sea más fácil poder irte.- La sonrisa de Kuba lo reconforto un rato.

Lewandowski hecho un suspiro antes de enjugarse las lágrimas con la manga de su suéter.

-Creo que debemos irnos ya, es un poco tarde.

Kuba asintió y se levantó. Mañana tendrían un viaje a Múnich, se enfrentarían al equipo de Mario Götze ya casi acabando la temporada. Para el peor de los males.

"Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del espíritu es vida y paz."

Romanos 8:6.

Tridente polaco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora