De vuelta a la pesadilla.

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Su esposa se encontraba en la cocina cuando él entro a la casa. Dejo sus cosas de inmediato y fue con ella directamente.

La encontró preparando la cena. Cortando los vegetables para ponerlos con la carne. Se acercó sin previo aviso y le dio un beso en la mejilla y la abrazo, entorpeciendo los cortes.

-Me has asustado.- Expresó ella. Él aún estaba "incomodo". La atrajo más hacia su cuerpo y esta acción le sorprendió mucho.- ¿Amor, que pasa?

Sonrió puesto que Kuba era más cariño que los días pasados.

-Solo quiero un poco de amor...- Le susurro para después empezar a besar la parte de atrás de su oreja, pasando por el cuello, sabia cuáles eran los puntos débiles de ella.

-Pero, ¿aquí? ¿Ahora?

-Si, por favor...- volvió a susurrar tiernamente, ella solo se dejaba llevar, total, su hija estaba dormida.

La rodio por la cintura, metiendo lentamente sus manos por debajo de la blusa rosada que llevaba. Las caricias la derretían en los brazos del polaco deslizándose al libido.

Estando frente a frente, se besaron, él ya tenía sus manos desabrochando el pantalón para bajárselo inmediatamente dejándola con solo su ropa interior. Ella se aferró a él y mientras que Kuba comenzó a besar su pecho sintió su tacto frio.

Ella estaba fría.

La cargo para subirla al desayunador, apunto de empezar todo, sin embargo, ella lo detuvo.

-No, amor. Esto no está bien.

-¿De qué hablas?

De repente escucho un ruido, los gritos y el llanto desesperado de una mujer. Pedía ayuda. No quería entrar en pánico así que dejo a su esposa y camino hacia la sala de estar, es de ahí donde provenían los alaridos.

Se dio cuenta de que comenzaba a pisar algo húmedo, como un charco. No era agua, era algo más espeso que eso.

-¡Papá! ¡Mamá!- Ahora los gritos eran de un niño pequeño.

-No mires...- Kuba reacción y comenzó a gritar como si tuviera miedo a lo que fuera a encontrar.- Todo estará bien...

Ahora el llanto provenía del niño... quizás dos niños...

Vio el cuerpo de una mujer, no podía creerlo que esto se volviera a repetir. Rápidamente se agacho y cuando la voltio era su esposa. Inerte y sin vida. Al ver sus manos tenía la evidencia. El arma y la sangre lo incriminaban... todo el lugar estaba manchado.

-¡NO! ¡NO! ¡MAMÁ!- Apretó los ojos para evitar que salieran las lágrimas.

-¡Amor! ¡Despierta! Es solo una pesadilla...

Al sentir el movimiento pudo abrir los ojos encontró que la sala de estar no había pasado nada, cargaba un almohadón. Todo estaba limpio.

            "Eva fue creada para estar al lado de Adán como su 'otra mitad', para ser su auxilio y ayuda..." Mateo 19:06.

-¿Dónde...?- Kuba estaba confundido. Miro a su alrededor. Sintió de inmediato que su cara estaba empapada y no era sudor.

-Te levantaste durante la madrugada... ¿estas teniendo la pesadilla de nuevo?- El polaco no le respondió y solo la abrazo.- Mi amor, todo está bien... no pasa nada...

-Gracias...- Susurro entre sollozos.

-No puedes viajar así...

-No te preocupes por eso... ya, ya pasara...- Tomo su mano y la beso. Ella solo pudo sonreír y se puso adelante para que ella lo dirigiera de nuevo a su habitación.

Kuba llevo su otra mano libre a su nuca, volviendo a sentir las uñas marcando la carne, dejándola al rojo vivo.

Tridente polaco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora