Como ser valiente y morir de soledad

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En el lobby se encontraba Lewy, al parecer ambos se les ocurrió la misma idea, pero el primero estaba perdido en sus pensamientos.

Kuba se sentó junto a él y lo observo.

-¿Y?...- Pronuncio pues la intriga le consumía.- ¿Qué paso?

Robert respiro profundo antes de hablar.

-No puedo negártelo, 'dormimos' juntos. Él llego un poco más tarde, lo escuche entrar al cuarto y se metió a la cama conmigo, abogando que esa era la de él. Así que me moví, me iba a ir a la otra cama pero me tomo del brazo. "Podemos compartir." Sabía que el hecho de ver a Mario le había herido. No iba a querer estar en una cama vacía.

No le dije nada y me acosté, le di la espalda y él me busco. Sentí sus manos l rededor de mi cintura. Tan frías. Consecuentemente sentí sus labios en mi nuca, sus manos queriendo juguetear, ya sabía que es lo que quería...

-Robert- interrumpió Kuba- lo has rechazado, ¿No es así?

-Hubiera sido fácil poder decirle que no... - se mordió el labio, sus ojos se volvieron demasiado vidriosos y las lágrimas salieron- pero es que lo amo tantísimo...

-Robert...- Kuba se levantó para abrazarlo.

-Y es que...-su voz se oía totalmente quebrada- Ya no puedo contra él... si, nos acostamos y ahora lo entiendo, el sexo es fácil, lo difícil es tener sexo con quien de verdad quieres hacer el amor...- se separó de Kuba y se limpió las lágrimas- después de hacerlo, nos quedamos dormidos, sin embargo yo me desperté temprano, lo contemplaba...- una boba sonrisa se dibujó al recordarlo.- Toque su abdomen... tan suave y Marco sonreía a pesar de estar dormido.

De sus labios salió un nombre, eso jamás en la vida me pasó. Dijo el nombre de Mario...

Lo bese, lo bese como si no fuera a ver un mañana, de esa forma fue despertando, no me sorprendió que sus manos volvieran a querer jugar, sin embargo, lo fui deteniendo...

-"Marco, te pido un momento..."- dije con la agitación.

-"No quiero esperar..."- contesto, mal entendiendo mis palabras.

-"No Marco"- me separe de él- "Tan solo te pido un momento para estar acostados, no teniendo relaciones, no. Estar acostados para abrazarnos, descansar, mirarnos al rostro y besarnos. Solo quiero eso."- Sentencie.

No me decía nada, sabía que conmigo no habría alguna posibilidad de que pasara eso pues lo nuestro era algo carnal.

No soporte estar en la misma habitación que él, así que tome mi ropa y me vestí.

-"En algún momento pensé que entre tú y yo todo se podrías..."- fue su explicación.

-"Y tienes razón, todo se pudrió."

-"Robert no... no es eso es que me da miedo que tú te vayas..."

-"¡Eso ya me lo habías dicho! Y si tanto miedo tienes, me hubieras tratado dignamente."

-"Lo siento..."

-"No, tú no sientes nada."- estaba a punto de salir y me arme de valor.-"Marco, yo me iré en el próximo mercado de verano."- Así lo deje, sin decirle más...

Lewandowski volvió a tomar asiento, estaba totalmente triste.

-En algún momento- volvió hablar Robert- tenía que darse cuenta, ¿no?

-Realmente no podían seguir así, te estabas creando una mentira que hasta un ciego podría ver.

-Tienes razón...-Robert se limpió las lágrimas que aun recorrían su rostro para poder continuar.

-Lewandowski madurar también es dejar de insistir, porque el amor no se trata de rogar.

De nuevo el silencio, ya no quedaron ganas de hablar de ese amor imposible.

-¿Por qué estas despierto a esta hora?- Lewy trato de cambiar el tema, a pesar de sus ojos vidriosos.

-Pues...- Tenía que decirlo, tenía que ser sincero con él.- Lukasz me lo dijo.

-¿Qué hiciste?- Kuba volteo a verlo, esa expresión seria lo hacía darse cuenta de lo estúpido que fue.

-No me mires así... ¿Qué pretendías que hiciera?

-Entonces, ¿qué le dijiste?- la expresión de su compañero era la misma.

-Solo me dijo que yo le gustaba y lo ignore... le dije que era mejor descansar...

-No Kuba, no... no puedo creerlo...

-Jamás me había pasado esto, ¿Qué se supone que hiciera?- dijo un poco exasperado- sabes lo que opino al respecto de eso.

-Sí, yo lo sé pero él no. No puede leer tu mente.

AhoraKuba podía sentir como la vergüenza lo cubría. El problema es que seguía sinsaber que hacer o que decirle. Como actuar o que decir sin herir (más) lossentimientos de su compatriota.

Tridente polaco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora