Tridente polaco.

Miedos superados, empezando una vida sin temor

De nuevo en casa, de nuevo la tensión y todo el silencio. Kuba ya no sabía si era real o una pesadilla más.

No lo supo de inmediato hasta que lo vio parado. La pesadilla continuaba, como el temía.

-Estas solo...- pronuncio él.

-No, no lo estoy.- respondió Kuba tan seguro de sí mismo, creyendo en cada palabra que decía. Su esposa estaba ahí. Junto a él, cargando a su hija.- Soy un buen esposo, un buen padre.- Sus manos se entre lazaron.

De repente sintió una mano en su hombro y después otra. Eran Lukasz y Robert, sonriendo.

-He hecho muy buenos amigos, sin importar nada.- Miro a Lukasz- Ya no te tengo miedo, ya no me atormentaras más...

De tras de Kuba habían más personas, su tío que lo llevo a conocer el futbol, su abuela quien cuido de su hermano y de él. Su propio hermano. Ilkay Gundogan también estaba, sus compañeros del Borussia Dortmund estaban ahí para apoyarlo.

Kuba había dejado de estar solo hace mucho tiempo pero a veces, aunque se esté en una multitud, uno puede sentirse solo.

Y así, de apoco fue abriendo los ojos, se dio cuenta que estaba recargado en el hombro de Lukasz, que estaba dormido. Miro sus manos, tenía agarrada la de su amigo. Trato de no moverse para que no se despertara.

Detrás de él estaba otro gran amigo, Gundogan. Buscaba a Lewy, quería saber que estaba bien.

Sin poderlo localizar, le mando un texto.

"¿Cómo estas Lewy?"

"Me encuentro mejor. Creo que pude arreglar las cosas con Marco. Quizás, al llegar a Dortmund podamos ir a un café y te puedo contar ahí con más detalle todo."

"De acuerdo, pero ¿te iras?"

"Es definitivo. Ahora estoy más seguro que nunca. Estoy firme en mi decisión. En fin, pero dime, ¿tú estás bien? Me pareció gritarte en la madrugada."

"Si, ahora estoy realmente bien. Sé que por fin se ha ido..."

DOY GRACIAS A DIOS POR ELLO.