– Y-ya... Ya no p-puedo... – Gemía, ya no podía más, se había venido cinco veces, ambos estaban desnudos en la cama de Bill, sus piernas abiertas, una la sotenía el mayor para poder penetrarlo y la otra estaba en el hombro de este.
— ¿Ya no?. – Pregunto, seguía embistiéndolo y el chico negaba con lagrimas en los ojos, él no estaba cansado, quería seguir pero podría herirlo. - Esta bien... Una última vez.
– ¡Ahh...! – Bill grito cuando sintió que tocaban su pene para masturbarlo y venirse en la manos del mayor.
– Ahh... Que delicia – Jadeo con esa voz ronca viniendo se por tercera vez dentro de él.
Tom salió de su cuerpo, viendo cómo su semen salía de la entrada de su pequeño, el chico se acomodó de lado totalmente cansado, Tom trajo una toalla para limpiarlo y Bill se dejaba consentir.
- ¿Tienes hambre?.— Pregunto, el chico asintió.
— Si...
— Pediré comida... Me meteré a bañar y después te bañare.
Bill estaba muy cansado, solo cerro sus ojos, Tom fue a la planta baja de la casa y ordeno mucha comida, veía que su pequeño estaba adelgazando, así que lo consentiría.
En una semana no habían salido de la habitación de Bill, le hacia todos los días el amor, Tom le había pedido que se quedara con él, y el chico aceptó sin ningun problema no había asistido ir a la escuela, encerrados en la habitación y el que más salía era Tom, solo para pedir comida y bañarse.
Bill solo salía cuando lo bañaban, si, Tom no lo dejaba solo, lo cuidaba demasiado y ya no escondía sus ojos, ahora los mostraba porque su niño se lo había pedido.
(...)
Cuando Bill le preguntó que era, el mayor se asustó pensando en que le temería y ya no estaría en su vida, le respondió con temor y el chico solo dijo:
— Enséñame – Se sentó en la cama viendo al mayor.
Este se dejo salir como era, su piel era tan blanca que parecía dar un poco color lila, sus ojos completamente negros, su cabello trenzado ahora parecían rastas tan largas que le llegaban a la cintura y de su frente salieron unos cuernos de color negro, sus orejas eran puntiagudas, para los ojos de otras personas podría dar miedo pero para los de Bill simplemente era.
-... Hermoso... – Susurro, se puso de pie y lo abrazo, su piel ardía más de lo normal que quemaba pero Bill no sentía nada, no le haría daño porque ya le pertenecía.
— ¿No te doy miedo? – Preguntó Tom un poco sorprendido.
– No... ¿Qué más puedes hacer? – Pregunto.
— No temas ¿Esta bien?.— Bill solo asintió.
El cuarto se volvió completamente en blanco, Bill sostenía la mano de Tom con fuerza entrelazado sus dedos, vio como muchas sombras pasaban tan rápido por todas partes, pasando de un lado a otro, escuchando susurros que decía pero no entendía porque todos hablaban a la vez y con el eco de sus voces no se entendía, se asustó pero el mayor lo tomo de la cintura para que no temiera.
Solo trono sus dedos y las sombras se acomodaron, él podía controlarlas y era muy bueno, las sombras solo tenía una boca y si te fijabas bien, tenían colmillos por todas partes.
– Ellas me pertenecen. – Dijo y el menor asintió.
– Es... Impresionante.— Susurró. -... ¿Que más sabes hacer?. - Volvió a preguntar Bill cirio y Tom trono sus dedos salió una flama azul de la punta de estos, era tan hermoso para los ojos de Bill, se acercó para tocarla pero en vez de quemarse solo sentía frío, pudo tenerla en sus manos y cuando las cerro, desapareció.
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Ojos oscuros (Toll +18)
Horror-¿No me tienes miedo? - Pregunto el de ojos oscuros brillosos, que aunque estuviera entre las sombras podía verlo con claridad esos ojos completamente oscuros. - No. - Podría hacerte daño... - ¿Me hará daño, señor?.- Pregunto con timidez - Nunca - C...