Capitulo 11

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Bill ya tenía la edad de diecisiete años, el mayor siempre estaba al pendiente de sus dos amores, dándoles la protección que ellos necesitaba, el menor ya no estaba tan débil pero debía comer más que antes para no debilitarse por su bebé.

El mayor salía todas las noches, no quería que ellos corrieran peligro así que iba a consumir almas para después traérselas.

Además de que en los noticieros pasaban más muertes de presos, todas las almas que recolectaba se las daba a Bill y a su pequeño, él no estaba comiendo del todo bien, tenía que irse más lejos para poder traer más almas para ellos.

Estaban acostados en la cama, abrazándose y entrelazando sus piernas, ambos solo estaba en bóxers, ambos tenían sus cuerpos caliente, el mayor por ser un demonio y Bill por tener uno adentro de él, ambos veían la tele y el mayor debía irse para alimentar a sus amados.

- Tom.– lo llamo, escucho un "Mmm" de parte del mayor. — ¿Tienes padres?.– el mayor rio de la pregunta de su novio.

— Mi madre era un hermoso Angel que fue enviada a la tierra para ayudar a quienes la necesitaran, que por una mala broma del destino conoció a mi padre, un Demonio que corrompía las almas de los humanos y robaba la partuza de las vírgenes.– Confeso, se acomodó mejor en la cama y el menor escuchaba sus palabras sorprendiéndose por su confesión. – Tuvieron demasiadas dificultades pero al final ignoraron sus orígenes y lo que eran, viviendo su amor sin límites. Pasando los meses ella se fue debilitando de tal grado que fue perdiendo la fuerza divida que le fue concebida quedando irreconocible.  – Dijo . – Después de un lugar tiempo sin entender lo que pasaba descubrieron que el motivo de su perdida era por qué llevaba en el vientre un demonio que hiba encontrar con lo que era. Ellos fueron felices pero en el parto, ella estaba muy débil, no sabían con que debían alimentarme pero antes de morir, me vio, mi padre me dijo que no llore, nuestros ojos se conectaron, solo susurro con el último suspiro que le quedaba " Thomas".

– Por tu madre tienes ese hermoso nombre... – Susurró, el mayor acomodo su cabello.

— Mi madre lo dijo y mi padre me lo puso por ella, no he visto al viejo en cincuenta años.

— No lo sabía, lo siento.— Se disculpó bajando la mirada. – ¿Qué edad tienes?

— No te preocupes mi niño, tengo 215 años... ¿Te molesta esa edad?.– Pregunto y se levantó de la cama, se colocó los sus jeans oscuros, Bill se sorprendió pero negó.

— No... ¿A dónde vas?.— Pregunto el menor levantándose también.

— Por tu comida, no tardare. - Le aviso. – Solo serán unas horas. – Se colocó su chaqueta.

— Está bien. - Respondió colocado sus manos en su pancita, ya estaba grande pero no sabían cuando saldría su bebé, tampoco sabían lo que era.

- Come un poco, la comida está en la barra.

El menor al ver que su novio se iba se entristecía, el mayor se dio cuenta, se acercó a él tomándolo de la barbilla para ver esos ojos oscuros como los suyos, su piel se veía igual a la del mayor, un color lila de tan pálida que estaba.

– Tom... – Susurró, lo tenía tan cerca, respirando el mismo aire, no sabiendo que ver el uno del otro de su rostro, el menor coloco sus manos en sus mejillas y el mayor lo beso. Sus labios se unieron encajando a la perfección, siguiendo los movimientos, solo amor había en ese beso.

- No tardare – Dijo en sus labios.

- Come un poco también... Sé que solo nos estas alimentando. – Le dijo el menor, Tom solo asintió, salió por el ascensor no estaba tan fuerte como antes, así que debía cuidarse.

Ojos oscuros (Toll +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora