02

11 1 0
                                    

Im Seolhyun

— ¿Ella y Taeyong? No me hagan reír. —Hyemin exclama en voz alta, con la intención de que yo la oiga.

— Es verdad, la vieron caminando con él y Doyoung el viernes. —una de sus amigas se suma para avivar el fuego.

Trato de ignorarlo. Pero cuando aquella coleta alta se para frente a mí, supe que no podía escapar.

— Seolhyun. —comienza. — Dime. ¿Eres amiga de Taeyong? —dice su nombre con mucho cariño. — Te estoy hablando.

— No. —me limito a decir.

— ¿Por qué nos mientes? Todos te vieron. —su otra amiga se para a un lado mío. — Aparte de drogadicta, ¿Eres mentirosa? —susurra en mi oído, pero lo suficiente como para que algunos oyeran.

— No, ella no es drogadicta. —finge defenderme Hyemin. — Que su madre lo sea, no quiere decir que ella siga sus pasos. —hace un gesto de falsa sorpresa. — ¿O... sí? —me sonríe.

Nunca había deseado tanto, golpear ese rostro, y desarmar esa coleta de caballo.

— Jóvenes, buenos días. Tomen asiento por favor, esto no es la secundaria. —llega el profesor.

Mis manos estaban temblando, y el resto de mi cuerpo no se quedaba atrás. Mis ojos ardían mucho, mi garganta se cerraba, dolía. Dolía mucho.

Me levanto para ir al baño a tomar aire.

¿Todo esto por que me vieron con ellos? ¿Acaso es mi culpa por haber aceptado?

Me lavo el rostro con cuidado. Me veía mal, lo admito. Me tomo unos minutos antes de retornar a mi clase. Solo quería que se acabara.

— ¿Seolhyun? —oigo al salir del salón cuando termina la clase, cuando reconozco aquellos ojos de bambi me giro en la dirección contraria. Estaba con Hyemin. Y no quería su blanco de bromas, al menos no frente a Taeyong.

Nada me aseguraba que él no se reiría.

Con eso se va mi oportunidad de comer algo. Y gracias a que no gasté dinero en transporte, me compré una barra de cereal en la máquina afuera de la biblioteca.

Se había cancelado la simulación de esta semana, así que tenía la tarde libre.

Me adentro en la biblioteca para estudiar, paso dos horas memorizando y anotando lo que ya había aprendido.

Al menos algo de paz logré obtener en mi corto día.

— ¿Mamá? —respondo la llamada que llega a mi teléfono.

— Hija. ¿Tienes dinero? —va al grano.

— No. —miento. — No tengo nada Mamá.

Antes de que pudiera decir algo más, corta la llamada.

Genial.

— Hey tú. Te atrapé. —salto en mi lugar, dejando caer el libro de leyes al suelo.

Era Taeyong.

— ¿Está todo bien? —pregunta.

Comienzo a guardar mis cosas, observo los alrededores, para mi suerte no había nadie cerca que nos viera.

Pero eso no sería por mucho.

Así que opté por irme.

— S-si. Gracias. Debo irme. —lo dejo solo.

Ahora esta obligada a irme a casa. Caminé lo más lento que pude, incluso tuve que ignorar el saludo que me dió Doyoung al salir de la universidad.

Aunque fue intencional. No quiere decir que me sienta bien haciéndolo.

𝐈𝐍𝐓𝐎 𝐌𝐈𝐃𝐍𝐈𝐆𝐇𝐓 I 𝐋𝐄𝐄 𝐓𝐀𝐄𝐘𝐎𝐍𝐆 ; MN #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora