El pie de Sou se movía con mucha insistencia, llamando la atención de algunos transeúntes de Ciudad Pistón que le miraban sentado en una banca. Estaba nervioso, impaciente, intentando calmar su ansiedad con dos pequeñas esferas de madera que movía entre sus dedos temblorosos. Deseaba que la puerta del enorme edificio frente a él se abriera de una buena vez. Estaba esperando a Schilly, la única razón por la cual estaba de vuelta en Galar.
Pensó en que es lo que tendría que hacer una vez que saliera. Era algo simple, solo salir a tomar un café helado y caminar un rato hasta llegar al departamento de la chica, bastante simple, y aun así, no sabía exactamente cómo manejar la situación, pensando constantemente en que debería hacer para hacerla sentir cómoda, en calma. De inmediato pensó en Marnie, no eran los más cercanos, pero le había dado algunos consejos para que no cometiera los mismos errores del pasado.
Schilly finalmente salió de su trabajo. Sou la miró, embobado en su caminar lento y su mirada cansada. Al verlo, la chica le dirigió una sonrisa pequeña, tímida, muy alejada de la energía con la cual lo veía en su primer intento de relación. Sintió un ligero escalofrío recorrer su cuerpo al verla llegar con un caminar aletargado y una mirada afligida, casi incómoda.
—Hola —dijo Schilly con un tono suave, cansado.
—Hola, Schilly —Sou se levantó de golpe, tragó saliva y recordó las palabras de Marnie—. ¿Cómo estuvo tu trabajo?
Aquella pregunta hizo que los ojos de Schilly se abrieran por completo por unos instantes, antes de volver a su estado inicial.
—Bi-bien, gracias —respondió, huyendo de su mirada—. Algunos bugs, historias de usuario, esas cosas. ¿Y qué tal estuvo tu tarde?
—Estuvo bien también —Sou se rascó la cabeza, intentando despejar su nerviosismo—. Terminé dos pedidos, así que mañana tendré el día libre.
Solo hubo una sonrisa discreta antes de volver al silencio incómodo. Marnie se lo había advertido, ella ya no era la misma alegre chica con la que salió cuando tenía dieciséis. Schilly había cambiado, la habían cambiado, y le dolía verla en ese nuevo estado.
De inmediato comenzaron a caminar hacia la cafetería del centro pokémon. Caminaron juntos, pero no dijeron nada, solo compartieron miradas fugaces mientras avanzaban por las abarrotadas calles de la ciudad. Pensó en tomar su mano, pero en su mente imaginaba a Marnie diciéndole que era demasiado pronto. Le molestaba sentirse así, sentir que cualquier pequeña decisión pudiera causar que todo se volviera a arruinar, que el más mínimo error arruinaría la oportunidad que Schilly le dio cuando volvió a Galar. Cerró los ojos, pensando en que decir mientras Schilly prestaba atención a las tiendas.
No dijo nada, solo analizaba una y otra vez las palabras de Marnie, en búsqueda de algo que decir, algo que rompiera la tensión, el muro invisible que les separaba. La chica le había dicho que fuera honesto, sacara lo que sentía por ella de alguna forma, pero por más que buscaba, no lograba identificar del todo aquel sentimiento que le hiciera esbozar una sonrisa y decir algo que provocará que Schilly volviera a sonreír y gritar con la felicidad que tanto le caracterizaba. Cerró los ojos y se maldijo a sí mismo, deseaba ser como las demás personas, el poder expresar tan fácilmente sus emociones, que no le abrumara, que su aparente apatía se esfumara de golpe y dijera las palabras que Schilly realmente quería escuchar. Decirle un "te amo" que le saliera y lo sintiera de verdad.
—¿Qué vas a pedir? —preguntó Schilly, sacándolo de su trance. No se había dado cuenta en qué momento había llegado a la cafetería.
—Ah, lo siento, me perdí —admitió de manera apenada—. Un café americano y un muffin de vainilla, por favor—dijo el chico a la dependienta.
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Depuración [Flufftober 2024 | DynaMeistershipping]
RomanceSou volvió a Galar, buscando cambiar, ser mejor solo por aquella que le hace sentir realmente feliz. Schilly ha cambiado, ya no es la misma chica, y esta será la ultima oportunidad para los ambos y hacer que su relación funcione.