capitulolo 10

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La piel de Jack se sentía tan fría pero esto me gustaba aún más, tal vez lo haría tener una piel más calida.

Recorrí su cuello hasta poder darle una ligera mordida mientras mis manos tocaban el pecho de Jack. Pude escuchar un gemido reprimido, tan ligero que me erizo la piel y el corazón comenzó a acelerar.

Tal vez está situación se me está saliendo de las manos.

Inicialmente solo quería burlarme e intimidar lo un poco pero no pensé que las cosas escalarían en este punto.

— ya no tengo 15 años Jack — le dije al oído.

—Lo puedo notar— dirigió su mirada a mi entrepierna.

No pude evitar sentirme avergonzado, pero mi orgullo podía más contra sus burlas.

—Apuesto a qué si.

Pegue su cuerpo contra el mio pegando así ambos sexos un poco erectos y calientes, pude ver una pequeña mueca en su rostro, así que deslice mi mano derecha hasta su pecho y comencé a jugar con uno de sus pezones.

—¿Así jugueteas con las chicas?— sus palabras maliciosas ya no me molestaban, las tomaba como un reto.

—¿No te gusta?~

Lo cargue tomándolo del trasero hasta que se sujetará de mi cadera con sus piernas, descubrí su pecho y comencé a lamer sus pezones, tan suaves y fríos, era como comer un trozo de hielo que se derretía en mi boca.

Su cuerpo estaba temblando ligeramente y eso me gustaba.

— por más que chupes no saldrá nada de ahí.

— Tal vez no del pecho pero... Tal vez de otro lugar sí.

Alejé su espalda de la pared y lo lleve a mi cama dejándolo caer un poco agresivo.

—¿No puedes ser más dulce conmigo?— Una vez más se burlaba de mi.

Comencé a besarlo de nuevo, con una mano sujeté sus muñecas y con la otra acaricie su sexo sobre su ropa. Pequeños gemidos ahogados salian de su boca, escapaban entre nuestros labios. Sabía que no era suficiente, así que deslice mis dedos dentro de su pantalón, pude sentir el espasmo en su cuerpo.

—Espera — su voz estaba entrecortada.

No le hice caso y seguí deslizando mis dedos hasta tocarlo por completo, podía sentir cada palpitación. Rocé solo un poco sin tanta fuerza y pude ver la fuerza que ponía para no hacer sonidos. Lo cubrí completamente con mi mano y comencé a masajearlo, frotando la punta con mi pulgar, sintiendo cada gota que lo lubricaba, mientras más intentaba contenerse, más rápido comenzaba a hacerlo y cuando ví que su cadera comenzó a erguirse más, me detuve.

—Bueno, eso es todo— saque mi mano de sus pantalones un poco humeda— si quieres terminar, tendrás que hacerlo tú solo.

Se veía su confusión, tal vez una ráfaga de distintos sentimientos y pensamientos lo bombardearon porque solo me observó.

—Tengo que irme— intenté disimular la erección que tenía — chimuelo me espera.

Me levanté como pude y comencé a caminar, un poco difícil, a la salida de mi habitación.

— No juegues conmigo niño.

Mi habitación comenzó a congelarse, pude sentir como una gran presencia crecía a mis espaldas.

¿Tal vez lo hice enojar un poco?

Intenté jalar mi puerta, pero por supuesto, estaba congelada y pegada, no había escapatoria alguna.

Pude escuchar sus pasos detrás de mi y los escalofríos recorrieron mi cuerpo, tal vez no tendría que hacer este tipo de juegos en un futuro, si es que hay futuro.

—¿Crees que puedes irte así?— su voz era un poco más profunda.

Su fría mano sujeto mi cuello y una vez más, pude sentir su aliento frío detrás de mi oído.

—además, no creo que quieras salir así .

Con su otra mano tocó con más brusquedad mi erección, esto me hizo reaccionar naturalmente.

—No pensaba salir así.

—Que bueno por qué no lo harás.

Ágilmente me arrojó a mi escritorio donde tenía muchos papeles, algunos planos y uno que otro mapa de exploración, mis tizas cayeron al suelo y mis planos se arrugaron un poco al quedar apoyado de ellos.

— Por qué te enseñaré a terminar tú trabajo.

Vi como bajó hasta quedar hincado enfrente de mi,  con sus delgadas manos bajo mi pantalón hasta dejar mi sexo expuesto. Me avergocé al ver su mirada sobre el y luego verme directamente con esos ojos azules, no pude no desviar la mirada y sonrojarme. Después de un par de segundos, pude sentir una sensación extrañamente placentera.

Su aliento era frío, su saliva humedecía cada parte que su cavidad recorría, su lengua dejaba un rastro fresco pero aún así, sentí que cada parte ardía en placer.

Sus labios succionaban ligeramente y la punta de su lengua tocaba mi punta de vez en cuando, no podía contenerme, lo tome del cabello plateado y hundí un poco más dejando salir un gemido, por un momento, pude adivinar que Jack sonreía. Antes de llegar, logré empujarlo y apartarlo, aún así, no pude salvarlo de una mancha en su ropa.

— y tal vez se cristalice —Se burló de mi.

No sabía cómo contestar, mi cabeza daba vueltas y mis piernas no tenían tanta fuerza.

—Calla.

— ¿Me vaz a obligar?— levantó una ceja.

— mejor te haré gritar mi nombre— mi paciencia se había agotado.

Me lance sobre el estando en el suelo y arrancando su suéter azul, lo único que quería era dejarle marcas en toda esa piel palida, así que lo hice iniciando en su cuello, clavículas y pecho, me quite lo que quedaba de mi protección y mi playera.

—Si que haz madurado bien — me sonrió y abrazo con sus piernas.

— Déjame enseñarte lo que aprendí en estos 5 años.

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Nota:

¡Tómese un receso y pónganse a rezar!
Jajajaja ¡Hasta el próximo capítulo!

El chico de mis sueños | HijackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora