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Paige se sintió extraña al querer... besarla. Era un pensamiento que la sorprendía y confundía a la vez. Ni siquiera tuvo tiempo para asimilarlo antes de que un dolor punzante en el pecho la hiciera vacilar. No, no podía estar pensando eso. Lynn era todo lo que detestaba en el fondo de su ser. Competitiva, arrogante, siempre tan segura de sí misma. A pesar de que en ese momento, con el pelo suelto y esa falda que la hacía lucir increíblemente bien, parecía casi mágica, Paige no podía dejar que la atracción la nublara.
Con el corazón acelerado y una mezcla de miedo y confusión, Paige tomó una decisión impulsiva. Antes de que la melodía llegara a su fin y se deshiciera de la burbuja que las rodeaba, se separó bruscamente de Lynn y salió corriendo entre la multitud, dejando a la chica Loud completamente desconcertada.
—¿Acaso hice algo mal? —se preguntó Lynn, su mente luchando por entender la situación. La música cambió de forma abrupta, y el bullicio de la fiesta se transformó en risas y voces animadas que llenaban el aire. Sin embargo, Lynn no podía disfrutar del ambiente festivo.
Instintivamente, sintió la necesidad de seguir a Paige. Sin pensarlo dos veces, salió corriendo hacia donde había visto desaparecer a la rubia. La multitud parecía desvanecerse a su alrededor mientras su enfoque se mantenía en encontrarla. El latido de su corazón resonaba en sus oídos, empujándola hacia adelante. ¿Por qué había reaccionado así? ¿Qué era lo que había provocado tal huida?
Lynn corrió entre la multitud, su corazón palpitando con una mezcla de preocupación y confusión. La escena de Paige dándose la vuelta y huyendo se repetía en su mente como un eco insoportable. ¿Qué había hecho mal? No podía entender por qué la rubia había reaccionado de esa manera, y la frustración la impulsaba a encontrarla.
Al salir del bullicio, Lynn finalmente encontró a Paige apoyada contra la pared en un rincón oscuro del jardín. La rubia respiraba con dificultad, y sus ojos reflejaban una mezcla de emociones que Lynn apenas podía descifrar. Sin pensarlo, se acercó.
—Paige, espera. —La voz de Lynn sonó más dura de lo que pretendía, el tono casi demandante.
—¿Qué quieres, Lynn? —preguntó Paige, su tono cargado de resentimiento.
La distancia entre ellas era palpable, un abismo lleno de palabras no dichas y sentimientos reprimidos. Lynn, sin embargo, no se detendría.
—Te vi correr. No entiendo por qué te asustas tanto —dijo Lynn, cruzando los brazos sobre el pecho, desafiando a Paige a mirarla a los ojos. —Era solo un baile, ¡no tienes que huir!
Paige se incorporó, enfrentando a Lynn. —¡Solo un baile! ¿De verdad crees que es solo eso? No se trata de un simple movimiento en la pista. Se trata de ti, de lo que siento, y de lo que no debería sentir.
Lynn sintió un golpe en su pecho al escuchar esas palabras. ¿Cómo podía estar hablando así? —¿Qué estás diciendo? —preguntó, su voz temblando de rabia y confusión. —Eres tú quien se aleja, quien no puede aceptar que hay algo aquí, entre nosotras.
—¿Algo? ¿Qué es "algo"? —replicó Paige, su tono sarcástico ocultando el pánico. —¿Un impulso pasajero? ¿Una locura de Halloween?
Lynn sintió cómo la ira la invadía. —¡No es eso! —exclamó. —No entiendo por qué estás tan aterrorizada por esto. Siempre estás tan preocupada por lo que otros piensan, por ser perfecta.
—¡Y tú eres tan arrogante! —gritó Paige, sus ojos chispeando. —Siempre eres la mejor en todo, siempre tienes que demostrar que eres mejor que todos. ¿Por qué no puedes simplemente dejar de actuar como si fueras perfecta?
Lynn sintió que esas palabras la atravesaban. Era cierto, había sido competitiva, pero nunca pensó que eso se interpondría entre ellas. —Quizás tú deberías dejar de intentar ser tan correcta todo el tiempo —respondió Lynn, su voz resonando con frustración—. Hay cosas que no se pueden controlar. Hay cosas que sientes, y no puedes simplemente ignorarlas.
Paige se quedó en silencio, sintiendo cómo sus emociones se mezclaban con la ira y la tristeza. —¿Y qué? ¿Tú crees que es fácil para mí? He tratado de ignorarte porque me asustas, porque eres todo lo que no puedo ser.
Lynn sintió un profundo dolor al escuchar eso. —No soy un monstruo, Paige. Estoy aquí, frente a ti. No quiero hacerte daño.
—¿Y qué? —replicó Paige, con los ojos llenos de lágrimas, aunque luchaba por mantener la compostura—. ¿Tú crees que me importa? Eres todo lo que detesto, y al mismo tiempo, todo lo que deseo. ¿Cómo se supone que puedo lidiar con eso?
—Quizás no tienes que lidiar con ello sola —dijo Lynn, su voz más suave, tratando de encontrar un equilibrio entre la ira y el deseo de comprender. —Podemos ser sinceras, intentar ver qué es esto.
Paige la miró, su resistencia comenzando a desmoronarse. Pero luego, recordó los momentos que había compartido con Lynn, todas las miradas furtivas, el roce de sus manos, los momentos de vulnerabilidad que habían construido entre ellas. Todo eso la aterraba, y no podía permitir que esos sentimientos la desbordaran.
—No quiero sentir nada por ti —dijo, aunque su voz sonaba más como un ruego que como una afirmación. —No quiero esto.
—Pero lo sientes —interrumpió Lynn, su voz resonando con una mezcla de desafío y tristeza. —Lo sabes, y no puedes simplemente negarlo.
Ambas se quedaron en silencio, el aire pesado entre ellas, la verdad flotando en la oscuridad. Finalmente, Paige habló, su voz casi un susurro. —Y si lo siento, ¿qué? No puedo permitirme sentirlo. No sé cómo manejarlo.
—Tal vez deberías dejar de intentar controlarlo todo —dijo Lynn, sintiendo cómo sus propias palabras resonaban en su interior. —A veces, solo hay que dejarse llevar.
Paige se dio cuenta de que Lynn no iba a rendirse, que había algo más profundo que necesitaba ser explorado. Pero antes de que pudiera articular sus pensamientos, Lynn se acercó más, la tensión entre ellas era palpable.
—Dame una oportunidad, Paige. —Lynn se acercó un poco más, desafiando la distancia emocional que las separaba—. Si no te gusta, lo dejaré estar.
Paige la miró, sintiendo el peso de la oferta. En el fondo, sabía que había algo real allí, algo que merecía ser explorado. Pero el miedo seguía atormentándola, como una sombra que no podía ignorar.
—No sé si puedo —susurró Paige, la vulnerabilidad asomándose a su voz.
—Entonces, al menos, intenta —dijo Lynn, sus ojos brillando con determinación. —No te pido que todo sea perfecto. Solo... intenta estar aquí, conmigo.
La música continuaba sonando en la distancia, y el bullicio de la fiesta se había desvanecido en el fondo. Paige sentía que cada palabra de Lynn resonaba en su corazón. Quizás, solo quizás, todo lo que había sentido no era una locura, sino una conexión que valía la pena explorar.
Con un suspiro profundo, Paige dio un paso hacia Lynn, dispuesta a enfrentar su miedo, a dejar que la vulnerabilidad entrara. Pero antes de que pudiera decir algo más, Lynn, llena de confianza y seguridad, dio un paso más hacia ella, buscando la conexión que ambas anhelaban.
—Solo un paso más —dijo Lynn, y ambas sabían que este era solo el comienzo de un camino que habían estado evitando.
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𝔒𝔳𝔢𝔯𝔱𝔦𝔪𝔢 𝔥𝔢𝔞𝔯𝔱𝔰━━━━━ Lynn Loud.
Fanfiction𝕺𝖛𝖊𝖗𝖙𝖎𝖒𝖊 𝖍𝖊𝖆𝖗𝖙𝖘 - dos corazones en juego,una sola victoria.