𝟎𝟒. Juego.

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Paige y Jessie se encontraban en la hora del almuerzo, y Paige intentaba no arrancarse los pelos al escuchar a Lynn gritar en el comedor junto a sus amigas. La capitana del equipo era un torbellino de energía y ruido, y Paige se sentía abrumada por todo lo que tenía que ver con ella. Era como si Lynn estuviera decidida a ocupar cada rincón de su mente, y no sabía cuánto más podría soportar.

—Entonces, Lynn Loud es tu peor pesadilla —dijo Jessie, llegando a esa conclusión mientras sorbía de su zumo de naranja.

—Sí —asintió Paige, con un tono de frustración en su voz. La idea de tener que lidiar con Lynn y su actitud desafiante le pesaba en el corazón.

Jessie la miró con comprensión, como si pudiera ver lo que realmente le molestaba. Después de un momento, decidió darle a Paige algo que había estado preparando para ella. Con una sonrisa, le extendió un dibujo.

—Mira, lo hice para ti —dijo Jessie, mostrándole un paisaje vibrante lleno de colores. Era un cuadro que capturaba la esencia de la tranquilidad y la belleza de la naturaleza.

—Me transmite las mismas vibras que tú —añadió, con una mirada de complicidad.

Paige se quedó sorprendida.

—Nos conocemos desde hace cuatro días —replicó, sintiéndose un poco abrumada por la generosidad de Jessie. No esperaba recibir algo tan personal tan pronto.

—Créeme, soy bastante buena analizando a la gente —respondió Jessie, encogiéndose de hombros con una sonrisa despreocupada.

Paige miró el dibujo, sintiendo una mezcla de gratitud y admiración. En medio de la tormenta que era Lynn, Jessie era un rayo de luz. Se dio cuenta de que podía contar con ella, no solo para hacerle compañía, sino también para ayudarla a ver las cosas desde una perspectiva diferente.

—Es hermoso, gracias —dijo Paige, sonriendo genuinamente mientras acariciaba el dibujo con los dedos. A pesar de todo lo que estaba pasando, ese pequeño gesto le recordaba que había cosas buenas en su vida y que no estaba sola en esto.

—Y aunque Lynn sea un verdadero dolor de cabeza —añadió Jessie, intentando romper la tensión—, no dejes que eso te afecte demasiado. Eres mucho más que su rivalidad.













Paige se replanteaba su existencia entera mientras caminaba hacia la biblioteca. Apenas llevaban cuatro días en la escuela, pero sentía que había pasado una eternidad. Era curioso cómo en tan poco tiempo podía estar lidiando con una tormenta como Lynn Loud. Pero bueno, era lo que tocaba, pensó con resignación.

Cuando llegó a la biblioteca, una sonrisa se dibujó en su rostro. El lugar estaba completamente vacío, y disfrutó del silencio que reinaba en el ambiente. Para Paige, el silencio era un refugio. Como la pequeña de su familia, siempre había encontrado un espacio para ella en medio del caos. Todo lo contrario que Lynn, cuya presencia llenaba la habitación como un torbellino de energía y ruido.

Sin embargo, su momento de paz se vio interrumpido abruptamente por un portazo que resonó en el aire. No hizo falta ni girarse para saber que Lynn ya estaba allí.

—Quiero acabar con esto lo antes posible —aclaró Paige, con un tono firme, intentando concentrarse en la tarea que tenían por delante.

—Sí, pues mira lo grande que es —respondió Lynn, señalando la estantería repleta de libros y documentos desordenados—. Sé consciente de todo lo que te queda por ordenar.

Paige frunció el ceño al escuchar su tono sarcástico.

—¿Cómo que "todo LO QUE TE QUEDA"? —hizo énfasis en lo último, dejando escapar un leve atisbo de irritación en su voz. Lynn siempre encontraba la manera de desestabilizarla, y esa vez no iba a ser la excepción.

—Oh, vamos —dijo Lynn, levantando las manos en un gesto de inocencia—. Solo intento ayudarte a ver la realidad. No es solo un par de libros, son una montaña de papeles. Y tú, con tu amor por el arte, probablemente piensas que todo esto es un lienzo en blanco o algo así.

Paige sintió cómo la frustración se acumulaba en su pecho, pero también se dio cuenta de que, de alguna manera, Lynn tenía razón. La biblioteca estaba llena de desorden, y la idea de ordenar todo eso le parecía abrumadora. Pero no iba a permitir que Lynn la intimidara.

—Está bien, quizás sea un montón de libros, pero no necesito que me digas lo que tengo que hacer —replicó Paige, intentando mantener la calma.

Lynn sonrió de forma arrogante, disfrutando del pequeño juego de poder que se había establecido entre ellas.

—Perfecto. Entonces, ¿por dónde empezamos? Porque yo no pienso tocar nada sin una estrategia. No quiero terminar aplastada bajo esta montaña de literatura —dijo, mirando el desastre con un aire teatral.

Paige se sintió un poco más tranquila al ver que Lynn estaba dispuesta a ayudar, incluso si era de una manera poco convencional.

—Podemos empezar por agrupar los libros por género, eso facilitará las cosas —sugirió Paige, pensando en voz alta.

—¿Agrupar? Eso suena aburrido —respondió Lynn, haciendo un gesto de desdén—. Pero, ¿por qué no hacemos un juego? La primera que termine tiene un almuerzo gratis que le pague la otra.

Paige, sorprendida, sintió que una pequeña sonrisa se asomaba a sus labios. Esa propuesta era mucho más divertida de lo que había imaginado.

—¿Y si pierdes? —preguntó, mirando a Lynn con una ceja levantada.

—Entonces, tendré que seguir tus reglas por un día. Y eso incluye no hacer ruido en el entrenamiento —dijo Lynn, riendo.

Paige sintió una chispa de desafío en el aire.

—Trato hecho —dijo, estrechando la mano de Lynn con determinación. Quizás ese castigo conjunto no sería tan malo después de todo.

𝔒𝔳𝔢𝔯𝔱𝔦𝔪𝔢 𝔥𝔢𝔞𝔯𝔱𝔰━━━━━  Lynn Loud.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora