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Justo cuando el momento entre Lynn y Paige parecía estar alcanzando un punto de quiebre, un ruido repentino interrumpió la tensión en el aire. Leyre, la hermana mayor de Paige, apareció en la escena, su rostro entre la preocupación y la curiosidad.
—¿Chicas? —preguntó Leyre, su mirada saltando entre ambas con evidente sorpresa—. ¿Todo bien aquí?
Lynn dio un paso atrás, sintiendo cómo el momento se desvanecía de inmediato. El anhelo y la vulnerabilidad que habían estado compartiendo se convirtieron en una incomodidad palpable. No, no podía ser así.
Paige respiró profundamente, buscando recuperar la compostura. —Sí, claro. Solo estábamos... hablando —dijo, forzando una sonrisa que no logró ocultar la confusión que aún reinaba en su interior.
Leyre alzó una ceja, observando el intercambio silencioso entre las dos. Su instinto le decía que había algo más en la atmósfera. —Parece que hay un poco de tensión. ¿Está todo bien entre vosotras?
Lynn cruzó los brazos sobre su pecho, sintiendo cómo el calor de la vulnerabilidad se desvanecía. No estaba segura de cómo explicar lo que había pasado, pero sabía que no podía dejar que Leyre interrumpiera la conversación de esa manera.
—Estamos bien, solo que... —comenzó Lynn, pero Paige la interrumpió rápidamente.
—Estamos bien. De verdad, solo... estábamos discutiendo sobre el baile —dijo Paige, forzando un tono casual.
—¿El baile? —repitió Leyre, aunque su expresión sugería que no estaba convencida—. Parecía que había más que eso.
Lynn se sintió frustrada, pero al mismo tiempo, un poco aliviada de que el ambiente tenso se disipara, aunque solo fuera un poco. —En realidad, estábamos hablando sobre cómo la gente puede ser tan... complicada —dijo, eligiendo sus palabras con cuidado.
Leyre observó a su hermana, notando el brillo en sus ojos y la forma en que se apartó de Lynn. —¿Complicada? ¿Como el hecho de que ambas se están mirando como si fueran a estallar en una pelea?
Paige rodó los ojos, pero no pudo evitar sonreír, la tensión que había estado construyéndose comenzando a desvanecerse. —No es así. Solo estamos... aclarándonos las cosas.
Lynn soltó una risa nerviosa. —Sí, eso es. Aclarando.
Leyre miró a ambas, escaneando la situación con un ojo crítico. Finalmente, su expresión se suavizó. —Vale, pero no se olviden de divertirse. Esta es una fiesta de Halloween, después de todo. —Su tono cambió a uno más juguetón—. Y quiero veros disfrutando y no atrapadas en un rincón oscuro.
Paige se sintió agradecida por la interrupción, pero también un poco decepcionada. —Sí, claro, vamos a volver a la fiesta. —Ella hizo una pausa, mirando a Lynn—. ¿No?
Lynn asintió, aunque su corazón aún estaba lleno de emociones no resueltas. —Sí, claro. Vamos a volver.
Las dos chicas siguieron a Leyre, devolviéndose hacia la fiesta, mientras el bullicio y la música se intensificaban a su alrededor. El ambiente vibrante contrastaba con la tensión que había estado flotando entre ellas momentos antes. ¿Cómo podían las cosas cambiar tan rápido? se preguntó Lynn mientras trataba de procesar lo que acababa de suceder.
Cuando llegaron a la pista de baile, Luna y Jessie aparecieron, sus rostros iluminados por la emoción y un toque de preocupación.
—¡Os estábamos buscando! —exclamó Luna, sus ojos escaneando a las dos chicas con una mezcla de alivio y curiosidad.
Leyre, aún manteniendo un tono ligero, agregó en broma: —Estabais a punto de agarraros a golpes.
Jessie rodó los ojos, pero Luna frunció el ceño, notando que, a pesar de la broma, algo había cambiado entre Lynn y Paige. No era la habitual tensión llena de desdén; había un aire diferente, uno que no podía ignorar. Su radar siempre estaba alerta, y esta vez parecía captar algo más que rivalidad.
Sin darle mucho tiempo a la reflexión, Jessie se acercó rápidamente a Paige, separándola de Lynn con un gesto decidido. —Vamos a bailar —dijo, con una energía que dejaba poco espacio para la objeción.
Paige se volvió hacia Lynn, sus ojos reflejando una mezcla de emociones no resueltas, pero Jessie tiró de ella antes de que pudiera articular alguna palabra. Ambas chicas se adentraron en la multitud, llevándose consigo la electricidad de lo que había ocurrido justo antes.
Lynn se quedó mirando mientras las dos se perdían entre la masa de bailarines. Su corazón se sentía pesado, pero su mente estaba un torbellino. ¿Por qué había sentido eso? Se preguntó a sí misma. ¿Por qué un instante de conexión había sido tan desarmante?
Cuando las dos hermanas Loud se quedaron solas, Lynn se volvió hacia Luna, una mezcla de confusión y determinación en su mirada.
—Creo que voy a casa —aseguró, su voz firme pero con un toque de vulnerabilidad.
Luna, al ver la seriedad en el rostro de su hermana, no insistió. Sabía que algo había sucedido entre Lynn y Paige, algo que había desatado una tormenta de emociones en su hermana. Lynn era impulsiva, a menudo se dejaba llevar por lo que sentía, y esta vez parecía más perdida que nunca.
—Está bien —asintió Luna, comprendiendo que lo mejor era darle espacio. Era evidente que Lynn necesitaba un momento para procesar todo lo que había ocurrido en la fiesta.
Con un gesto de despedida, Lynn se dio la vuelta y se perdió entre la multitud, tratando de despejar su mente. Las luces parpadeantes y la música vibrante parecían un eco lejano mientras luchaba por entender su propio corazón.
Mientras caminaba, su ceño se frunció al cruzarse con Lincoln y Clyde, quienes reían y conversaban animadamente. ¿Qué hacían ellos ahí? Se preguntó, sintiéndose repentinamente irritada.
Lynn los miró con indiferencia, sintiendo que no tenía tiempo para sus trivialidades. La sensación de incomodidad la envolvía, y necesitaba concentrarse en sus propios pensamientos. Así que, en lugar de detenerse, siguió caminando, alejándose de la risa y la alegría que la rodeaba.
A medida que se alejaba de la pista de baile y del bullicio de la fiesta, el aire se volvió más fresco y tranquilo. Sin embargo, sus pensamientos seguían agitados, una maraña de confusión y deseo que no sabía cómo desenredar.
Finalmente, llegó a la salida del parque, y se detuvo por un momento, respirando hondo mientras trataba de calmarse. Las estrellas brillaban con intensidad sobre ella, como si quisieran ofrecerle algo de claridad.
—¿Qué está pasando conmigo? —murmuró para sí misma, sintiendo que su corazón se aceleraba al recordar la conexión que había sentido con Paige. Aquella mezcla de emociones que había experimentado la había dejado aturdida. No podía ser. ¿Cómo era posible que se sintiera atraída por alguien a quien había despreciado tanto tiempo?
Con un último vistazo hacia la fiesta, y antes de que sus pensamientos la dominaran por completo, Lynn dio la vuelta y comenzó a caminar hacia casa, decidida a encontrar respuestas, aunque supiera que el camino no sería fácil. Tenía que enfrentarse a sus sentimientos, aunque eso significara arriesgarse a sentirse vulnerable.
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𝔒𝔳𝔢𝔯𝔱𝔦𝔪𝔢 𝔥𝔢𝔞𝔯𝔱𝔰━━━━━ Lynn Loud.
Fanfiction𝕺𝖛𝖊𝖗𝖙𝖎𝖒𝖊 𝖍𝖊𝖆𝖗𝖙𝖘 - dos corazones en juego,una sola victoria.