The Tower and The Dragon | hotd

6. A princess and a sword

Una princesa y una Espada.

Los rayos del sol comenzaban a colarse entre las espesa nubes tiñendo el cielo de colores rosados y amarillos propios del amanecer. Surcando los cielos habían dos sombras que se movían cómo hojas en el vientos, sombras qué parecían danzar en el cielo con agilidad y delicadeza. Los dragones volaban sobre el mar de Desembarco del rey, sobre cada rincón del mercado, de las plazas, solo algunos mercaderes habían sido vistos desde las alturas.

Las princesa Rhaenyra de 15 onomásticos, volaba en Syrax, su dragón dorado, mientras su hermana menor la princesa Visenya volaba en Therax, su dragón grisaceo. Ambos dragones tenían embergaduras similares, ya que Theorax parecía crecer rápido, ya que al cazar su propia comida y pasar la mayor parte del día con su jinete en los jardines reales se críaba en semi libertad.

Visenya y Theorax habían volado por primera vezcuando Visenya cumplió su noveno onomástico. Desde ese día se había hecho rutina para ella y su hermana el volar el juntas por las mañanas, o incluso por las tardes. Su padre el rey Viserys, las veía a desde una torre en la Fortaleza Roja, sonriendo orgulloso y a la vez melancólico viendo a sus hijas crecer tan rápido. Recordó las lunas luego de que su esposa murió, sus hijas no parecían ser las mismas al igual que él.

Rhaenyra le había pedido dejar de ser su copera en el Consejo Real, debido que aún sentía la herida de la muerte de su madre y no quería salir de su habitación, por pasar largas jornadas llorando. Su hermana menor Visenya no fue diferente, había dejado de platicar con absolutamente todo el mundo, incluso dejó de ir a hurtar las tartas de fruta a la cocina, algunas sirvientas le llevaban a su habitación, pero ella simplemente las rechazaba.

Tanto al rey cómo a sus hijas les costó mucho el aprender a vivir sin Aemma, y cargar también con la muerte del que pudo haber sido su hermano Baelon. El hijo varón que Viserys tanto quería. El sentimiento de culpa que lo carcomia diario había prevalecido desde ese día como su sombra que lo seguí a todos lados.

Y así como Viserys lo había prometido, a los tres aniversarios de la muerte de Aemma, Viserys nombró heredera a su primogénita Rhaenyra Targaryen, nombrando la también princesa de Rocadragon. Muchos lores se conmocionaron por el nombramiento del rey ¿una mujer cómo heredera? Y más encadoloso aún ¿Una mujer siendo Reina de los Siete Reinos?. El nombramiento de Rhaenyra dio mucho de que hablar durante un largo tiempo, pero lo supo sobrellevar, después de todo había sido su propio padre el rey quién la había nombrado, ¿qué más validación necesitaba?. Para Visenya también fue molesto el oír hablar a esos viejos panzones de que su hermana no era digna, ¿qué sabían ellos de ser dignos de un trono?, para ella, ellos solo eran unos envidiosos del privilegio de su hermana, pensaba constamente que ellos debían mejor pensar en que pedazo de tierra caerán cuándo mueran qué hablar de su hermana mayor.

Incluso "Otto Hightonto", cómo Visenya había comenzado a llamarlo, le había dicho al rey que era una mala y que habría mucho descontento por parte de las grandes casas, que las cosas no debían ser así ya que podría estallar una guerra, pero Viserys siguió firme con su decisión, sabía que Rhaenyra sería la indicada, era más que digna de sentarse en el trono, la sangre pura la Antigua Valyria corría por sus venas. Viserys había comenzado a instruirla en la política de Poniente, le enseñó sobre las grandes casas y sus vasallos, habló de los mercantes marítimos qué traían cosas desde el mar Angosto, o Liss, o artefactos preciosos desde Volantis, cómo solo debía de tratar de mantener paz con los dornienses, todo lo que su padre un día le había enseñado.

Visenya en cambio se había orientado un poco más a la lectura y al combate, su tío Daemon cada que regresaba de algún exilio por las tonterías que cometia, se la pasaba orientando a su sobrina en arte del combate y la esgrima, incluso en ocasiones entrenaba con Ser Criston, Cole era un buen maestro un poco menos letrado al momento de explicar, pero se apreciaba el esfuerzo por parte de Visenya.