9. A Farewell

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Una despedida

Un nuevo amanecer se cernia en el horizonte de las costas de Desembarco del Rey trayendo un con el un nuevo día. Y para Visenya se asomaba un día complicado y difícil de afrontar, tanto que se rehusaba a salir de su cama por miedo a lo que el día traía consigo, después de todo ella no quería decir "adiós" aún.

Desde su encuentro con el joven Hightower habían pasado ya 7 lunas. Y le hubiera encantando decir que aquel Hightower pagó las consecuencias de sus actos en aquella ocasión, que incluso hizo que aquel joven de cabellos rojizos le supliquicara perdón de rodillas, pero fue todo lo contrario. Los siguientes días luego de eso la princesa y Ser Gwayne habían compartido muchas pláticas triviales, mientras recorría los pasillos de la fortaleza todas las tardes, incluso Ser Gwayen le comentó la sorpresa que se llevó al saber que su hermana se casaría con el rey. Aunque al principio no lo aceptó ; y esa fue la razón del porqué no fue la boda, apoyaba a su hermana.

Visenya Targaryen, aunque solo contó lo que ella creía necesario, cómo el cómo fue volar por primera vez en su dragón o su esmero en aprender a bordar bien, fueron suficientes para tener momentos amenos con Gwayne, quién había descubierto era tres onomásticos mayor a ella.

Toda su interacción en los días previos y posteriores a la boda de la princesa Rhaenyra y el joven Laenor Velaryon, no pasó desapercibida por un par de ojos que miraban a la segunda princesa con sorpresa al ver cómo toleraba otra presencia qué no fueran su padre, tío, su prima Laena y su hermana Rhaenyra.

Visenya por fin se levantó de su cama al momento en que Perianne entró por la puerta de su habitación avisándole qué pronto el almuerzo sería servido, y que debía bajar a comer y despedirse. Visenya tomó una ducha sin tomarse mucha prisa en hacerlo, así mismo lo hizo al momento de colocarse sus ropas. Con calma caminó por todos los pasillos de la fortaleza hasta llegar a las puertas del comedor, los guardias que vigilaban la puerta al verla inmediatamente le abrieron la puerta dejándola pasar.

- Oh, Visenya, es un placer que nos acompañes, hija mía - hablo el rey al tener a su hija al lado.

- Lamento no bajar al desayuno, padre -pidió disculpas mientras dejaba un beso en la frente de su padre.

- No te preocupes, pero tu hermana preguntó por ti - le hizo saber su padre mientras daba un sorbo a su vino.

- Yo considero que fue un poco desconsiderado de su parte el no asistir - se escuchó una voz, que resultó ser la de Alicent. Visenya al oír su voz solo se limitó a rodar sus ojos.

- Yo no lo considero así, esposa, esta bien si quería dormir un poco más, yo desearía poder hacerlo aveces - soltó una leve risa el monarca viendo a su hija tomar asiento a su lado.

-¿Dónde está mi hermana, padre? - preguntó Visenya a su padre, notando la ausencia de su hermana, y a la vez tratando de ignorar las palabras de Alicent, mientras las sirvientas dejaban su comida frente a ella.

- Debe de estar terminando de empacar sus cosas, se irán hoy por la tarde con Laenor - el rey dio un leve suspiro un tanto cansado y melancólico. Hoy su primogénita y heredera se marcharia a Rocadragón con su ahora esposo Laenor Velaryon.

- Ya veo... - finalizó la princesa dando pequeños bocados a su comida, a ella no le gustaba para nada la idea de que su hermana se fuera.

Sabía que su hermana heredaria el reino al morir su padre, y sabía que con esa responsabilidad venían otras, pero se había acostumbrado tanto a sentir cercana su presencia qué el pensar que se iría llevaba quitándole el sueño durante un par de noches.

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⏰ Última actualización: Oct 26 ⏰

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The Tower and The Dragon | hotdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora