Tras tres años de haber empezado la operación Strix, Anya y sus amigos se encuentran ahora en su cuarto grado de escuela primaria. Ella y Damian no son particularmente cercanos, pero tampoco se llevan mal. Además, ella sigue tratando de hacerse su a...
Ya bien entrada la noche, tanto Anya como Becky estaban durmiendo plácidamente en sus respectivas camas. A juzgar por las expresiones que cada una tenía en su rostro, ambas estaban soñando con algo que les gustaba. Siendo ese el caso, no tenemos entonces que preocuparnos por ellas. Podemos dejarlas dormir en paz.
Sin embargo...
Tal parece que existía otra personita, un niño de la misma edad que ellas, que no la estaba pasando tan bien al dormir, como si lo estaban haciendo Anya y Becky...
Ese niño, no podía tratarse de otro que de Damian.
Quien, sea lo que sea que estuviera soñando...
... En verdad deseaba poder despertarse cuando antes...
Antes de que "aquello" con lo que estaba soñando, llegara a su punto más crítico.
Al parecer, toda la culpa de que Damian estuviera soñando "aquello", la tenía una niña de cabello color rosa, una niña con la cual, para su mala suerte, suele convivir casi a diario, algo que, por lo general, en lugar de generarle calma, más bien suele generarle estrés.
Pero exactamente, ¿Qué estaba soñando Damian?
Bueno...
Tal parece que lo que pasó la última vez que se vieron en la escuela, cuando él y Becky estuvieron jugando vencidas, tenía algo que ver con lo que estaba soñando ahora...
Simplemente, Damian no se había podido sacar "aquel" momento de la cabeza.
Aquel momento... en que Anya comenzó a coquetearle directamente, jugando con su cabello y, sobre todo...
... Tirándole un beso a lo lejos.
Razón por la cual, en lugar de soñar conque Anya le volvía a tirar un beso de lejos...
... Damian estaba soñando conque aquella niña le daba el beso "directamente"...
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> ¡AAHHH!
Pero como cabría esperarse de Damian, él bajo ningún contexto iba a permitir que aquello pasara, ni siquiera dentro de sus propios sueños, por lo que antes de que Anya pudiera finalmente unir sus labios con él, él se las arreglaría de algún modo para despertarse justo en el momento exacto, evitando así que se diera el beso.
