Capitulo 15

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El reloj marcaba las tres de la tarde cuando Charly salía de la oficina de Héctor, su psicólogo. Había sido otra sesión intensa, y como era costumbre, Gustavo había sido el tema principal de conversación. Charly había hablado de lo mucho que lo amaba. De lo bien que la pasaban juntos, de lo especial que era esa conexión que tenían. Sus palabras salían casi sin esfuerzo, describiendo con precisión cada gesto de Gustavo que lo hacía sentir tan vivo, tan completo. Héctor lo había escuchado con atención, observando cómo el rostro de su paciente se iluminaba con cada palabra. Pero también había notado algo más: un leve matiz de inquietud en el fondo de sus ojos.

—Es muy lindo lo que me contás, Charly. —había dicho con una sonrisa comprensiva. —Se nota que estás enamorado, de verdad. Pero recordá que es tu primer amor. Eso no significa que no sea especial, solo que a veces, cuando el amor es tan intenso, también puede ser un poco cegador.

Charly había asentido, aunque esas palabras habían dejado una huella en su mente. Durante el resto de la sesión, Héctor le hizo preguntas más profundas, como por qué seguían ocultando su relación. Charly había intentado darle una explicación, pero cada respuesta se sentía insuficiente, incluso para él mismo.

Las semanas siguientes fueron difíciles. A pesar de que su relación con Gustavo seguía siendo hermosa, esas dudas comenzaron a instalarse en su mente. Charly comenzó a escribir más en su libreta, volcándose en palabras lo que no podía decir en voz alta. Esa libreta se convirtió en su compañera constante, siempre a mano, incluso en el colegio, donde aprovechaba cada oportunidad para anotar sus pensamientos.

Llevaba la libreta todos los días y, cuando tenía la oportunidad, escribía en el colegio. Los amigos de Charly empezaron a bromear sobre su libreta, ya que cada vez que preguntaba que estaba escribiendo, él decía "que les importa", cosa que ellos empezaron a bromear con que estaba enamorando de una chica o que se hacía el misterioso. Cosa que le cagaba gracia a Charly. Pero entre esas bromas, los amigos de Gustavo escucharon sobre esas famosa libreta, y le empezaron a mirar con más atención a Charly a partir de ese día, ya que querían ver cómo era su libreta y cuando escribía.

Cerati al notar que sus amigos notaron la libreta de Charly, empezó a temer sobre todo. Ya que no tenía idea de lo que escribía él ahí, era un secreto suyo. Pero le aterraba que guarde escrito en aquellas hojas, algo sobre su relación. Cosa que era un 90% de la libreta.

Una tarde, mientras estaban solos en su escondite habitual, Charly decidió enfrentar esas dudas de frente. Se giró hacia Gustavo, quien estaba distraído mirando por la ventana, y con un nudo en la garganta, lanzó la pregunta que había estado evitando.

—¿Por qué seguimos ocultando esto? —dijo en un tono suave, pero firme. Gustavo lo miró, sorprendido, como si no esperara que la conversación tomara ese giro.

—Lo hacemos por el bien de los dos, Charly, ya te lo dije... Mis amigos... Ellos no entenderían. Harían cualquier cosa para arruinarlo, y no quiero que eso pase. —se acercó un poco a él. —No quiero que me separen de vos.

Charly asintió lentamente, pero algo en esa respuesta no le terminaba de convencer. Se quedó en silencio por unos segundos, procesando las palabras de Gustavo antes de continuar.

—¿Y vos te sentís cómodo con ellos? —preguntó, esta vez con un tono más serio. —Desde que nos empezamos a juntar, te veo diferente, más relajado, como si estuvieras siendo más... ¿Vos mismo?

Gustavo se quedó callado, su mirada se desvió hacia el suelo y sonrió con una mueca casi imperceptible. Parecía que las palabras de Charly lo habían alcanzado de una manera que no esperaba.

why not? | Gustavo Cerati & Charly AlbertiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora