Al día siguiente de todo lo que pasó anteriormente, ni Charly ni Gustavo pudieron dormir con normalidad. Ambos se sentían asquerosos. Cerati se sentia una mierda y Alberti un inservible.
Gracias a Dios, Charly no se llegó a hacer daño por acordarse que estaba su papá, pero después sentía unas ganas de volver a hacer, lo que lo hacía sentir algo enfermo. Esa vez que lo hizo, esa primera vez que el filo dibujaba en su piel, no lo había pensado mucho, solo fue un impulso para estar mejor. Se dijo a su mismo que nunca más lo haría, pero no sé podía sacar de la cabeza esas ganas de volver a hacerlo.
Por otro lado, Gustavo no pudo dormir a causa de su llanto, se sentía atrapado y no podía hacer nada para terminar con eso. Él quería estar con Charly aunque no parecía demostrarlo demasiado. Pero esa era la idea, o para el resto. La hermana de Gustavo, Estela, había estado notando un poco raro a su hermano, con menos energía. Y también notó que Charly no venía a casa como lo hacía hacer antes, o tampoco habla de lo mucho que aprecia a Charly como "amigo", como pensaba ella. No quería preguntar para no incomodar, además que la otra vez vio a Charly aferrado a Gustavo y este hacía lo posible para tranquilizarlo. ¿Ahora que estaba pasando?
Al llegar al colegio, Charly no tenía ni ganas de ver a Gustavo. Pero no podía evitarlo, cada vez que tenía la oportunidad lo hacía, lo mismo pasaba con Cerati. Ambos se veían con un aspecto cansado, tenían unas ojeras bastante notables y un comportamiento muy apagado. Entraron al aula y se sentaron cada uno en su lugar. Y si, Gustavo se sentó con sus "amigos".
—Ah, hola, Gustavito. —dijo una con una sonrisa mientras lo veía sentarse y acomodar su mochila.
Este no respondió, solo sonrió muy forzadamente y miro a otro lado.
El profesor entró, pero justo detrás de el había una chica de pelo lacio color avellanas, ojos marrones, precioso perfil y un muy lindo estilo. Gustavo fue el primero que la notó, ya que no sabía a qué mirar. El profe entro y saludo como siempre, pero agregando algo nuevo.
—Buen día chicos. —sonrió y la chica miraba algo nerviosa. —Hoy, cómo pueden ver, está será su nueva compañera a partir de ahora, ¿Querés presentarte? —miro a la chica y está asistió con una sonrisa.
—Me llamo Cecilia, soy de Chile pero por asuntos de trabajo tuve que venir para aquí. —dijo algo nerviosa.
—Bueno Cecilia, hay muchos asientos libres, podés ir donde quieras.
Ella asistió nuevamente y se fijó los lugares que habían libres. Eran 3; uno por el grupo de Charly, por el grupo de Gustavo y el último era un grupito de chicas, decidió ir allí.
La clase comenzó y Cecilia parecía tener un buen comienzo con las chicas. Aunque los amigos de Gustavo no paraban de hablar de Cecilia y lo atractiva que les parecía. El único que no decía nada era el guitarrista de rulos. Se sentía incómodo mientras escuchaba hablar de esa manera asquerosa sobre una mujer, además que a él no le importaba en lo absoluto, ya que seguía enamorado perdidamente de Charly.
Charly estaba sentado en el aula, con la cabeza recostada en una mano, mirando hacia la ventana sin realmente ver nada. El murmullo de la clase y las risas que se elevaban de algunos grupos eran un eco distante hasta que una voz familiar lo sacó de su ensimismamiento. Eran los amigos de Gustavo, que, como de costumbre, no paraban de hablar alto, sin importar si alguien los escuchaba o no.
—¿Viste a la nueva? —dijo uno, entre risas. —Cecilia, ¿No? Qué linda que es, hermano. Tiene algo distinto, ¿No?
—Definitivamente. —respondió otro, dando un codazo a su compañero. —Gustavo, ¿qué decís vos? ¿Te animarías a invitarla a salir?
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why not? | Gustavo Cerati & Charly Alberti
RomanceMientras los sentimientos florecen en mi corazón, las burlas y las miradas de tus amigos comienzan a dañar la conexión que habíamos creado, ¿por qué?