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-¡No le digas a papi wonu! - Lloriqueó el alfa de 17 años cuando se subió al auto con su papá. Mingyu suspiró mirando a su hijo con el ceño fruncido.

-Estás suspendido hasta el lunes Chan - La voz sonó golpeada -No puedo no decirle.

Hizo un puchero logrando que Mingyu rodara sus ojos.

-Lo que hiciste está mal - Mingyu reprendió no creyendo aquel regaño -No puedes tirarle tus útiles escolares, ni el estuche a tu profesor de matemáticas, Chan - El alfa suspiró -No está bien.

-¿Osea que si puedo insultarlo? - Preguntó esperanzado.

-No - gruñó bajo.

-¡Pero se lo merecía! - Rebatió con convicción.

Mingyu volvió a gruñir apretando sus manos al volante del auto. No quería darle a su hijo la razón porque como padre no podía fomentar la violencia ni la falta de respeto a sus profesores, sin embargo, el bastardo se lo merecía y muy en el fondo Mingyu solo deseaba felicitar al pequeño alfa por haber alzado su voz.

El ojiverde tenía muy en claro que aquel beta, ese asqueroso y bastardo beta, tenía una enferma obsesión por Wonwoo. Lo supo desde el día que lo conoció en una reunión de profesores y sabía también, por sus hijos, que había querido acercarse a Wonwoo.

El simple hecho que aquel hombre estuviera impartiendo clases y a modo de ejemplo usara los nombres de Wonwoo y Ji-hoon, ilustrando una pareja de casado, que iban a comprar una casa y debían sacar el porcentaje sobre lo que seria la división de una mierda que Mingyu realmente no prestó atención, el solo hecho de que los nombres hayan sido de coincidencia, era como prender un fuego dentro del alfa del rizado.

Lo peor es que, según Chan, no había sido el único que había notado aquello.

Hasta los alfas que más detestaban a su hijo se habían percatado del ejemplo poco ético del mayor, sintiéndose horriblemente asqueados con aquella manía que tenia el profesor

Así que sí, Chan se había levantado, secundado por sus dos mejores amigos, y le había dicho a ese beta que era un "Asqueroso hijo de puta enfermo necesitado de atención" y luego le había lanzado con mucha fuerza su estuche que golpeó la cara del beta, junto con los demás útiles escolares.

Y claro, amenazarlo con cortarle su micropene.

Mingyu quería sonreír pero se mantuvo serio.

-Mañana hablaré con el profesor de matemáticas, vendremos todos a hablar con él - El alfa soltó un sonido gutural y muy poco humano que hizo a su hijo estremecerse -Y arreglaremos este maldito asunto de una vez por todas.

-Está bien papá - Suspiró -De todas formas no me arrepiento de nada, lo volvería hacer - Informó orgulloso.

Y Mingyu se permitió sonreír solo un poco.

₊⊹ · ₊⊹ ·

-Lo voy a matar - Masculló con los dientes apretados el alfa de ojos verdes, se movía de un lado hacia el otro, casi como si estuvieran enjaulado en su propio cuerpo. Podía ver los puños formados en las manos de su hermano mayor, los ojos más oscuros -¡Lo voy a matar, así de simple ¿Cree que puede insultar a papá y golpearte sin recibir un puto merecido? ¡Ni siquiera seré limpio en esta maldita pelea! llamaré a todo el puto equipo de futbol - Escupió con rabia.

Soobin suspiró mirando a su hermano, le dolía los nudillos.

-No vas a matar a nadie, ya me encargue de él - El menor alzo sus ojos sonriendo -Le rompí la nariz.

-Y yo le romperé la cara - Gruñó bajo.

-San...

-Ni siquiera lo intentes, esto no se va quedar así.

Viviendo entre alfasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora