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—Dijiste que no será un problema — Masculló el gemelo mayor con los dientes apretados. Soobin estaba apoyado en la pared del pequeño despacho de su padre y Chan tenía su cuerpo pegado a Soobin.

El olor fuerte y demandante a cedro y césped que expulsaba San mantenía una tensión en el aire que hacía que su padre se removieran incómodo desde su asiento. Su alfa rugiendo por apaciguar al cachorro que parecía querer cortarle la yugular.

—No lo será, cachorros — Aseguró el alfa mayor intentando transmitir cualquier sentimiento de seguridad, sin embargo, los tres alfas empujaban su dominio como si quisieran mantener una distancia mucho más grande que la que habían en la habitación —Me aseguré de dejar en claro sobre los supresores de olor en el trabajo y la tía Nayeon desde ahora no dejará pasar a nadie a mi oficina que tenga un olor tan marcado como la de una omega.

Soobin gruñó.

—Tía Jeongyeon te dijo — Le recriminó con la voz más baja, sus ojos puestos en el alfa mayor —¿Qué hubiera pasado si pá Boo hubiese olido aquel dulzón hedor en tu piel?

Mingyu apretó los labios.

—Nada porque mi omega confía en mí y yo hubiera sabido explicarle la situación.

—Eso no le quita que le hubieras hecho pasar un mal rato a papá — San dejo caer su mano con la palma abierta al escritorio del alfa mayor, el golpe resonó fuerte junto con un gruñido.

Chan se tensó y Soobin dió dos zancadas antes de tomar a su gemelo por los hombros.

—Tranquilo — Susurró el menor con una voz más suave.

—¡¿En qué carajo estabas pensando maldita sea?! — Rugió San buscando soltarse de Soobin.

Mingyu se levantó de su asiento con el gruñido gutural y dominante sobre el aire. Sus ojos verdes de un color más oscuro y su alfa empujado el dominio de su hijo mayor.

El olor a café y madera fue sofocante y a la vez como un sedante para los demás alfas.

—Cuida tu tono, alfa — Le habló con tono tosco —Sigo siendo tu padre.

San apretó los ojos antes de dar dos pasos hacia atrás y agachar la mirada.

Se removió incómodo y avergonzando por aquel comportamiento.

Estaba comportándose como un animal.

—Lo siento — Murmuró —Eso fue irrespetuoso.

—Lo fue — Concordó Mingyu sentándose más calmado —Sin embargo lo entiendo. Me equivoqué y prometo que no volverá a suceder, fue irrespetuoso de mi parte llegar con un olor desconocido. Lo siento cachorros, no los volveré a pasarlos a llevar ni a ustedes ni a mi omega.

Soobin suspiró rendido.

—Está bien papá, lamentamos haber actuado como psicópatas.

Mingyu rió.

—Cuidan a su madre y eso está bien — Los miró lleno de orgullo —Incluso si tienen que ir en contra de mi, eso habla muy bien de ustedes.

—Sigo pensando que matar es una buena opción — Chan opinó desde su lugar —Puedo pedirle ayuda a Hansol junto con Seungkwan — Aplaudió feliz —¿Qué dicen?

—Digo que es hora de dormir — Mingyu se acercó un poco temeroso a sus hijos, sin embargo, estos no se movieron y dejaron que su padre los abrazara antes de besar sus mejillas y mandarlos a la cama.

Cuando los tres subieron las escaleras el intercambio de mirada fue todo lo que necesitaron para comunicarse.

Esto no iba a quedar así.

Viviendo entre alfasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora