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Mientras Tsukishima y Yamaguchi continuaban disfrutando de su paseo bajo la luna, una sensación profunda de amor y conexión llenó el aire. El beso que compartieron había marcado un punto de inflexión en su relación, y ahora se sentían más cercanos que nunca.

Con el corazón latiendo con fuerza, Yamaguchi se detuvo y miró a Tsukishima a los ojos, sintiendo que había algo más que quería expresar. Las palabras que había estado guardando en su interior salieron de su boca con sinceridad.

—Te amo, Kei. Quiero entregarme a ti —dijo Yamaguchi, su voz suave pero decidida. El sentimiento era tan fuerte que no pudo contenerlo más.

Tsukishima sintió una oleada de emoción recorrerlo. Sus ojos se abrieron, y un cálido sonrojo se extendió por su rostro.

—Tadashi… —comenzó Tsukishima, sintiendo que la sinceridad de Yamaguchi le llegaba al corazón. Sabía que esas palabras significaban mucho, y la verdad era que sentía lo mismo. Sin embargo, siempre había tenido dificultades para expresar sus emociones.

—Sé que puede sonar apresurado, pero realmente lo siento. Eres alguien muy especial para mí, y quiero que esto sea real —agregó Yamaguchi, con un ligero temblor en la voz.

—No es apresurado en absoluto —respondió Tsukishima, acercándose un poco más, sintiendo que el momento era perfecto para ser vulnerable. —Yo también te amo, Tadashi. Me he dado cuenta de que cada momento a tu lado es valioso, y quiero construir algo duradero contigo.

Ambos se miraron a los ojos, y en ese instante, la conexión entre ellos se profundizó aún más. Sin palabras, Tsukishima tomó la mano de Yamaguchi y la apretó suavemente.

—Entregarte a mí es un gran paso —dijo Tsukishima, su voz un poco más seria. —Prometo cuidarte y estar siempre a tu lado, apoyarte en todo.

Yamaguchi sonrió, sintiendo que esas palabras eran un bálsamo para su corazón.

—Lo sé, Kei. Me siento seguro contigo. Quiero que seamos un equipo, no solo en la cancha, sino en la vida —respondió, lleno de esperanza.

Con una mezcla de ternura y pasión, Tsukishima se inclinó hacia adelante, rodeando a Yamaguchi con sus brazos y sellando su promesa con un nuevo beso. Esta vez, el beso fue lleno de confianza y amor, reflejando todo lo que habían compartido y lo que aún estaba por venir.

—Juntos podemos lograr cualquier cosa —susurró Tsukishima al separarse, sintiendo que sus corazones latían al unísono.

—Sí, juntos —respondió Yamaguchi, sintiendo que estaba listo para todo lo que les esperaba.

Tomados de la mano, continuaron caminando bajo la luz de la luna, seguros de que habían encontrado algo realmente especial en su amor, listos para enfrentar cada nuevo desafío como un equipo, siempre apoyándose mutuamente.

𝑻𝒆 𝑨𝒎𝒐..๛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora