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Cuando Valentino regresó a la casa luego de una intensa caminata su hermano ya había preparado el almuerzo. Era pollo al horno con unas papas doradas que le abrieron el apetito apenas cruzó la puerta principal y fue invadido por el delicioso aroma. La cerró detrás de él y miró hacia el piso. ¿Debía poner una línea de sal para protegerse de la mujer de velo negro? Negró con la cabeza y dejó su mochila sobre una de las sillas de la cocina antes de sentarse a almorzar sin decir una palabra.

—¿Qué hiciste durante la mañana? Hoy me desocupé temprano porque no había mucho trabajo y cuando regresé no te encontré en la casa. Mamá llamó y dijo que la tía está mejorando.

—Esa es una buena noticia —dijo el rubio pinchando una papa crujiente con su tenedor—. Solo salí a pasar un poco. Necesitaba caminar y tomar algo de sol.

—¿No hablaste con nadie en el pueblo?

—No tengo amigos aquí, ¿recuerdas? —respondió con una pregunta y se dedicó a comer. Se odiaba por mentirle a su hermano, pero no quería que supiera que había visitado a Casiano luego de su encuentro el día anterior. Todas las cosas malas que había dicho sobre él y su enojo con el moreno, cosa que Lucca conocía bien, parecían algo del pasado y no quería que su hermano se hiciera ideas raras. En tan solo dos días su vida había dado un giro sorprendente.

—Podrías ir conmigo al campo uno de estos días. Hay un río allí y puedes darte un baño. Quizá te gustaría leer en la pradera o visitar a Casiano. La mansión queda cerca —dijo con una sonrisa traviesa ante su mirada fulminante—. Dijiste que no tenías amigos en El Milagro y no creo que eso sea del todo cierto.

—Casiano no califica como amigo.

—¿Como algo más entonces? Se declaró gay luego de la muerte de su padre. Tal vez ahora podrían...

—¿Podrían qué? ¿Tú qué eres ahora? ¿Un celestino o algo así? Estoy seguro de que no le faltan amantes con lo bien que se ve —dijo y se interrumpió metiendo otra papa en su boca y su hermano soltó una carcajada ante el color rojo que se hizo presente en su cara.

—¿No es el chico que recuerdas, verdad? Juro que cuando aparece por el centro o en algún festival de la plaza central todos se quedan mirándolo.

—Bien por él. Alimentan su ego —comentó Valentino y se dedicó a comer el pollo al horno que sabía exquisito gracias a cómo Lucca lo había condimentado—. Mejor vamos a disfrutar de este manjar. ¡Te quedó delicioso!

—Gracias, hermano. No eres el único que se defiende en la cocina.

Luego del almuerzo Valentino se dedicó a limpiar la vajilla y cuando Lucca se fue a dormir una siesta, él tomó su mochila y subió a su habitación. Se encerró allí y decidió leer una entrada más del diario de Irina. Había claridad gracias al sol del verano de esa ahora y las letras se veían nítidas sobre la página.

Querido diario,

Soy consciente de que han pasado algunas semanas desde la última vez que visité tus páginas, pero he estado ocupada tratando de ocultar la redondez de mi vientre. Supongo que no era una vaca vieja al fin y al cabo. He logrado procrear. Al principio sentí que una maldición había caído sobre mí y no dejé de llorar de manera desconsolada por un día entero, pero luego acepté la idea de que alguien nace dentro de mí, como una semilla que va a germinar para convertirse en algo bonito y estoy en paz con eso finalmente.

Por supuesto que en mi casa lo han descubierto y ahora el viejo Colbert cree que nuestro matrimonio es inminente. Mis padres también dicen que es la única opción. Ese monstruo desagradable es el papá de mi bebé. He sido inteligente y con una sonrisa perfecta que he practicado horas frente al espejo, les he hecho creer que todo sucederá como piensan y sus planes se llevarán a cabo. A sus ojos soy una embarazada feliz que está lista para desposar. Mi amiga Anne me susurró procedimientos extraños y palabras con las que podría salvarme de todo esto, pero no le hice caso. No quiero que esa sea la forma en la que voy a librarme de mi destino. Déjame contarte ahora por qué estoy tan segura de que escaparé del tormento que mis padres han creado para mí.

PERVERSODonde viven las historias. Descúbrelo ahora