Capítulo 14 T2: La Última Oportunidad

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La atmósfera en la caverna se tornó tensa en un instante. Las criaturas infectadas, más feroces que cualquier cosa que Harry y sus amigos hubieran enfrentado antes, se abalanzaron hacia ellos con ferocidad. La luz del portal seguía brillando intensamente, pero sabían que no podían quedarse allí para siempre.

-¡Corran! -gritó Harry, instintivamente levantando su varita, aunque sabía que no podían usar magia sin arriesgarse a propagar el virus en sus cuerpos. Sin embargo, el terror de los infectados empujaba a Harry a actuar, a proteger a sus amigos.

Soren dio un paso atrás, intentando colocar su varita en posición, pero sus manos temblaban. La mancha negra en su brazo se había expandido, y su rostro mostraba signos de agotamiento y desesperación.

-No podemos quedarnos aquí, necesitamos salir ya -dijo Soren, tratando de recuperar la compostura-. Si el portal ha activado a los infectados, esto se convertirá en un campo de batalla.

Hermione y Ron comenzaron a buscar una salida, mientras Theo y Neville intentaban mantener a raya a las criaturas que se acercaban. Con cada segundo que pasaba, la luz del portal parecía atraer a más infectados, como si su energía los llamara.

-¡Hacia el túnel! -gritó Hermione, señalando una salida oscura a la izquierda-. ¡Es nuestra única oportunidad!

El grupo se dirigió rápidamente hacia el túnel, pero la horda de infectados no se lo iba a poner fácil. Uno de ellos se abalanzó sobre Ron, que se hizo a un lado justo a tiempo, pero el infectado chocó contra la pared, causando un derrumbe de piedras que bloqueó el camino detrás de ellos.

-¡Rápido, sigan avanzando! -gritó Harry, sintiendo que el tiempo se agotaba. Sabía que el virus estaba latente en su cuerpo, y cualquier retraso podría ser fatal.

Corrieron a través del túnel, sus corazones latiendo con fuerza en sus pechos. La caverna era oscura y húmeda, y el eco de sus pasos resonaba en las paredes. Detrás de ellos, los rugidos de los infectados resonaban, una constante recordatorio de lo que dejaban atrás.

-¿A dónde lleva este túnel? -preguntó Neville, mirando nerviosamente hacia atrás.

-No estoy segura, pero espero que sea una salida -respondió Hermione, sin detenerse-. ¡Vamos!

El túnel se torcía y giraba, pero finalmente, tras lo que pareció una eternidad, llegaron a una gran abertura que daba a una zona exterior. Un brillo tenue iluminaba la entrada, y el aire fresco les dio la bienvenida como un abrazo familiar.

-¡Fuera! -gritó Harry, instando a todos a acelerar el paso.

Justo cuando estaban a punto de salir, un grito desgarrador resonó detrás de ellos. Era Soren, que había caído tras el grupo, luchando contra un infectado que había logrado alcanzarlo.

-¡No! -gritó Harry, su corazón se detuvo por un instante.

-¡Vean por su vida! -rugió Soren, empujando al infectado con todas sus fuerzas, pero la mancha negra había tomado su peaje. Su cuerpo ya no respondía como antes.

Harry sintió una mezcla de furia y tristeza. No podían dejarlo, pero no podían arriesgarse a ser atrapados. Con una decisión rápida, Harry tomó la mano de Hermione y la arrastró hacia afuera.

-¡No podemos ayudarlo! -gritó Ron, sus ojos llenos de desesperación-. ¡Vámonos!

Con lágrimas en los ojos, Harry dio un último vistazo a Soren, que estaba siendo acorralado por los infectados. El impulso de usar magia ardía dentro de él, pero sabía que eso solo aceleraría la propagación del virus.

-¡Soren! -gritó Harry, sintiendo que el dolor se apoderaba de él-. ¡Lucha! ¡No te rindas!

Finalmente, salieron al exterior, el aire fresco golpeando sus rostros. Miraron hacia atrás justo a tiempo para ver cómo el túnel se llenaba de sombras, y un rugido de la horda se desvanecía a lo lejos.

-Lo hemos perdido... -murmuró Hermione, las lágrimas rodando por su rostro.

-No... no podemos permitir que su sacrificio sea en vano -dijo Harry, tomando una profunda respiración y mirándolos a todos-. Debemos encontrar una manera de detener a los infectados y encontrar una cura, no solo para nosotros, sino para todos.

Se encontraban en un claro iluminado por la luz de la luna, rodeados de árboles que parecían susurrar secretos antiguos. Pero el aire también estaba impregnado de un silencio inquietante, como si la naturaleza misma estuviera consciente del horror que se desataba a su alrededor.

-¿Qué hacemos ahora? -preguntó Theo, mirando hacia el bosque-. No podemos quedarnos aquí.

-Necesitamos llegar a un lugar seguro y pensar en un plan -dijo Harry-. Quizás haya otros sobrevivientes que sepan algo.

Mientras el grupo se adentraba en el bosque, Harry no podía dejar de pensar en Soren. Su sacrificio los había salvado, pero había una sombra oscura en su corazón. Tenía que encontrar una forma de honrar su memoria y salvar a los que quedaban.

Cada paso que daban era un recordatorio de la lucha que se avecinaba. La amenaza del virus seguía latente, y sabían que tenían que actuar rápido. La noche se cerraba a su alrededor, y Harry estaba decidido a enfrentarse a lo que viniera, sin importar el costo.

Fin del capítulo 14

Harry Potter y el Apocalipsis de EthermorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora