Capítulo 19 T2: La Búsqueda de Respuestas

0 0 0
                                    

El cielo se oscureció, y las nubes comenzaron a acumularse sobre el refugio, presagiando una tormenta inminente. Harry, Hermione, Ron, Neville y Theo se reunieron alrededor de la hoguera, las llamas parpadeando en sus rostros, reflejando la determinación y el cansancio que sentían. Habían pasado la noche discutiendo estrategias, pero la sensación de urgencia aumentaba con cada momento que pasaban en el bosque.

-Debemos encontrar la fuente de este virus -dijo Harry, apoyando los codos sobre sus rodillas-. Si podemos entender cómo se propaga, tal vez podamos encontrar una forma de detenerlo.

-¿Y si esa fuente es el aire? -preguntó Neville, frotándose las manos para entrar en calor-. ¿Cómo podemos luchar contra algo que está en todas partes?

-Podemos empezar por investigar dónde se originó -respondió Hermione, tomando notas en su libreta-. Si hay un lugar donde comenzó todo esto, tal vez encontremos pistas.

Ron miró a Hermione con una mezcla de admiración y preocupación.

-¿Y si vamos a Hogwarts? -sugirió. Todos se quedaron en silencio por un momento. La idea de regresar a la escuela donde habían pasado tantos momentos de felicidad y lucha era a la vez reconfortante y aterradora.

-Hogwarts podría ser un buen punto de partida -dijo Harry, su mente ya corriendo a mil por hora-. Hay libros y recursos que podrían ayudarnos. Además, debemos asegurarnos de que la escuela esté a salvo.

-Pero ¿cómo llegaremos allí? -preguntó Theo, cruzando los brazos-. El camino está lleno de peligros y no tenemos garantía de que no haya otros magos oscuros acechando.

-Tal vez podríamos usar un traslador -sugirió Hermione-. Hay que recordar que el uso de la magia es arriesgado, pero si hacemos esto con cuidado, podría funcionar.

Con una idea en mente, el grupo se reunió con Arlen y otros miembros de la comunidad, explicando su plan de regresar a Hogwarts. La mayoría mostró su apoyo, aunque algunos expresaron su preocupación.

-Estaré con ustedes, pero hay que ser cautelosos -dijo Arlen, cruzando los brazos-. No sabemos qué nos espera allí, y el virus ha estado atacando a muchos.

Harry asintió, sintiendo el peso de la responsabilidad en sus hombros. Había perdido demasiado en esta lucha, y no podía permitir que otros sufrieran.

Al amanecer, después de prepararse y empacar sus pertenencias, Harry y su grupo se dispusieron a emprender el viaje. Se movieron en silencio, atentos a cualquier sonido o movimiento que pudiera indicar peligro.

El bosque estaba inquieto. Los árboles susurraban, y el aire parecía más denso, como si la naturaleza misma estuviera al tanto de la amenaza que acechaba en la sombra. Después de horas de marcha, finalmente llegaron a un claro donde podían realizar el hechizo de traslación.

-Recuerden, manténganse juntos y concéntrense en el lugar al que quieren ir -dijo Hermione, mirando a cada uno de ellos.

Todos tomaron las manos, y Harry sintió una mezcla de nervios y emoción.

-A la cuenta de tres. Uno... dos... tres.

Un tirón repentino los envolvió, y en un instante, se encontraron en el patio de Hogwarts. El castillo se alzaba majestuosamente ante ellos, aunque su aspecto era diferente. Las ventanas estaban oscuras, y una sensación de abandono envolvía el lugar.

-¿Alguien más siente que estamos en un lugar fantasma? -preguntó Ron, mirando alrededor con inquietud.

Harry asintió, sintiendo un nudo en el estómago.

-Vayamos adentro. Debemos asegurarnos de que esté seguro.

A medida que cruzaban el umbral, el aire se sentía frío, y los ecos de sus pasos resonaban en los pasillos vacíos. Las paredes estaban cubiertas de polvo y telarañas, como si el tiempo se hubiera detenido.

-Debemos encontrar la biblioteca -dijo Hermione, su voz firme-. Ahí es donde probablemente encontremos respuestas.

El grupo se movió rápidamente, pasando por aulas y pasillos que alguna vez habían estado llenos de risas y magia. Finalmente, llegaron a la biblioteca. Las puertas estaban entreabiertas, y el interior estaba desordenado, con libros esparcidos por el suelo.

-Aquí debe haber algo -murmuró Hermione, mientras comenzaba a revisar los estantes-. Si podemos encontrar un libro sobre la historia de los virus mágicos, podríamos encontrar la clave.

Harry se unió a ella, buscando entre los libros polvorientos. Mientras hojeaba un tomo antiguo, algo en el rincón de la habitación atrajo su atención. Era un diario desgastado, y al abrirlo, las páginas estaban llenas de anotaciones y dibujos sobre diferentes tipos de magia oscura.

-Miren esto -dijo Harry, mostrándoles el diario. Sus amigos se acercaron, intrigados por lo que había encontrado.

-Parece que este diario pertenece a un antiguo mago que investigaba la magia de los virus -comentó Hermione, su mirada fija en las páginas-. Si podemos descubrir cómo interactuaba con ellos, tal vez podamos aplicarlo a nuestra situación.

Sin embargo, antes de que pudieran continuar, un fuerte ruido resonó en el castillo. Una puerta se cerró de golpe, y un escalofrío recorrió la habitación.

-¿Qué fue eso? -susurró Neville, mirando nerviosamente a su alrededor.

-Debemos irnos, algo no está bien -dijo Harry, sintiendo una creciente sensación de peligro.

Sin embargo, antes de que pudieran salir, un grupo de figuras apareció en la entrada de la biblioteca. Eran magos oscuros, sus rostros ocultos bajo capuchas, y sus varitas brillaban con una luz amenazante.

-No se muevan -dijo uno de ellos, su voz fría y cortante-. Están en nuestro territorio ahora.

Harry y sus amigos se miraron, comprendiendo que habían caído en una trampa. Sin tiempo para pensar, se prepararon para lo que vendría, recordando la importancia de la unidad y la lucha por la supervivencia.

-No tenemos tiempo para perder -murmuró Harry, sintiendo cómo el virus en su interior comenzaba a despertar-. ¡Lucharemos!

A medida que la tensión crecía, sabían que la batalla por sus vidas apenas había comenzado.

Fin del capítulo 19

Harry Potter y el Apocalipsis de EthermorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora