Sergio Bustamante, un hombre serio, recto, con aires de grandeza, pelo canoso y alborotado, se encuentra sentado en mi mesa junto a mi madre. Siento miedo. Este tipo es capaz de destruir un imperio con tan solo mover un dedo. Intento centrarme, a fin de cuentas ese artículo es puro sensacionalismo y nada de lo que cuenta es verdad. Solo tengo que explicarle lo sucedido.
A mi mente viene todo lo ocurrido, yo no hice nada, solo intente ayudar a su hijo hasta que llego la empleada de servicio. Recuerdo como le protegía, ella solo quería evitar que su padre le viera en ese estado. Puede que ese hombre sea más peligroso de lo que pienso.
- Marizza, ¿estás bien?- dice mi madre haciéndome reaccionar. – Siéntate y hablamos.- hago lo que me dice y me siento junto a ella. Puedo mirar a Bustamante a los ojos, son del mismo color que los de Pablo, pero más saltones.
- Tranquila señorita Rey, solo quiero que aclaremos lo ocurrido.- me dice amablemente y respiro con calma para tranquilizarme.- ¿Es cierto lo que dice esta revista?- me entrega la revista y la miro. Nuevamente puedo ver esa foto en la portada y ese maldito titular.
- No.
- Pero esas fotos si son reales, ¿no?
- Sí.
- ¿Estuvo con mi hijo esa noche?
- Sí.
- ¿Él la forzó para hacer algo que usted no quisiera?
- No.
- ¿Entonces el sexo fue consentido?- Esa pregunta me pilla por sorpresa. ¿Cómo puede pensar que su hijo se fijaría en alguien tan simple como yo?
- No.
- ¿Cómo qué no? – grita mi madre que había estado callada hasta ese momento.- Entonces todo lo que....
- ¡No!- la interrumpo.- Quiero decir que no hubo sexo ni nada parecido.
- ¿Por qué no? ¿No le parece que mi hijo es atractivo?- Dice Bustamante con mucha serenidad.
- No... Bueno... ese no es el tema.- estoy bastante nerviosa. Una parte de mi intenta no delatar a Pablo.- Él se encontraba mal, yo fui a ayudarle y cuando intente levantarle me caí, nada más.
- ¿Estaba borracho?
- No... No lo sé... yo...
- Mire señorita Rey, mi hijo tiene la capacidad de engatusar a señoritas jóvenes e inexpertas como usted para satisfacer sus necesidades masculinas. Si ese es el caso no se avergüence.
- ¡Es que no es ese el caso! – Grito.- Mire señor, yo solo quise ayudar a su hijo nada más.
- ¿Quieres dinero? Es eso.
- Óigame una cosa señor. – Responde mi madre poniéndose de pie.- En esta casa seremos pobres, pero somos honrados.
- Mama, tranquila.- intento calmarla
- Señora, yo solo digo que si su hija quiere beneficiarse de esto para conseguir dinero no lo va a lograr.
- ¡Maldito! ¡Cretino!- grita mi madre que se ha puesto de pie para intentar pegarle mientras yo la sujeto.- ¡Fuera de mi casa!
- Mama, por favor... mama, tranquilízate.
- Siga dándome motivos para aumentar la denuncia que pienso ponerle a su hija por calumnias.- Sergio sonríe y me doy cuenta de que tengo que hacer algo antes de que esto nos arruine más.
- ¡Basta! ¡Basta ya!- grito y ambos me miran.- Mama, por favor, ve al cuarto con la abuela mientras yo termino de hablar con el Señor.
- Pero...
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¿Tenemos un trato?
Teen FictionMarizza es una chica humilde que vive en la zona pobre de la ciudad. Jamás se imaginó que el decidir remplazar a su madre en un catering de una fiesta de la familia Bustamante, la llevaría a terminar haciendo un trato que le cambiaría la vida para s...