Hacer un trato con Pablo hasta que a su padre se le olvide esa estúpida idea del matrimonio me parece una buena idea. Yo no quiero romper el acuerdo con Bustamante por mi abuela, pero tampoco quiero casarme con el muñequito de plástico que se deja manejar por su padre.
Una vez que hemos concretado los términos de nuestro trato, regresamos al despacho de Sergio para contarle que Pablo ha decidido aceptar el matrimonio. En cuanto le comunicamos la noticia, Pablo se va. Me parece que no le agrada mucho estar en la misma estancia que yo, o puede que sea su padre el que no le agrada.
- Muy bien, Marizza, te felicito. Has conseguido hacer que mi hijo entre en razón. – dice Sergio con una sonrisa en la cara
- No tiene que hacerlo, solo he razonado con él, sin gritos.
- Margarita venga al despacho.- aprieta un botón del escritorio sin hacer caso a mi comentario.- He ordenado que te preparen una habitación. También te he comprado ropa, la tienes en el armario. Cenamos a las nueve y media.
Una mujer vestida con uniforme de empleada entra por la puerta. Es mayor, de unos cincuenta años, con el pelo canoso, bajita y regordeta. Me recuerda a la Señora Potts, la tetera de la bella y la bestia. Enseguida la reconozco, es la mujer que nos encontró a Pablo y a mí en el arbusto.
Sergio le indica que me acompañe a mi habitación, vuelve a recordarme que la cena es a las nueve y media y me dice que no llegue tarde. Después vuelve a prestar atención a su ordenador y yo salgo detrás de Margarita.
Mi puerta está situada a la izquierda del final del pasillo que empieza al final de la escalera derecha, justo al otro lado de la zona del despacho y el cine.
- Esta es su habitación señorita. Le recuerdo que la cena es a las nueve y media. – Dice Margarita y se va. "Que obsesión tiene esta gente con la hora de la cena"
Lo primero que noto al entrar es el agradable aroma a violetas, alguien había dejado unos ramos frescos en la habitación. Miro la pared de enfrente de la puerta donde hay otra puerta que da acceso a un balcón por donde se ve el jardín trasero, donde está la piscina. En la pared derecha hay un par de ventanas más. Está la cama de madera blanca, el cabecero tiene forma de pirámide, está relleno de un acolchado rosa palo. Es enorme y tiene como mil de almohadas en tonos azules claros a juego con los colores de las paredes. El resto de muebles también son blancos, un tocador con espejo, un par de mesillas y una mesita baja delante de un sofá con el mismo tono rosa palo que la cama.
Después del primer vistazo, entro y cierro la puerta, por suerte para mi tiene un cierre interior, lo cual me hace sentir que esa habitación es un lugar seguro para mi dentro de esa casa. Observo la pared izquierda donde hay dos puertas, decido entrar en la que está más cerca de la pared del fondo y me encuentro un baño con ducha, bañera, un par de lavabos y el WC. Todo en tonos blancos y dorados.
Voy a la segunda puerta y al entrar me encuentro con un gran armario, uno de esos que aparecen en las películas donde todo está colocado por colores, formas y tamaños. Está lleno. Me paseo acariciando la ropa, hay vestidos, camisas, pantalones... hay de todo. Después están los zapatos, de distintos colores y para todo tipo de ocasiones. También hay bolsos y complementos. Atónita por lo que veo mi mente solo puede pensar que jamás en la vida, ni aunque tuviese tres trabajos, podría comprarme todo lo que hay en ese armario.
Una vez que he revisado todo el lugar, decido llamar a mi madre, aunque no tenemos mucho dinero, ambas tenemos un teléfono móvil para poder comunicarnos. Le cuento todo lo que es esto y la tranquilizo para que sepa que estoy bien y que no me han encerrado en una mazmorra.
- ¡Ay mi ciela bella! Como eres. Pues claro que no te han encerrado. – me responde con su peculiar alegría. –Ahora en serio, Marizza, no te dejes engatusar por todos los lujos de ese ligar. Tú sabes que eso no es lo importante. Las cosas bonitas solo son eso, cosas, lo importante son las personas y que tu estés bien.
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¿Tenemos un trato?
Teen FictionMarizza es una chica humilde que vive en la zona pobre de la ciudad. Jamás se imaginó que el decidir remplazar a su madre en un catering de una fiesta de la familia Bustamante, la llevaría a terminar haciendo un trato que le cambiaría la vida para s...