Capítulo 4

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- ¿Porque la boda? – Pregunto sentándome nuevamente.- Quiero saber porque le importa tanto antes de aceptar.

- Porque es la única forma de enderezar a mi hijo.

- ¿Cree que él va a aceptar algo así?

- Por supuesto que sí. Sabe muy bien que si no lo hace perderá todos los privilegios de ser un Bustamante.

- ¿Y qué le garantiza que casándose conmigo se enderezara? Digo, él puede aceptar para mantener los privilegios y luego seguir como hasta ahora.

- Porque en el acuerdo entra que te respete. Se casara contigo, y te respetara, además trabajara en la empresa familiar. Ahora que yo estoy centrado en la política él tiene que hacerse cargo de ella.

- ¿Y qué saco yo de todo esto?

- Pagare el tratamiento de tu abuela, le conseguiré la mejor atención médica. Además me encargare de que a ella y a tu madre no les falte de nada, les proporcionare una buena casa en un buen barrio. ¿Te parece bien?

- Quiero algo más.- si voy a meterme en esta locura al menos sacare lo máximo posible.- Añadirá a su campaña que ayudara a todas las personas del barrio. Les dará ayudas económicas y les bajara impuestos, además les proporcionara una mayor seguridad.

- Eso que me pides es...-

- Es justo. Esta gente es la que vota. Todos en este barrio cuidamos unos de otros, está claro que eso en las grandes esferas no se ve. No se ofenda, no es mi intención ofenderle, pero es cierto que a los de arriba no les hace falta el vecino para sobrevivir. Aquí si a uno le sobra una patata se la da al vecino para que también coma.

- Y mi generosidad es tu patata. – Afirma y puedo ver que sonríe.- Esta bien.

- ¿En serio?

- Sí. Como bien has dicho, esta gente también vota. – Se pone de pie y me ofrece su mano.- ¿Tenemos un acuerdo?

- Si.- respondo levantándome y estrechando su mano.

- Perfecto, vámonos.

- ¿Irnos? ¿A dónde?

- A mi casa. Hay que preparar una rueda de prensa para aclarar todo esto. Además, desde este momento te vendrás a vivir a la finca con nosotros, así iras conociendo a mi hijo y al resto de la familia. Ahora eres una Bustamante.

- Pero yo no puedo irme así, sin más. No puedo dejar a mi familia aquí sola. – el miedo vuelve a apoderarse de mí.

- Mira Marizza, hemos hecho un trato. Yo voy a cumplir mi parte, mañana mismo tu madre y tu abuela irán a un lugar mejor. A cambio tú tienes que cumplir tu parte. No me mires como a un ogro, no te voy a separar de ellas. Les buscare algo cerca de la finca para que puedas visitarlas a menudo y que ellas también puedan visitarte. No vas a ser una prisionera, ni mucho menos, pero tienes que acostumbrarte a tu nueva vida lo antes posible y olvidarte de todo esto.

- Vale, iré con usted. Pero antes voy a explicarles todo esto a mi madre y a mi abuela y me voy a despedir de ellas.

Definitivamente me he vuelto loca. Acabo de aceptar casarme con el muñequito de plástico a cambio de dinero para mi familia. Mi madre me va a matar. Mi abuela me va a matar. No es que esperase al príncipe azul ni nada por el estilo, ya había tenido novios antes, y aunque no había tenido mucha suerte con ellos, pensaba que algún día llegaría alguien con quien si la tendría. Ahora eso no pasaría.

Entro en la habitación de mi abuela. Mi madre y ella están sentadas sobre la cama y me miran con cara asustada.

- ¿Qué ha pasado con ese hombre?- me pregunta mi abuela

¿Tenemos un trato?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora