Debajo de un árbol a la hora del almuerzo escolar, había un peliverde que sentía un calor insoportable debido a la gran ola de calor. El peliverde se encontraba sufriendo aún con la camisa desabrochada.
— Tendría que ser ilegal asistir a clases con este calor. — Dijo Izuku que dejaba ver su playera de tirantes.
— Y que lo digas. — Añadió una pelinegra que estaba recostada en el pasto como la hubiera arrollado un auto.
— Te dije que te quedarás en el salón.
— Si, pero quería molestarte.
— Te odio.
Enfrente de ellos, justo donde se encontraba un grupo de amigas que podríamos decir que eran las amigas de Yaomomo. La chica de estatura algo baja, pelivioleta y algo ruda fue la que tomó acciones y se acercó a ellos.
— Oye, Yaomomo ¿qué haces aquí con el? — Preguntó la pelivioleta como si estuviera molesta con el peliverde.
— La última vez que cheque era por que me molestaba. No, sigue siendo por eso. — Contestó Izuku con ironía.
— Bueno, al menos tienes algo de humor.
— Bueno, perdón por meterme a la pregunta que le hiciste a Yaomomo.
Eso solo hizo que la pelivioleta se fuera del lugar tomando a Yaomomo por la fuerza. Pero la pelinegra se despedía gritando a Izuku dejando de mostrar su vergüenza ante todos los que observaban.
Al finalizar las clases, la pelivioleta detuvo al peliverde junto a la pared. Todos volteaban a ver lo sucedido pero Izuku hacía lo que podía para tratar de desviar la mirada de todos sus compañeros.
— Lo siento, no me gustas. — Dijo Izuku tomando la mano de la chica.
— ¿Te crees muy gracioso, no? — Preguntó Molesta. — No sabes quién soy pero quiero saber cuáles son tus intenciones con Yaomomo.
— Si sé quién eres. Tu nombre es Kyoka Jiro.
— ¿Cómo sabes mi nombre?
— Estamos en la misma clase. No te va a pasar nada si volteas a ver a tus compañeros de vez en cuando ¿sabes? Y respondiendo tu pregunta, Yaomomo fue la que se acercó a mí.
— Eso es verdad, Kyoka.
Tanto el peliverde como la pelivioleta tuvieron un pequeño susto pues en ningún momento notaron de dónde llegó Yaomomo que solo se reía por lo que había ocasionado. Aún así, la mirada de desaprobación de Kyoka hacía Izuku era muy visible pero al peliverde no le importó ya que se dirigió a la biblioteca.
— Kyoka, no tienes nada que temer con el. No lo parece pero es un chico tierno y lindo una vez lo conoces. Tal vez si le dieras la oportunidad.
— No tengo interés en hacer algo así. Entonces, ¿le vas a decir?
— Estoy esperando el momento adecuado.
Izuku Midoriya pasaba menos tiempo en la biblioteca, algo que la a la bibliotecaria no le importaba pues ella siempre le comentaba que tenía que vivir su adolescencia al máximo, pero no le daba mucha importancia a eso.
Poco después llego Yaomomo con su ya caracterizada euforia que esperaba que Izuku terminara su turno. La pelivioleta estaba con ella pero poco después de que el peliverde saliera, esta se dirigió a su casa con tranquilidad.
Ambos tomaron el autobús pues Izuku llevaba a la chica a conocer a Toshinori. Al llegar, la pelinegra quedó sorprendida por el enorme huerto y las flores tan bellas que había al punto de asustar al rubio que no esperaba que Izuku llegara con un acompañante.
Yaomomo se presentó de manera muy formal. Izuku solo observaba mientras se ponía unos guantes para comenzar a cambiar la tierra a algunas macetas.
Yaomomo volteaba a ver de reojo a Izuku que con mucha delicadeza colocaba las plantas y también como retiraba los vegetales para ponerlos en un canasto y después limpiarlos.
Toshinori y Yaomomo pasaban un buen rato mientras hablaban de viejas memorias sobre la abuela de la chica y como era ella en los tiempos modernos y que siempre oculto su enfermedad para no preocupar a sus familiares.
— Siemore estuvo elocuente, incluso al final. — Dijo Yaomomo un poco nostálgica. — Hablaba mucho de ti, de todo lo que hacían y sobre su historia de desamor.
— James pensé que seguiría en su mente. Amaba demasiado a tu abuela. — Añadió Toshinori. — ¿Y no había nadie mejor que ese amargado?
— Sabes que puedo oírte. — Dijo Izuku del otro lado del huerto.
— Es todo un caso, ¿no cree, Toshinori?
— Me dijo que no tenía novia y mírate aquí.
— No es mi novia, Toshinori. Si soy sincero. No sé qué somos realmente.
La plática continuó ahora en la casa de Toshinori donde Izuku servía té pero el rubio se servía sake. Izuku se puso de lado de Yaomomo.
Toshinori sacó una pequeña caja donde tenía varias fotos de cuando era joven. Era un hombre muy musculoso y que era el jugador más destacado en el equipo de baseball.
A Yaomomo le dio mucha nostalgia todo lo que había en la caja, recuerdo de una época distinta donde imaginaba una faceta de su abuela que nunca conoció. Le sorprendía lo bella que era y que era parte del consejo estudiantil.
Izuku también observaba los artefactos que la caja contenía cuando noto el frasco con las cenizas de la abuela de Yaomomo por lo que lo tomó rápidamente para ocultarlo y evitar un mal rato.
Cuando Yaomomo se fue, Izuku regresaba el frasco de las cenizas mientras que Toshinori acomodaba la caja cerca de la puerta para después sentarse de nuevo en la mesa mientras Izuku tomaba del té que sobró.
— ¿Cuándo vas a invitarla a salir? — Cuestionó Toshinori.
— ¿Otra vez con eso? — Replicó Izuku.
— Esa chica tiene algo por ti, ¿no puedes verlo?
— Apareció de pronto a lado mío, ¿crees que es el amor de mi vida o algo?
— Solo quiero que no te arrepientas. Quisiera que tuvieras algo. Estás desperdiciando tu juventud conmigo, los libros, tuvieras algo trabajo, con todo. Eres un viejo atrapado en el cuerpo de un joven, no tendría que ser así.
Izuku iba de regreso a casa cuando en una de las banquetas estaba Kyoka Jiro. Se notaba algo triste por lo que el peliverde no quiso entrometerse en lo que sucedía, pero algo hizo que regresara con la pelivioleta.
— ¿Qué haces aquí, nerd? — Preguntó Kyoka sin voltear a ver al peliverde.
— No tengo ni idea, pero eres amiga de Momo. No creo que quisiera que te abandonara. — Fue la contestación.
— Solo sé que el que era mi novia es un idiota. ¿Qué piensas de lo que te dijo Yaomomo?
— ¿Lo del baile? Lo estoy considerando.
— Claro... lo del baile.
Izuku y Kyoka iban juntos en el autobús sin hablar. Al paso de unos minutos, el peliverde bajó del transporte dejando a una pelivioleta que se notaba molesta y preocupada pero esta vez lo estaba por el chico.
— Yaomomo eres una idiota — Dijo Kyoka viendo a Izuku alejarse con cada paso que daba.
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Allá Donde Solíamos Gritar.
FanfictionIzuku es un chico común y corriente. Un día, su compañera de clases, Momo Yaoyorozu lo invita a emprender un viaje sin saber que esta oculta algo.