Los árboles comenzaban a quedarse sin sus hojas para caer en el suelo. Se ha estado sintiendo frío por lo que muchas personas comienzan a utilizar ropa térmica para este tipo de clima.
La realidad es que no todo ha sido maravilloso pues Izuku no logra comprender el porqué Yaomomo no se ha puesto en contacto con el. Suponía que después de lo sucedido la noche del baile algo había comenzado.
Se ha vuelto un poco, as gruñón al punto de que ahora es más ermitaño que antes. Incluso retomo su turno completo en la biblioteca y es más inexpresivo y rara vez es como si hubiera pérdido algo.
Inclusive ha estado ignorando a Kyoka Jiro que en muchas ocasiones ha intentado hablar con él. Ahora lo único que le queda es su Walkman y Toshinori con quien pasa también más tiempo visitándolo ahora en los fines de semana.
Al no saber de Yaomomo, intento ir a su casa pero sabe que él no es así y jamás ha intentado involucrarse en la vida de los demás y cree que debió quedarse así. Inclusive con su madre ha dejado de comunicarse con ella.
Con esa apatía característica de el, decidió tomar un viaje hasta donde pudiera llegar con el tren bala. No le importaba perderse una semana de clases ni las interminables llamadas por parte de su madre que sabía que iban a llegar.
El primer destino fue Kyoto a donde fue con Yaomomo, pero esta vez conociendo algo distinto además de las tiendas de ropa y plazas. Esta vez se enfoco en la arquitectura y lugares de interés que podía encontrar.
Al llegar la noche, y al no tener dinero suficiente para un hotel, decidió quedarse en un café Internet donde sabia que había futones y comida para poder pagar la noche sin problema, además que había una ducha en el lugar.
Al salir por una bebida, vió a la distancia a una pelinegra. Algo en ella le era familiar. Decidido a acercarse a ella, Izuku se preparaba para llamar la atención de la chica pero, cuando volteo, no era Yaomomo.
Era un sentimiento muy inexplicable para el peliverde el tratar de comprenderse a si mismo y el porque el tan solo querer ver a Yaomomo, pero sabía que esa era la razón por estar viajando: la evasión de sus sentimientos.
El estar en otros lados eran la única manera en que podía tener su mente ocupada más allá de su walkman. Ni siquiera tenía su smartphone conectado a las líneas de WiFi gratis que todo Japón tenía.
A pesar de todas esas excusas, esto le ayudo para poder abrir su mente conociendo las distintas tradiciones y culturas alrededor de Japón hasta que pronto conoció los límites al solo tener dinero suficiente para u viaje, de ida o vuelta.
Con algo de tristeza en su rostro, subió al tren con destino de regreso a Tokio donde trató de estar despierto la mayor parte del tiempo, pero no fue posible mantenerse con los ojos abiertos pero si pudo ver una gran parte del paisaje.
Al llegar a Tokio, había una persona esperándolo: era Kyoka, pero entre tanta gente no pudo ver al pe.iverde bajar y, al voltear, el chico ya estaba en el autobús llendose a casa. La pelivioleta estaba molesta.
Izuku se dirigió a casa de Toshinori pidiéndole si podía pasar la noche ahí. Era la primera vez que el peliverde le pedía algo como eso a lo que el rubio acepto después de muchas dudas.
Una vez en el cuarto de huéspedes, Izuku coloco en su Walkman un cassette de una banda actual que llevaba por nombre "Lone Assembly" para descansar un poco ya que la música era una tranquila.
Al día siguiente, el peliverde ya estaba haciendo el desayuno cuando Toshinori estaba despertando. El rubio no le dio mucha importancia pues olía demasiado bien el desayuno. Ninguno hablaba mientras degustaban de los alimentos.
— Estas molesto. — Dijo Toshinori tranquilamente.
— ¡Claro que estoy molesto! — Exclamó Midoriya. — ¿Cómo te sentirías si una persona te utiliza para algo y después desaparecer? Por eso odio relacionarme con la gente, porque se que puede lastimarte tan profundamente que ni siquiera va a importarle tus sentimientos.
Después de eso, Izuku se retiro de la mesa y de la casa de Toshinori. Al llegar con su madre, el regaño a este fue monumental por haber desaparecido varios días sin siquiera comunicarse con ella.
Pero Izuku no escucho nada de esto, es como si estuviera en una burbuja pues su enojo era más grande que cualquier otra cosa que estuviera o sucediera a su alrededor.
A pesar de todo esto, cumplió con todas las tareas que su madre le encargo como castigo, pero todo fue mejor para el cuando el chico encontró muchos cassettes en el sótano. Después de todo, la música y su walkman eran lo único que regulaban sus emociones.
Al día siguiente, asistió a clases con regularidad con la única diferencia es que todos sus compañeros de clase se acercaban a él para preguntar en dónde se había metido pues era poco usual que el se ausentara por mucho tiempo, pero Izuku no hacia caso ante estas preguntas incesantes pues tenía decidió evitar cualquier tipo de interacción humana.
Después de llevarse la desaprobación por parte de sus compañeros por lo grosero que fue, Izuku se fue de la escuela al momento que la campana sonó. A pesar de que varias personas le gritaron de todo, esto no pareció importarle.
Pero, al llegar a la entrada principal, fue interceptar por una pelivioleta que denotaba cierto agotamiento en su mirada y también algo molesta por el comportamiento del chico.
— ¿Qué es lo que quieres? — Preguntó molesto el chico.
— Quiero saber porqué no has ido con Yaomomo. — Respondió Kyoka.
— No quiero volver a saber algo de ella.
— ¿Después de todo lo que han vivido juntos?
— ¡Me utilizo, Kyoka! Solo me utilizo para tener sexo y después desapareció. ¿Qué quieres que haga con eso?
— Oh, por dios... no lo sabes ¿cierto? No te lo dijo...
— ¿Decirme que?
Kyoka Jiro tomo del brazo a Izuku para rápidamente subir al autobús a pesar de las incesantes quejas del peliverde sobre llegar tarde al trabajo y también por no querer saber algo sobre la pelinegra.
Al llegar a su destino, Izuku estaba sorprendido al ver que el lugar donde habían llegado era el hospital. Más sorprendido estaba cuando la recepcionista y la enfermera saludaron a la pelivioleta como si de una amiga se tratase.
Subiendo por el elevador, Kyoka se mantenía algo seria pero a su ves denotaba cierto nerviosismo contrario a como el peliverde estaba pues su molestia podía verse desde el huerto de Toshinori qué estaba al otro lado de la ciudad.
Pero esa molestia se convirtió en una expresión de preocupación y angustia al ver a Yaomomo con un tratamiento extensivo y con si rostro lleno de tristeza al ver al peliverde viendo su realidad.
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Allá Donde Solíamos Gritar.
FanfictionIzuku es un chico común y corriente. Un día, su compañera de clases, Momo Yaoyorozu lo invita a emprender un viaje sin saber que esta oculta algo.