Verano Parte 3.

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El día por fin había llegado. Las últimas decoraciones del bailense estaban llevando a cabo mientras otros continuaban con sus clases, siendo el peliverde uno de ellos y la pelivioleta sin importarle su alrededor.

Aun así, las clases solo llegaron al medio día y el peliverde no fue a la biblioteca. En el día no se dejo ver por ningún lado la pelinegra pero por mensaje le hizo saber que si asistiría al baile.

— Oye, nerd. — Dijo una pelimorada a la distancia. — ¿Estas bien?

— Bueno, tengo calor, así que no estoy tan bien ¿Y tú? — Dijo Izuku sarcásticamente.

— Gracioso, ¿Qué tal las cosas con Yaomomo?

— Las cosas van bien. Pasare por ella a las seis.

— Necesito decirte algo...

Una llamada interrumpió la conversación de los dos jóvenes, era Toshinori por lo que el peliverde fue rápidamente a su casa. Pensaba que algo malo había sucedido pues es raro que el rubio se comunicara con él.

Al llegar con Toshinori, el rubio se encontraba riendo como un maniático mientras que el peliverde se encontraba muerto de vergüenza y algo molesto con el anciano pues no sabía que hacer.

— Debiste ver tu cara, Joven Midoriya. — Dijo Toshinori aún riendo.

— Pensé que era una emergencia. — Mencionó el peliverde molesto.

— Oh vamos, solo te estoy dando algo para la noche.

— Si, pero, ¿condones?

— Muchas personas no esperan al matrimonio o a la mayoría de edad.

— Yaomomo no es así, ni yo. Pero, gracias preocuparte.

El peliverde se encontraba vistiéndose con su traje color negro muy elegante. La camisa hacia qué se notará su físico el cual era atlético y musculoso.

Mientras se veía a si mismo en el espejo, no se sentía muy cómodo con el traje aunque los zapatos ya no eran una molestia pero, verse a si mismo en un traje pues no es "su mejor vista".

Al bajar y salí idea su casa, había una limusina que era cortesía de la familia Yaoyorozu. La cada de los Yaoyorozu no era muy grande como el peliverde suponía que era pero era claramente una diferente.

Los padres de Yaomomo lo recibieron amablemente, pero al tener una reunión de negocios no estuvieron mucho tiempo con él así que le permitieron explorar la casa libremente, emocionandose solamente por una habitación: el estudio lleno de libros.

Había muchísimos libros así como antiguos mapas cartograficos que podían ojearse con libertad. Parecía que estuviese en un parque de diversiones. En la puerta que daba al jardín, estaba Yaomomo.

— Izuku, no sabía que ya estabas aquí. — Dijo Yaomomo al ver al peliverde salir del estudio.

La pelinegra vestía un bello vestido rojo, con maquillaje sencillo y un peinado con cabello suelto pero ondulado. Izuku no pensó nunca verla de esa manera. Realmente estaba hipnotizada.

— Pensé que estabas en tu habitación, Yaomomo.

— La verdad es que estoy algo nerviosa... es el primer baile que asisto con alguien que de verdad me...

Yaomomo no pudo terminar la frase pues fue interrumpida por sus padres. El peliverde y pelinegra subieron a la limusina donde ninguno decía alguna palabra.

— Estas... muy hermosa. — Dijo Izuku finalmente.

El sonrojo de la pelinegra era muy obvio pero para el peliverde también lo era por lo que nunca volteo a ver a Yaomomo. La chica también pensaba que el chico se veía muy bien y que el traje y peinado hacia qué sus rasgos faciales se vieran algo infantiles.

Al llegar al baile, la pareja era el centro de atención pues ciertamente nadie podía creer lo que veian: la más popular con el chico invisible. Yaomomo se dio cuenta de esto y, a pesar de siempre llamar la atención, en esos momentos se sentía incomoda.

La chica comenzó a hiperventilarse por lo que salió rápidamente del lugar. Izuku fue tras ella solo para encontrarla sentada en las escaleras. El peliverde tomó asiento a lado de ella pero no decía nada. No hacia falta ninguna palabra.

Izuku solo tomo a Yaomomo por el hombro y, con esa mirada suya y sonrisa tan brillante, se tranquilizo y regresaron al gimnasio donde se llevaba a cabo el gran baile de verano.

Kyoka Jiro no se veía por ningún lado, algo que preocupaba a Yaomomo pues le había comentado que vendría con su novio. Izuku le contó lo que sucedió hace unos días con ella y su novio.

La noche pasaba y, al final, el grupo que habían invitado para tocar, comenzaron con las baladas Izuku invito a bailar la pelinegra, aceptando algo enternecida al escuchar la canción "Close to you".

Izuku no sabía como sentirse pero estaba muy feliz por estar ahí mientras bailaban lentamente con una Yaomomo qué se colocaba en el pecho del peliverde.

Al finalizar, estos se dirigieron a una de las residencias de los Yaoyorozu pues sus padres estarían muy ocupados. Izuku entro con la intención de retirarse pronto. Yaomomo por su parte se quitaba los tacones y maquillaje.

Cuando Izuku comenzó a deshacer el nudo de su corbata, un fuerte golpe atrajo la atención del peliverde y fue que encontró a Yaomomo en el suelo del baño y un poco pálida. Al verlo, dijo que en su bolsa había un medicamento.

Después de lo sucedido, Izuku tomó a la pelinegra entre sus brazos y la llevó a la cama. Yaomomo parecía estar delirando pues se balbuceaba cosas sin sentido hasta que eventualmente la pelinegra comenzó a sudar frío.

Al recortarla, Izuku se hizo cargo de ella en lo que pudo hasta que la chica se tranquilizo dejando todo de lado. Izuku le acercó un vaso con agua mientras iba a dejar en el tocador todo lo utilizado.

— Creo que es tiempo de irme. — Dijo Izuku al ver un poco mejor a Yaomomo.

— Izuku, yo. — Yaomomo dudaba mucho sobre decir lo que quería decir, pero al tomar del brazo al peliverde. — Yo... quiero hacerlo contigo.

Izuku no supo que decir. Incluso negó dicha petición para después salir de la habitación. Yaomomo se sentía triste y del otro lado de la puerta, estaba el peliverde agitado pues seguía nervioso por lo sucedido.

Pero fue entonces que el peliverde entró de nuevo a la habitación donde la pelinegra estaba sorprendida al verlo de nuevo ahí y aún más cuando el peliverde comenzó a besaría, cada vez más con mucha lujuria.

Allá Donde Solíamos Gritar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora